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Manuela Castañeira, la única mujer precandidata a presidente: “Siento la responsabilidad de luchar por todas”

La entrerriana Manuela Castañeira es la precandidata más joven entre todos y todas las postulantes al cargo presidencial. Oriunda de Paraná, Entre Ríos, llegó a la ciudad de Buenos Aires en 2005 para estudiar Sociología en la Universidad de Buenos Aires. Una entrevista que revela integralmente su postura política.

 

“Mis intereses políticos empezaron en la adolescencia. Tenía 16 años en el 2001. Estaba en Paraná y lo que miraba me impactaba. No tenía un espacio a mano, en ese momento y en ese lugar. Miraba shockeada lo que pasaba en el país. Mi primer reflejo político era indignarme porque observaba que la policía cuidaba a los supermercados en lugar de cuidar que a la gente le den comida”, dijo a Infobae.

 

La entrerriana buscará superar las PASO con el Nuevo MÁS, espacio que estuvo en el centro de la escena dentro de la izquierda por jugar fuera del FIT-Unidad y no competir en una interna con Nicolás del Caño y Romina Del Plá.

“Mis días son muy intensos. Trabajo como no docente en la Universidad Nacional de San Martín. Voy todos los días a trabajar. Me gusta el deporte y, cuando puedo, juego al fútbol con mis compañeras de trabajo. Mi agenda es de lunes a lunes”, expresó.

 

— ¿Qué dijo su familia cuando confirmó su precandidatura?

— Ellos no vienen de una militancia de izquierda. Yo elegí el trostkismo, el socialismo y el feminismo. Fue difícil para ellos entender que vas a una fábrica, a acompañar un piquete, un corte de ruta los días de los paros. A la distancia fue difícil y hoy me acompañan, estoy muy rodeada. Mi familia está un poco en Entre Ríos y tengo un hermano en Mar del Plata, que también me manda muchos cariños.

 

— ¿Discute con ellos sobre política?

— Hablamos. No nos peleamos porque es mi familia. Va todo más allá. Fuimos un construyendo un diálogo y hay mucho respeto.

 

— ¿Podría entender que alguien de su entorno quiera enumerar por qué va a volver a votar a Macri?

— Depende de los argumentos. La pelea que puedo tener es si alguien me dice cosas que son inaceptables. “Con los militares estábamos mejor”. Bueno con vos no tengo nada de que hablar. Eso es fascismo puro. Dependen de todos los argumentos. Tengo mucha paciencia para discutir, sobre todo con la gente que quiero mucho.

 

— ¿Y alguien que le diga que el aborto no debería ser legal?

— Eso es distinto porque con ese punto hay mucha desinformación. Y mucha gente que te termina escuchando y diciendo: “Tenés razón”.

 

— ¿El lenguaje inclusivo es un ejemplo?

— Sí. Todos dicen: “¿Para qué hablás así?”. Hasta que una persona te comenta: “Cuando vos decís ‘todes’ siento que es reparador”. La experiencia te muestra el punto de vista del otro. Cuando vas a una fábrica y una persona despedida, haciendo un acampe en la puerta, te cuenta lo que le pasa a su familia y cómo va a hacer para pagar las deudas a fin de mes te cambia la cabeza. Cuando vivís el día a día con esas personas.

 

— Va a ser la única candidata mujer y la más joven. ¿Qué siente acerca de que no haya otra precandidata femenina?

— Siento responsabilidad. Una enorme responsabilidad de representarlas y luchar por todas, de llevar esta voz, del país del Ni Una Menos y de la marea verde. Hemos coordinado acciones de manera internacional. El movimiento de mujeres es uno de los principales movimientos mundiales. ¿Quién mas puede decir que coordina acciones traspasando la frontera como lo hizo el movimiento de mujeres el 8 de marzo pasado?

 

— ¿Y por qué no hay más mujeres?

— El tema de que no haya candidatas mujeres es como un indicador que nos sirve para ver donde están paradas las otras candidaturas y las fórmulas. Creo que están corridas más a la derecha. Están presentadas de una manera mucho más conservadora, en su programa general.

 

— ¿El FIT-Unidad también?

— Me parece que sí, muy de espaldas a eso. Podrían haber tenido candidatas mujeres para elegir. Nosotros al FIT y a Nicolás del Caño le propusimos unas PASO y ni nos contestaron y tampoco ellos propusieron una mujer. Es preocupante que ellos estén de espaldas a eso. Nuestra propuesta fue pública, con un programa de independencia de los empresarios, del FMI y a favor de la legalización del aborto. No nos contestaron sobre eso y a nosotros no nos hicieron otra propuesta alternativa. ¿No te parece importante que haya una candidata mujer en este momento en la Argentina?

 

— Sí.

— Bueno entonces qué suerte que nos mantuvimos firmes, al margen de lo que otro pueda decir que cada cual o mide o tiene. Acá lo concreto que quedó es que hay dos listas nacionales. Nosotros fuimos los únicos que buscamos que haya una PASO y una instancia común. Hoy hay dos listas. Por suerte hay una mujer precandidata a presidente.

 

— ¿Le dolió?

— Nosotros somos de izquierda, somos otra cosa. Lo que me parece de cuarta es la rosca. Es mi opinión. Y evidentemente va por ahí. (Sergio) Massa, que criticaba al kirchernismo, adentro sin ningún diálogo intermedio. (Miguel Ángel) Pichetto, que estaba en otro frente, entró al macrismo. Unos cambios espantosos. La izquierda tiene que tener ideales, valores, mostrar coherencia.

 

— ¿Cómo imagina un eventual regreso del kirchnerismo?

— El kirchnerismo dejó de ser progresismo para ser conservadurismo y el candidato es Alberto y ella (Cristina Kirchner) lo definió. Con Alberto definió la decisión más a la derecha que el kirchnerismo podría haber tomado.

 

—Si fuese electa presidente, ¿sería capaz de lidiar con la grieta social y política?

— La división para mí no es entre macristas y peronistas. La grieta que vive el país es entre el poder económico y el FMI. No voy a hacer sola las cosas. Haría mi concepción de la política que es colectiva. Yo trabajaría para echar más luz sobre ese problema, que es esa la división que tiene el país.

 

— ¿Son antidemocráticas las PASO?

— Sí, por muchos motivos. En primer lugar por el piso del 1,5%. Vi muchos dirigentes macristas decir: “Nos suma porque limpiamos la elección de cara a octubre”. Es el comentario más fascistoide que se puede escuchar. Lo progresivo de un sistema democrático es la pluralidad de voces. Nadie, al final, va a usar la PASO. La ley es antidemocrática porque pone ese piso.

 

— ¿Por qué ningún candidato habla del aborto en campaña?

— No podemos permitir que oculten el debate sobre la legalización del aborto. Yo creo que en esta campaña hay dos grandes temas: uno es el ajuste, la economía, el FMI y todos los problemas que están sufriendo los trabajadores y las trabajadoras, la cuestión económica. Y el otro es la agenda del movimiento de mujeres y el debate sobre la legalización del aborto.

 

— ¿Y qué pasa cuando los dirigentes políticas menosprecian la lucha?

— Está muy claro el debate. Hay un proyecto de ley presentado. Un debate de especialistas, se hizo un nuevo proyecto que incorpora lo que arrojó ese debate, las mejores que tenían que tener. La ley se tiene que aprobar. No tiene que haber más maniobras sobre este debate. Además, si no avanzás, los que intentan tomar la iniciativa son los sectores reaccionarios. Por ejemplo los sectores evangélicos que apoyar a Amalia Granata en Santa Fe.

 

— ¿Qué atención le presta a las redes sociales?

— Me interesan, me gustan, me gusta la comunicación, como herramienta para difundir, intercambiar, llevar adelante ideas. Nos han sido muy prácticas para el movimiento de mujeres, para discutir, para intercambiar acciones. Lo que no me gustan son las agresiones. No tengo cuentas personales. Es muy difícil hacer eso.

 

— ¿Cambió la conquista en cuanto a las relaciones de pareja?

— La ola feminista mejoró las relaciones de las personas. A muchas personas las obligó a socializar. A tratar bien a las personas. No quiere decir que hay que eliminar las relaciones, ni la conquista, ni el buen trato. Ni decirle a alguien que es lindo o linda o que querés tomar algo con él o ella. Lo que hay que aprender es a tener más respeto. Para que labures invitando bien a alguien a salir, pero no eliminar para nada las relaciones.

 

— Le voy a nombrar a varias dirigentes políticas para que me brinde una opinión o mirada sobre ellas.

— Dale.

 

— Elisa Carrió.

— ¡Qué vaya a laburar! 24 años en el Congreso y está de derecha y de espaldas a la realidad.

 

— Cristina Kirchner.

— Millonaria. Ella defiende al capitalismo y es millonaria. Ahí no tengo nada que ver con ella.

 

— María Eugenia Vidal.

— Es muy fascistoide. Detrás de esa amalgama de amabilidad esconde posiciones agresivas, anti obreras, resentidas. Es eso.

 

— Myriam Bregman

— Militante de izquierda. Y la competencia en la izquierda se puso álgida e impide que no nos juntemos gente que deberíamos estar más cerca. Yo la respeto.

 

— Graciela Camaño.

— Es de la política conversadora del establishment. Y además no comparto para nada sus proyectos ni lo que ella defiende.

 

— Margarita Stolbizer.

— Tampoco me cae bien.

 

— Gabriela Michetti

Ahí hay una definición clara de fascistoide. Todas sus posiciones son de derecha. Antiobrera, antimujeres. Siempre promoviendo la guerra del pobre contra pobre. Me genera mucha distancia su persona.

 

— Patricia Bullrich.

— De lo peor. Patricia Bullrich es Santiago Maldonado. Eso tengo que decir.