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Muy Bien 10: Tolerancia cero de alcohol para automovilistas en Mar del Plata

La Feliz se promociona en los últimos tiempos como nueva capital nacional de la cerveza artesanal. Los bares y puntos de recarga de botellones predominan entre sus recientes habilitaciones comerciales. Y desde hace poco hasta tiene vinos autóctonos y exportables, originados en viñedos que crecen a metros de las playas del sur. Aquí mismo, donde la gastronomía es estrella, donde salir y beber van casi de la mano y la noche y los excesos son parte de los atractivos de veraneo para los más jóvenes y los no tanto, desde hoy no hay margen de consumo de alcohol para los conductores de vehículos.

 

Un decreto del intendente del municipio de General Pueyrredón, Carlos Fernando Arroyo, dispuso la denominada “tolerancia cero” que hasta el momento regía exclusivamente para los choferes profesionales. La sanción para particulares solo correspondía cuando se constataba más de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre.

La medida fue repentina, pero tiene como trasfondo la lamentable cotidianeidad de las tragedias viales en estas calles. Aunque todavía falta la confirmación de cifras oficiales, en lo que va de este año se registraron más de 40 muertes derivadas de choques, despistes y peatones atropellados por algún automotor. Más claro aún: un caso fatal cada cinco o seis días según quién lleve el registro de casos.

 

“Esta decisión corresponde a la preocupación que nos genera la gran cantidad de accidentes de tránsito que hay en la ciudad, que en su mayoría son a causa del alcohol”, afirmó el jefe comunal al justificar una resolución con la que incluso sorprendió a muchos de sus propios colaboradores más cercanos.

El decreto municipal 1980/2018 dispone prohibición absoluta de alcohol, estupefacientes, psicotrópicos “y/o cualquier otra sustancia que disminuya la aptitud para conducir” vehículos. Y deja en claro que todo aquel que esté al volante de un automotor “queda obligado a someterse a los procedimientos necesarios que indique la autoridad de contralor para determinar su estado de intoxicación”. Negarse a estos controles se considera falta grave y puede ameritar multas que hoy llegan hasta los $20.000.

 

La infracción siempre implicará retención de la licencia de conductor, inhabilitación para manejar automotores por 6 a 18 meses (ley 15.002) y multas de acuerdo al nivel de consumo detectado. Hasta 500 miligramos de alcohol por litro de sangre (que hasta anteayer era un caso positivo no punitivo) se sancionará con un mínimo de 250 unidades fijas (UF), cada una de ellas equivalente al menor precio de mercado de un litro de nafta. En estos días, representaría unos $8300.

Cuando el alcoholímetro marque más de 500 miligramos, el juez podrá aplicar hasta 20.000 (UF). El decreto también establece que habrá 50% de descuento por pago sin reclamo (reconocimiento voluntario de la infracción) y un máximo de cuatro cuotas en los casos en los que se pueda constatar que el sancionado posee escasos recursos.

 

Claudio Cambareri, subsecretario de Transporte y Tránsito, explicó que el gobierno municipal tiene en claro que “consumir alcohol y conducir son incompatibles” y por eso el despliegue habitual de móviles e inspectores en los principales corredores nocturnos, signados por la presencia de bares y discotecas. “Queremos que se tome conciencia de que no se puede manejar un auto si se tomó una bebida alcohólica”, insistió.

En la municipalidad confirmaron que en la mayoría de los casos a los que deben acudir por accidentes graves hay conductores alcoholizados involucrados. “El 80% o el 90%”, arriesgó el funcionario. Los especialistas en siniestralidad vial señalaron una consecuencia que siempre resalta y mucho en las estadísticas. “A más presencia de alcohol, mayores secuelas lesivas en las víctimas”, coincidieron. Eso significa prevalencia de muertes o lesiones muy graves.

 

Cambareri afirmó que los operativos que se realizan a diario y, en particular, durante los fines de semana demuestran una lenta pero constante reducción de casos sancionables, lo que se considera resultado de campañas de difusión y prevención tanto del municipio como de gobiernos superiores e incluso de empresas privadas del rubro. “Los casos no punitivos no habían mermado tanto”, reconoció sobre aquellos conductores con consumo mínimo, desde hoy dentro de los márgenes contemplados como infracción.

También los comerciantes empiezan a asumir parte de responsabilidad en procura de este objetivo. Este mes se conoció la propuesta de un conocido boliche nocturno de Playa Grande que ofrece bebida sin alcohol gratis y sin límite para quien se presente como conductor designado, al que se lo identifica allí con una pulsera. Además, se le entrega una entrada gratuita para otra jornada en el mismo local.

 

“Suma pero no alcanza, la tolerancia cero con el alcohol debe venir acompañada de otros pasos como controles más severos y educación”, opinó Verónica Borelli, madre de Lucía Bernaola, adolescente de 16 años que hace poco más de un año murió atropellada por un auto conducido por Federico Sasso. El test de alcoholemia determinó que el conductor, de 19 años, tenía 1,23 gramos de alcohol por litro de sangre, más del doble del máximo entonces permitido. “Son chicos de 18 a 35 años los que protagonizan los casos más graves, algo más hay que hacer”, insistió ante requisitoria de los colegas de La Nación.

A las puertas de una nueva temporada estival, ahora con un marco normativo distinto del de la mayoría del país, desde el municipio advirtieron que dispondrán una fuerte campaña de comunicación para que los turistas sepan que aquí hay “tolerancia cero” de alcohol para los conductores. Además de esta restricción, se promete información clara y abundante sobre el flamante sistema de fotomultas con cámaras que ya funcionan en distintos puntos de la ciudad.