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Liga A: meta bomba

Peñarol de Mar del Plata superó cómodamente a Boca Juniors por 100 a 83 en el primer partido semifinal y confirmó su favoritismo en el playoff. El juego se definió en el segundo cuarto y en medio de omisiones arbitrales que desnaturalizaron el trámite desde temprano. Peñarol capitalizó los desajustes defensivos de Boca y le endilgó 19/26 triples, de los cuales 9/13 fueron de parte de Leonardo Gutiérrez.

La gran protagonista fue la defensa zonal que ejerció Boca, en función de ella estuvo el desenvolvimiento del partido. Mientras ésta le consiguió neutralizar los tiros a distancia a Peñarol el trámite fue equilibrado y cuando no lo impidió se definió casi todo. Peñarol amagó con escaparse precisamente cuando Gutiérrez anotó el primero de sus triples (15-9) en lo que fue la mayor diferencia de ese tramo. Boca -que hasta allí manejó los rebotes (12-6) vía Mikulas- equilibró con un Moodie ya por entonces protagónico (13 de los 21 puntos del equipo), autor de un triple sobre la bocina que estableció la paridad (21-21).

En el segundo tramo Peñarol embocó 8/11 triples (4 Gutiérrez, 3 Lamonte y 1 Campazzo), algunos a pie firme y sin defensa, y en poco más de cinco minutos la diferencia trepó a trece (38-25). Esa distancia se mantuvo hasta el cierre de la primera mitad, la cual finalizó con una jugada que descarrió el espectáculo. Lamonte le propinó un durísimo cabezazo a Ingles y lo tumbó en mitad de cancha. Y con el jugador en el suelo y cortado en su nariz los árbitros -en concordancia a lo que fue su labor hasta ese momento (eran más importantes por las omisiones que por sus sanciones)- lo obviaron. Esa jugada finalizó con el sexto triple de Gutiérrez (52-37) y frente al reclamo de la banca visitante, ésta recibió una técnica, cuyos libres fueron efectivizados por Rodríguez en el inicio del tercer cuarto.

Esto caldeó los ánimos de forma innecesaria en un partido que en los hechos estaba casi definido (Ingles quedó fuera de juego) y los árbitros perdieron la autoridad por lo que entonces no faltaron otras jugadas violentas de parte de ambos equipos que en condiciones normales debieron ser motivo de descalificación. En el complemento Boca lo más cerca que estrechó fue a doce (54-42) dado que su defensa continuó tan esquiva como en el segundo parcial a punto de recibir otro 6/8 triples (2 Gutiérrez, 2 Rodríguez, 1 Vega y 1 Diez) y si la diferencia se mantuvo en dieciséis fue únicamente por Moodie (13 puntos más en el tercer cuarto, 30 hasta ese momento) por cuanto Peñarol jugaba a voluntad y sin grandes apremios (84-68).

Los diez minutos finales estuvieron de más dado que ambos dejaron de defender entonces el partido se transformó en una especie de demostraciones individuales. En ese contexto Peñarol tuvo su tiempo para establecer la mayor diferencia con dos libres de Leiva (92-68), pasaje al que Boca respondió con un 10-0 y estrechó a catorce (92-78) y obligó a Hernández a producir el reingreso de Gutiérrez y Lamonte.