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Mandubí, un buque con historia

Una de las naves históricas de la Prefectura Naval Argentina, el Mandubí, se haya anclado por unas horas en el puerto paranaenses. El buque realiza una expedición iniciática para los cadetes de la Escuela de Prefectura General Matías de Irigoyen de Zárate.

Mandubí se llama la embarcación que partió desde Zárate, pasó por Villa Constitución, se detuvo también en Diamante y finalmente ancló en Paraná. La travesía contempla, en total, 20 días de duración, pero parte de la tripulación cambia: suben cadetes y bajan cadetes cada dos días. La experiencia, la primera experiencia en navegación fluvial de los alumnos de la Escuela de Prefectura General Matías de Irigoyen de Zárate, es justamente esa, dos días de navegación, con sus dos noches.

El buque pesa 208 toneladas y a diferencia de las embarcaciones más modernas, donde se utiliza el aluminio en la parte superior, está hecho todo de acero naval. En el puente de la nave –la cabina de mando– todo es madera reluciente y se observan los artefactos antiguos: la rueda de cabilla, la bitácora –sin funcionar debido al impacto de un rayo hace algunas décadas–, el telégrafo de orden y esas ventanas menudas que ya casi no se usan porque en las nuevas embarcaciones se privilegia la vista a 360 grados.

La conservación de los antiguos elementos, además de constituirse como un atractivo para los visitantes que suben en cada puerto, es de utilidad para el estudio de los cadetes, no obstante el contraste con la tecnología actual está a la vista, junto a la rueda de cabilla, toda de madera, arriba y a la izquierda se ve la pantalla y atrás otra pantalla y también dos GPS de última generación y un aparato de comunicación satelital. Bitácora y radares, maderas y pantallas.

En el camino, por los pasillos angostos, se observan los aparatos de aire empotrados, que refrigeran la mayoría de los espacios habitables. La tripulación, compuesta por unas 14 personas, tiene a disposición un salón de generosas dimensiones, con piso de parqué impecable –el mismo que una vez tuvo el Teatro Coliseo de Zárate–, aire acondicionado, televisión, equipo de música y una mesa de reuniones.

El espacio para los cadetes, en cambio, es mucho más modesto y reducido. Para entrar a las habitaciones, hay que abrir una de las puertas del casco central y bajar una escalera por demás empinada. Apenas llega la luz del sol y solo se adivinan las camas de los cadetes, además de una puerta que conduce a otra habitación.

Imperdible la cita. Un buque histórico de alguna manera, porque está al borde de cumplir 70 años y es el segundo más antiguo de Prefectura, después de El Dorado, que justamente está anclado en el Puerto de Paraná y tiene un par de años más.