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Maulión, molesto con los senadores

El arzobispo de Paraná, Mario Maulión, dijo ayer que esperaba confiado que los senadores nacionales por Entre Ríos –los oficialistas Blanca Osuna de Molina y Guillermo Guastavino y el radical Arturo Vera– se hicieran presente el martes último en la sede de la curia para analizar con ellos el debate en torno a los cambios que se proyectan a la ley de matrimonio.

El encuentro, finalmente, no pudo darse, por cuanto los legisladores argumentaron compromisos de agenda que les imposibilitaron reunirse con los obispos de Entre Ríos. Osuna de Molina, fuera del país, y Guastavino y Vera, por compromiso ya asumidos con anterioridad.

“Yo no sé si emplear la palabra sorprender. Yo confiaba en que podían estar. La palabra sorpresa puede significar que a lo mejor ocurrió algo que no esperaba. Las distintas manifestaciones que expresaron los legisladores muestran que no tenían posibilidades de poder estar por compromisos que tenían antes o por compromisos de otro tipo. Yo no quiero pensar que eran excusas. Quiero pensar que eran razones verdaderas”, argumentó Maulión, consignando: “Nosotros vamos a volver a insistir en un encuentro. No importa qué es lo que hayan votado. Lo que esperamos es ser escuchados y que se escuche esta gente que está hoy en la Plaza. No estamos contra los legisladores ni contra las posturas que tienen”.

Marcha contra la reforma al Código Civil

Recordemos que las autoridades de la curia local encabezaron ayer una importante movilización que expresó un fuerte rechazo a los cambios en la ley de matrimonio, según una iniciativa que ya cuenta con media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación y que espera su tratamiento en el Senado. La modificación habilitaría, entre otros cambios, el casamiento ante la ley entre personas del mismo sexo.

Una consigna casi común, “Queremos papá y mamá”, identificó a la movilización que en la siesta plomiza de ayer arrancó desde Plaza 1º de Mayo, recorrió calles España, Santa Fe y desembocó frente a Casa de Gobierno, y que sirvió para que la Iglesia local, unida a los credos evangélicos, pidiera a los senadores nacionales por Entre Ríos que no den su voto positivo al proyecto en debate.

“Pedimos a nuestros senadores nacionales que no modifiquen el Código Civil a fin de que el matrimonio siga reflejando lo que en la naturaleza humana es la unión de varón y mujer. El matrimonio no es un capricho cultural o una creación legal”, dice el texto del documento que se leyó ante los manifestantes, y también que “se respeten el derecho del niño de tener un papá y una mamá de acuerdo a la naturaleza humana”.

Lo que sectores del catolicismo rechazan –la marcha de ayer fue encabezada por el arzobispo de Paraná, Mario Maulión, y mezclado entre la gente, también se movilizó el obispo auxiliar, Daniel Fernández– es la posibilidad de que personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio, y más aún, que puedan llegado el caso acceder a la adopción.

“El proyecto en cuestión, en pos de realizar artificialmente las aspiraciones procreativas de estas parejas, suprime el derecho a la identidad de los hijos que pudiera asignárseles”, dice el petitorio que se oyó.

La elección de las personas encargadas de leer el documento no fue azarosa: la tarea recayó en el matrimonio compuesto por César Augusto Pazo y Paola Guía de Pazo, cabezas visibles del Foro de la Familia, que en 2007 tuvo una marcada presencia en las marchas contra el aborto que finalmente se le practicó a una menor discapacitada que había quedado embarazada producto de una violación. Aunque César Pazo ha cobrado notoriedad también por su incursión en política; en 2005 fue candidato a diputado nacional por el Partido Popular de la Reconstrucción (PPR), y ahora se recostó al llamado Peronismo Disidente, de Héctor Maya y el ex vicegobernador, Domingo Daniel Rossi, condenado por la Justicia por el delito de enriquecimiento ilícito.

Puesto en vocero de la postura de la Iglesia contra los cambios a la ley de matrimonio, Pazo se permitió ayer salirse de libreto y una vez concluida la lectura del petitorio, puso de su propia verba para arengar a la multitud: dijo que “nacimos en la Argentina, tierra de varones y de mujeres dignos, tierra de antepasados viriles, de esposas, madres, hermanos, viudas, padres, cada quien cumpliendo su vocación de hombre y de mujer, asignada por el autor de la naturaleza, cada quien aceptando gozosamente su identidad”.

Volcado a las metáforas, reiteró: “nacimos en la Argentina, una nación con cálido nombre femenino, masculinamente fecunda. Nacimos en Argentina, no queremos morir en Sodoma”.

El texto que aprobó Diputados, resumen de dos proyectos presentados en el Congreso de la Nación, consta de 43 artículos, y supone 34 modificaciones al Código Civil. En todos ellos, se elimina la distinción entre hombre y mujer y se reemplaza esos términos por el de “contrayentes” a la hora de hablar de matrimonio.

Además, el proyecto, una vez que se convierta en ley, otorgará a los integrantes de las parejas del mismo sexo iguales derechos que los que gozan los heterosexuales, incluido el de adoptar niños.

Contra esa iniciativa, la Iglesia local impulsó la movilización de ayer, convocatoria de la que tomaron parte, entre otros, el pastor Ricardo Díaz, presidente de la Federación de Consejos de Pastores Evangélicos de Entre Ríos, el pastor Carlos Schulz, titular del Consejo de Pastores de Paraná; la directora de Cultos de la Municipalidad de Paraná, Manuela Almeida, y el subdirector del área, el pastor Ramón Sale.