Lozano se refirió al milagro de los mineros de Chile
|“En las situaciones de desgano o apatía, decimos que falta motivación. En las situaciones de crisis o desconcierto social, hacemos referencia a la necesidad de liderazgos, que sean capaces de observar, escuchar, interpretar y mostrar algunas luces para seguir en el camino. Los líderes no se improvisan, ni tampoco aparecen por publicar un aviso clasificado en algún diario”. Así lo expresa monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú, en un artículo referido a los 33 mineros chilenos que sobrevivieron a un derrumbe el pasado 5 de agosto y permanecen organizados mientras se desarrolla el operativo de rescate.
El obispo destaca que los hombres “no perdieron la calma; se organizaron, mantuvieron disciplina, racionaron al máximo las pocas provisiones. Sabían que el operativo rescate no dependía de ellos. Pero también eran conscientes de la necesidad de hacer todo lo que estaba en sus manos. Y lo hicieron”. Y asegura que “esa capacidad de organizarse” es la que “los ha mantenido con vida”.
Texto completo del artículo:
Milagro en Chile
Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Reflexión para el domingo 29 de agosto de 2010.
En las situaciones de desgano o apatía, decimos que falta motivación.
En las situaciones de crisis o desconcierto social, hacemos referencia a la necesidad de liderazgos, que sean capaces de observar, escuchar, interpretar y mostrar algunas luces para seguir en el camino.
Los líderes no se improvisan, ni tampoco aparecen por publicar un aviso clasificado en algún diario.
Miremos lo que sucede con lo que algunos titularon “Milagro en Chile”. Un grupo de 33 hombres en una situación durísima. No perdieron la calma; se organizaron, mantuvieron disciplina, racionaron al máximo las pocas provisiones. Sabían que el operativo rescate no dependía de ellos. Pero también eran conscientes de la necesidad de hacer todo lo que estaba en sus manos. Y lo hicieron.
Esa capacidad de organizarse les ha mantenido con vida. Entre ellos surgieron líderes que son sabios.
Me contaba un amigo chileno que el clima de fiesta vivido en su país, cuando se supo que todos estaban con vida, era algo hermoso y digno de resaltar.
¡Cómo los Medios de Comunicación son capaces de tener en vilo a todo un país! Y por qué no decirlo, a buena parte del mundo.
Seguramente se seguirán conociendo en estos días unos cuántos detalles de lo que suceda tierra abajo.
Mientras tanto, tierra arriba el campamento Esperanza —instalado por los familiares de los mineros atrapados— hace honra a su nombre.
En un video que está dando la vuelta al mundo, se ve y escucha a los mineros dando ánimo y presoñando el futuro, mirando a la cámara.
Y nuevamente aparece la organización como un escalón superador. Tiempo para la higiene personal y del espacio compartido. Tiempo para jugar. Tiempo para alimentarse. Tiempo para planificar. Tiempo para rezar.
Mina San José. Copiapó, desierto de Atacama, Chile.
A 900 kilómetros de Santiago.
A 700 metros de profundidad.
17 días de espera para saber que “los 33” estaban con vida.
Con perforaciones de 15 centímetros de diámetro para hacerles llegar víveres.
Faltan al menos 80 días para el rescate.
Y una eternidad para agradecer el milagro.
Fuente: AICA.-