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Marcos Ginocchio ganó y apagó la luz en la casa de Gran Hermano 2022

Marcos Ginocchio se consagró como el ganador del reality Gran Hermano 2022, al imponerse en la final contra Nacho y Julieta. De esta manera, el programa conducido por Santiago del Moro llegó a su fin tras un exitoso ciclo que duró cinco meses.

El salteño se quebró en llanto luego que el presentador anunciara que se quedaba con el premio máximo del concurso. El público decidió que él sea el campeón del certamen con el 70,83% de los votos, Nacho (29,17%), el segundo; y Julieta (19,66%), la tercera, quien abandonó la casa en el comienzo del programa de este lunes.

“No lo puedo creer. Para mí es un sueño, no es real”, expresó Marcos una vez que salió de la casa.

Los últimos en marcharse fueron Nacho y Marcos. Cuando el primero cruzó la puerta, el salteño quedó solo, en cuclillas y tapándose la cara, mientras lloraba de emoción junto a la perrita Mora. Con este resultado, se adjudicó un premio de más de $15 millones y una casa.

En un final conmovedor, Gran Hermano llamó a Marcos para que tome su valija y apague las luces de la casa: “Querido Marcos, muchas felicidades, ganador. Buscamos la valija, porque ya es momento de abandonar la casa. Llevamos a Morita. Te he observado en todo este tiempo desde aquel primer día que entraste con tantos sueños e ilusiones y sos hoy el último en salir. Los dos, con Mora”.

Y completó: “Me gustaría que compartamos este momento tan lindo, de apagar las luces de esta casa”. Posteriormente, le dedicó algunos elogios y “El Primo” salió definitivamente de la casa.

“Es una locura, no lo puedo creer. Gracias a todos. Esto es mucho más de lo que pensaba. Gracias por todo el aguante, es una locura”, había expresado Nacho cuando le tocó reencontrarse con sus seres queridos.

A su vez, Julieta se mostró feliz por su rumbo dentro de la competencia: “No puedo más de la felicidad. Estoy feliz. Qué emoción”.

El ganador más sano de la historia

Su forma de actuar, de pensar y de relacionarse con los demás lo que lo convirtió en el favorito tanto adentro como fuera de la casa: por caso, fue el primer hombre en llegar a un millón de seguidores en Instagram, red social que siguió manejando su familia desde afuera. También fue uno de los más demostró su personalidad, lejos de querer jugar: fue el único finalista en no aplicar la nominación espontánea y siempre que votó a sus compañeros, lo hizo desde la afinidad y no pensando en algún tipo de estrategia.

Marcos Ginocchio fue el participante que más costó descifrar. Su forma de ser, sus silencios y sus intervenciones justas y necesarias, en tanto, lo posicionaron como uno de los favoritos del público. Por caso, fue el único participante que salió primero en todas las placas de nominación y tiene el récor de menor porcentaje de voto negativo (0,47 %).

Su vida es un misterio: se sabe que le falta un año para recibirse de abogado, que entrena cuatro veces por semana, que practica artes marciales, que es muy familiero, que sus padres están separados y que sus hermanos no viven en la Argentina. También ha trabajado como modelo para campañas publicitarias, pero ese dato no lo quiso contar dentro de la casa, sino que quedó a la vista por las fotos que solía compartir en su cuenta de Instagram cuando era anónimo.

Mantiene un extremo bajo perfil y fueron muy pocas las veces que se abrió adentro de la casa más famosa del país: compartió una charla con La Tora en la que se refirió a los problemas alimenticios que tuvo en su adolescencia cuando sus padres se divorciaron y sus hermanos Valentina y José se fueron a vivir al exterior. Al respecto, su padre contó a Teleshow que le costaba digerir la comida y que un año después logró recuperarse gracias a la disciplina que mantiene en su plan de alimentación a base de proteínas, frutas y verduras, tratando de no correrse demasiado de dicha dieta. En tanto, fue uno de los que más usó las instalaciones del gimnasio y entrenó a diario. Además, le enseñó algunos ejercicios a sus compañeros.

Durante todo el juego, obtuvo 30 votos en contra por parte de sus compañeros, y fue el ganador del único liderazgo elegido por el público, gracias a su hermana Valentina: la visita de ella fue reconfortante y lo ayudó para seguir adelante cuando estaba a punto de bajar los brazos, según él mismo contó, aturdido por el encierro y extrañando demasiado a los suyos. Sí que valió la pena el esfuerzo.

Su vida sentimental es otro misterio: contó que se separó antes de ingresar a la casa más famosa del país, pero hay versiones que indican que lo hizo para mantener a su novia fuera del foco de los medios y que ella lo esperó afuera. Su familia, por su parte, sostuvo siempre la misma postura de Marcos: que él les dijo que estaba separado. En tanto, les avisó que entraría a Gran Hermano cuando ya era un hecho, horas antes de aislarse por completo, en octubre del año pasado.

Una vez adentro, tuvo mayor afinidad con Agustín. Por caso, cuando el participante reingresó, lo hizo corriendo y gritando el nombre de su amigo, quien le dio un abrazo fraternal cuando lo volvió a ver. Recuperó el alivio y a un compañero. Y cuando entró su hermano José -que viajó especialmente desde los Estados Unidos- se habló de la similitud física con su amigo y entendieron el cariño de Marcos.

Su manera de actuar, el respeto con el que se expresa hacia el otro, cómo habla de su familia, los vínculos, sus amistades y el cariño que tiene hacia los animales lo posicionaron como uno de los favoritos dentro del certamen. En las redes sociales tiene numerosas cuentas de fanáticas, así como también hubo quienes insistieron en algún tipo de shippeo con Julieta, pese a que ambos se encargaron de aclarar que no era más que una amistad. “Somos primos”, se cansaron de repetir.

Ahora disfruta de su gran presente: no solo por el premio mayor (casi 20 millones de pesos y una casa), sino por el cariño de la gente, de un país entero que lo ama y que quiso que se consagrara ganador de la edición de Gran Hermano. No obstante, a Marcos lo único que le preocupaba era saber cómo estaban su familia y sus amigos afuera, los suyos, aquellos que siempre estuvieron para él y que lo acompañaron durante todo este tiempo.

Si bien se reencontró con ellos, apenas salió de la casa, volvieron a aislarlo en un hotel. Allí tendrá profundas charlas con el psicólogo y de a poco se irá reuniendo con sus seres queridos, así como también volverá a tener contacto con el celular y ahí terminará de entender el cariño que se ganó en los cinco meses que permaneció en el reality en el que se mostró tal cual es, personalidad que lo consagró y que, sin dudas, marcó un antes y un después en su vida. Ahora depende de él cómo quiere seguir: si con una carrera en los medios de comunicación o volver al anonimato y seguir disfrutando de sus amigos y familia como lo hacía antes.

 

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