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Marcelo Urresti: “Estamos parados frente a una revolución tecnológica permanente”

La definición le corresponde al sociólogo y filósofo Marcelo Urresti, quien -en una conferencia que dictó en la Facultad de Ciencias de la Educación, dependiente de la UNER- se refirió a la relación de los adolescentes, jóvenes y adultos con la tecnología actual.

El panel se desarrolló el viernes 3 del corriente, en el auditorio Rodolfo Walsh -sito en calle Buenos Aires 389- de la Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de Entre Ríos.

Urresti fue invitado por la carrera de Especialización de Políticas de Infancias y Juventudes que es parte de la propuesta de posgrado de esta unidad académica, y es dirigida por Delfina Doval y Carina Rattero.

Luego de desarrollar a puertas cerradas módulos de clase y debate para los estudiantes de la carrera, el auditorio abrió sus puertas para el público en general interesado en la temática. Esta nueva especialización dictada en la UNER, se caracteriza por sus importantes invitados a dar conferencias, relacionados con el tema.

El autor del reciente libro publicado en 2008 y con un gran éxito de ventas “Ciberculturas juveniles”, expuso los resultados de las diferentes investigaciones que llevó a cabo con colegas del mismo ámbito, para dilucidar cómo afectan las revoluciones digitales actuales sobre los jóvenes y adolescentes de nuestro país.

Expresó que “los jóvenes acceden al mundo con una mirada que no está contaminada por la historia previa, por tradiciones incorporadas”,  viven con la tecnología una “experiencia adánica”, lo cual los lleva a considerar a las tecnologías como parte de su mundo y a aceptarlas sin tener en cuenta su lado negativo. Lo contrario ocurre con los adultos, que ven a las tecnologías como parte de la historia y pueden tomar distancia de ellas.

Este sociólogo, graduado en la Universidad de Buenos Aires -lugar donde desarrolla principalmente sus trabajos de docencia e investigación- advirtió, además, que el surgimiento de las tecnologías digitales implicó una revolución que va más allá del campo de las comunicaciones y afecta al trabajo, a la política, al tiempo libre y de ocio; en síntesis: a la cultura.

Por otra parte Urresti también indicó que -aunque se comprobó que los sectores populares son los que más manejo tienen de los celulares de último modelo- los distintos sectores sociales (alto, medio o bajo) tienen diferentes posibilidades de acceso a las nuevas tecnologías, especialmente a internet.

Además, el vínculo tecnología-utilidad depende de la generación de la que se trate (adolescentes, jóvenes o jóvenes-adultos). En este sentido, en su exposición precisó que la edad es un indicador de una determinada inserción social-laboral y que “los adultos tienen serias posibilidades de entrar en el mundo de las nuevas tecnologías porque poseen mayores responsabilidades que los jóvenes y tienen menos tiempo disponible”.

Según advirtió Urresti, existe una brecha digital marcada entre sectores sociales. A partir de porcentajes obtenidos en diferentes estudios realizados por el especialista se puede decir que el 10% que representa a los sectores altos tiene acceso domiciliario a internet, con un ancho de banda de gran velocidad. Mientras que el 50% de la población que representa a los segmentos bajos, el acceso se produce desde lugares públicos, como cibercafés o telecentros. En cuanto a los sectores medios -que representan el 40% de la población-, se dedujo que hay un importante uso de computadoras hogareñas, para uso familiar.

Por otra parte, Urresti distinguió seis usos típicos de los jóvenes sobre internet: el Uso Comunicativo -vinculado con la mensajería instantánea, chat, mensajes cortos, sms y mails-, por medio del cual se busca establecer relaciones con los cercanos y entre los adultos, dentro de este existe un uso vinculado al trabajo.

En segundo lugar ubicó al Uso Informativo -búsqueda de información, música, películas, imágenes, textos-. Con respecto a este el autor resaltó que la indagación se realiza por motores de búsqueda -como Google-, dejando como consecuencia la disminución de de la capacidad de autonomía en la exploración.

En cuanto al Uso Online, reconoció la inmediatez y efectividad. El Uso Lúdico -juegos en red-, tiene la particularidad de estar atravesado por cuestiones de género y clase. Según Urresti “los que más juegan son los varones, y más particularmente los sectores bajos”.

En último lugar se ubica el Uso de la Publicación -género que ofrecen las nuevas tecnologías-. El autor considera que es el que más ofrece, ya que “cada vez es más fácil producir, editar y publicar”.

En el tramo final de la exposición Urresti se preguntó qué implicancias tienen los cambios en las condiciones de interacción, pertenencia y comunidad que se están produciendo, e indicó que los mismos suponen un cambio en la noción de temporalidad, el aumento del flujo de los mensajes, cambios de hábitos respecto de las formas tradicionales de entretenimiento, incremento del “consumo casero”, caída del encendido de la TV y una redefinición del ámbito de la privacidad. También dijo que las tecnologías digitales favorecen la convergencia de los géneros de la comunicación, que se convierten en intertextuales, y que se dan profundos cambios en los tiempos para el ocio y el trabajo.

Urresti es sociólogo, graduado en la Universidad de Buenos Aires, donde también estudió la carrera de Filosofía completa. Realizó estudios de posgrado en el Instituto de Ciencias de la Cultura de la Universidad Humboldt (Berlín), es docente de Sociología de la Cultura e investigador del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Ha publicado artículos especialmente dedicados al tratamiento de las juventudes, sus prácticas y consumos culturales en libros y revistas especializadas -nacionales e internacionales- y los libros “La segregación negada. Cultura y discriminación social”, “La cultura en la Argentina de fin de siglo” y “Familia, hábitat y sexualidad”, todos editados en colaboración con Mario Margulis. Su último libro se publicó en 2008 y se titula “Ciberculturas juveniles”.

Notas y fotos: Manuela Calderón Bourband.-