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Marcha contra la violencia de género con unísono clamor de Justicia

Una multitud estimada en unas 7.000 personas se reunió en Plaza de Mayo de la capital entrerriana y marchó hacia Casa de Gobierno, en el marco de las conmemoraciones por el Día Internacional de la Mujer y de los reclamos por la creciente e irrefrenable violencia de género en el país y los femicidios que azotan a la sociedad. Galería de fotos exclusivas.

La ciudad de Paraná se sumó al Paro Internacional de Mujeres con el fin de expresarse contra la violencia, los femicidios, la desigualdad laboral y a favor de la legalización del aborto.
Las distintas columnas se concentraron en la Plaza 1º de Mayo y alrededor de las 18:30 arrancó la movilización hasta llegar a la Plaza Mansilla, ubicada entre la Casa de Gobierno y Tribunales.

El femicidio de Fátima Acevedo trascendió por sobre la conmemoración del Día de la Mujer. Y así se escuchó varias frases, resonando estas principales:
-“Tiene que terminar esta matanza; deben tomarse medidas ejemplares para que dejen de matar mujeres como lo están haciendo”.
-“Nos están matando. ¿Qué espera la Justicia para actuar?”.
-“Fátima advirtió que iba a terminar muerta y los fiscales y jueces no hicieron nada para evitarlo”.
-“No sólo destruyen la familia, sino que dejan criaturas sin su madre. Esto debe acabar”.
-“Es muy triste y duro para todos. La vida no es la misma, falta una más”.
-“No nos dan bola en nuestros reclamos. No les importamos a los jueces, a la policía, a quienes nos gobiernan”.
-“No tenemos respuestas de nada. Solo queremos caminar tranquilas por la calle y vivir en paz”.
-“Paren de matarnos. No nos matan solo los asesinos, los violadores, también lo hace la Justicia que no hace nada para evitarlo”.
-“¿De qué sirve denunciar si no se hace nada? ¿Cómo podemos sentirnos respetadas, protegidas, amparadas, seguras?”.
-“Es horrible lo que está pasando. Deberían cambiar las leyes”.
-“Basta de un Estado ausente. Basta de jueces indiferentes”.
-“La bronca es insoportable. Una muerte más que pudo evitarse solo prestando atención a las denuncias hechas”.
-“El botón antipánico no sirve de nada si sos pobre y no tenés crédito en el celular y menos wifi en tu casa”.
-“La Casa de Mujeres debe ser una alternativa en la cual se ofrezca contención general y garantías de seguridad plenas”.
-“El Estado debe hacerse cargo y dejar de mirar para otro lado”.
-“Que cese esta matanza. Cuántas marchas más tendremos que hacer para que los políticos, los jueces, los policías hagan lo que tiene que hacer”.
-“Se nos están riendo en la cara. Siguen matando amparados por una Justicia que está amordazada y ciega”.
-“Solo queremos sentirnos seguras. Trabajar seguras. Vivir seguras. No pedimos algo que no nos puedan asegurar con leyes acordes”.
-“¿Por qué desaparecen o mueren tantas mujeres vulnerables? ¿Qué sucedería si un día muere una profesional, una política, una jueza, o sus hijas víctimas por la violencia de género? ¿Hay que esperar eso para que algo cambie?”.
-“La Justicia sabe que es tan culpable como quien asesina”.
-“¿Para qué tenemos tantas políticas si no tienen sororidad con lo que nos pasa?”.
-“Ni una menos parece una misión imposible con los jueces, con los políticos y con la policía que tenemos. Todos cómplices”.

Si bien hubo calles y veredas pintadas, no se vislumbró en una revisión primaria, daños a los edificios públicos, y menos aún conductas agresivas como ocurriese el domingo por la tarde frente a las puertas centrales de Tribunales.
Más bien se trató de una marcha pacífica; cargada de tristeza, impotencia, y bronca contenida. De puños crispados, de gargantas contenidas.

Hasta hubo quienes con tambores y danzas expresaron sus sentimientos, no festejando, no celebrando, pero sí manifestando sus emociones, sus sensaciones.
Hubo “blancos” directos ligados a la Justicia y a la política. Hubo pedidos de renuncia, pero nadie se extralimitó, al menos hasta el cierre de los discursos, hora en la que cerramos nuestra cobertura.

Fue una marcha tranquila pero sin resignación. Nos quedamos con lo que expresó una sexagenaria mirando a la Casa de Gobierno: “nuestros gobernantes podrían dar el ejemplo y reconocer las responsabilidades que les competan como exigir a la Justicia y a la Policía de Entre Ríos que den un paso al costado quienes deban darlo. Sería el paso inicial para recuperar el crédito perdido. En medio de tanto dolor, de tanta pena, sería un gesto bien visto por la sociedad”.