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Messi en Don Julio: El mejor futbolista mundial, eligió una de las mejores parrillas del mundo

El ídolo argentino Lionel Messi concurrió anoche al famoso restaurante porteño Don Julio. Se trata de un local fundado por una familia rosarina que, con los años, se convirtió en uno de los más exclusivos de Buenos Aires. Esta es la historia de la esquina de Guatemala y Gurruchaga, en el barrio de Palermo.

En 2019 la influyente lista de “Los 50 mejores restaurantes del mundo” (The World’s 50 Best) lo posicionó en el puesto 34, mientras en la edición anterior lo había situado 55. Además el año anterior había quedado como el restaurante mejor rankeado en la lista de los 50 mejores de América Latina (Latin America’s 50 Best Restaurants), lista que además le otorgó el Premio Arte de la Hospitalidad 2018.

Este último galardón lo repitió en 2020 cuando fue consagrado por los Latin America’s 50 Best Restaurants como el Mejor Restaurante de América Latina, por su ejemplar hospitalidad, su carta de vinos y su enfoque singular frente a los ingredientes. En 2021 se había ubicado en el puesto 13 de The World’s 50 Best Restaurants. Por cuarto año consecutivo mantuvo un lugar en la nómina más reconocida el mundo.

Nuevamente The World’s 50 Best Restaurants, emitió su veredicto en 2022 en una gala realizada en Londres y posicionó a la parrilla Don Julio, que se ubicó en el puesto 14. Esa cita gastronómica desde 2002 plantea un posible “statu quo” del mercado gastronómico global y reúne los votos de los expertos internacionales de la Academia, institución formada por grandes conocedores de la hostelería. El certamen está avalado por la certificación de la consultora de servicios profesionales Deloitte.

El restaurante Don Julio fue inaugurado en 1999 por Pablo Rivero, con el apoyo de sus padres y de su abuela como una iniciativa de la familia, que es originaria de Rosario, igual que el ídolo del fútbol mundial que ayer se acercó a degustar su famosa parrilla. Por entonces, Pablo tenía poco más de 20 años. Los Rivero vivían en el primer piso de la esquina en la que ahora funciona el restaurante, cuyo nombre rinde tributo a un amigo que los inspiró al comenzar el negocio. Allí había otro local de comidas que no funcionaba. Los oriundos de Rosario tomaron las riendas del lugar y el 26 de noviembre de 1999 abrieron Don Julio.

Con los años Pablo Rivero se convirtió en un reconocido sommelier y uno de los personajes gastronómicos de más alto perfil de la ciudad de Buenos Aires, reconocido por su enfoque ejemplar de la hospitalidad. Este es el concepto de atención del famoso local que eligió ayer Messi: “La clave de la hospitalidad es atender a los clientes como si estuvieran en tu casa. No como si fueran de la realeza, sino como a alguien que te gustaría recibir en tu hogar para convertirte así en responsable de su felicidad”.

Aún tratándose de un local de alto nivel en calidad y precios, siempre está completo. El lugar trabaja con reservas y ofrece, además de una comida de la mejor factura un ambiente alejado del ruido de la ciudad, con las paredes cubiertas con botellas de vino con etiquetas firmadas que muestran la aprobación de los comensales.

Una mezcla de porteños y turistas conforman la concurrencia habitual de lo que ya es un lugar ejemplar de la mejor gastronómica argentina.

Pablo Rivero reveló a qué se le atribuye el modelo de los cuatro ejes: la calidad de las carnes; los vinos argentinos como columna vertebral de la gastronomía; la estacionalidad; y la sustentabilidad…

“Son los 4 factores esenciales que creo que forman parte de la gastronomía argentina. Pero, sobre todo y fundamentalmente, son los que forman parte de lo que debe ser. La carne es el producto más emblemático, que más disfrutamos y que mejor hacemos en este país. Llevamos muchos años haciéndolo y somos el productor de mejor calidad del mundo. Hacemos un producto natural de ganadería extensiva que no existe en otro lugar, con un agroclima perfecto. El vino es para mí un 30% de lo que es la gastronomía argentina en sí. Somos un país que consume vino, quizás un poco de cerveza pero no mucho más, y eso no se da en cualquier lado. Siendo un país joven, contamos con una historia muy grande, una industria pujante que tiene más de 100 años. Los argentinos somos dueños de una historia vitivinícola muy rica y muy interesante con una diversidad impresionante”, contó.

“Estamos muy cerca de productos muy naturales con muy poco y a eso llamo una fortuna divina que no muchos países poseen. La sustentabilidad es quizás lo más importante hoy. Todo lo nombrado anteriormente te lo da la naturaleza, pero la sustentabilidad sobre trabajar con carne en una parrilla fundamental para los años que se vienen. Trabajamos con el sacrificio de un animal, con un producto que genera controversias en el planeta, por su producción y por la contaminación que genera. Como propietarios de una parrilla ese trabajo nos interpela y nos pone en una situación de acción: la de ser sustentable, aprovechando y respetando el sacrificio de ese animal al 100%”, redondeó uno de los máximos empresarios gastronómicos del mundo. Y es nuestro, bien argentino…

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