Maran Suites & Towers

Monseñor Puiggari llamó a reafirmar el ardor evangelizador

La arquidiócesis de Paraná convocó a los fieles a participar de la celebración comunitaria de clausura del Año de la Fe, el próximo sábado 23 de noviembre, que consistirá en una procesión de las comunidades desde la parroquia San Miguel Arcángel hasta el monumento a Urquiza, donde el arzobispo, monseñor Juan Alberto Puiggari, presidirá la misa de la solemnidad de Cristo Rey del Universo. El prelado envió una carta a las comunidades convocándolos a la celebración para reafirmar el ardor por la nueva evangelización.

La arquidiócesis de Paraná convocó a los fieles a participar de la celebración comunitaria de clausura del Año de la Fe, el próximo sábado 23 de noviembre, y que consistirá en una procesión de las comunidades con sus estandartes y patronos desde la parroquia San Miguel Arcángel hasta el monumento a Urquiza, donde se celebrará la misa de la solemnidad de Cristo Rey del Universo.

Con motivo de este encuentro arquidiocesano, el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, envió una carta a los “sacerdotes, religiosos, consagrados y fieles laicos” convocándolos a la celebración para reafirmar el ardor por la nueva evangelización.

“Queremos volvernos a encontrar para celebrar a Cristo, y en Él, el don de la fe que hemos querido contemplar, agradecer, renovar en este año con todas esas iniciativas llevadas adelante pero que no acaban de ser suficientes en un año, sino que nos abre a un horizonte el cual nos responsabiliza frente a las futuras generaciones”, expresó el arzobispo.

“Es el tiempo de la nueva evangelización –recordó-, de vivir la fe testimoniándola y transmitiéndola en toda su riqueza, fe que ha engendrado santos en los siglos pasados y que los sigue suscitando hoy, como hemos celebrado durante este año, la beatificación del Cura Brochero”.

“Deseo que juntos renovemos el compromiso de vivir nuestra vocación de Pueblo de Dios, convocados para anunciar al mundo las maravillas “de Aquel que nos llamó de la esclavitud a su maravillosa luz. Bajo el amparo de la Virgen del Rosario seguimos caminando a la Luz de la Fe y a Ella le pedimos que “esta luz crezca continuamente en nosotros, hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, su Hijo y nuestro Señor”, concluyó.