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Las tucuras quebracheras generan alarma

La presencia de una invasión de langostas es siempre impactante. Pero esta vez es la tucura quebrachera, de mayor tamaño y de nombre científico Tropidacris collaris, la que generó una alerta en las redes difundido por Confederaciones Rurales Argentinas. Nuestra Redacción recibió tan peculiar visita. Fotos exclusivas.

 

Por cuestiones climáticas, en las últimas semanas ingresaron a esta zona de la Región Pampeana insectos de gran tamaño conocidos como tucuras quebracheras. Pese a llamar la atención con su tamaño (promedio diez centímetros de largo), no representa riesgo sanitario para las personas, sin embargo, se recomienda no manipularla, como cualquier especie silvestre, en especial pues tiene las patas aserradas.

 

Se llama “Quebrachera” porque termina su ciclo de vida en el quebracho del monte, por eso es difícil y raro que esté en la ciudad. Se ve que han ingresado por cuestiones climáticas o de modo esencial pues las han desplazado del monte, siendo el potencial riesgo agrícola, ya que se alimentan básicamente de plantas.

 

De una voracidad extraordinaria, el insecto, con nombre de origen guaraní, desaparece habitualmente en el invierno y no tiene hábitos migratorios. Nace y se cría en el mismo campo. Los entendidos dicen que con la escasez de quebracho blanco el insecto se lanza cada vez más sobre las plantaciones de sorgo, soja y pasturas.

 

La tucura puede llegar a medir hasta 14 cm de largo y tiene mandíbulas y ojos que se presentan amenazadores. Su predador era el aguilucho langostero, pero según los ambientalistas ya casi no quedan ejemplares. El INTA recomienda utilizar otras especies para mantenerlas a raya. Se puede realizar control biológico, porque las tucuras pueden ser controladas por numerosos enemigos naturales entre los que se encuentran: moscas, avispas, hormigas, hongos, bacterias, virus, protozoarios (Nosema locustae), arañas, roedores, aves: garzas, gaviotas, palomas, perdices, entre otras, indican los expertos.

 

Langosta vs tucura ¿Cómo diferenciarlas?

 

Al caminar por el campo, estamos acostumbrados a ver ese insecto que indistintamente llamamos tucura o langosta. Sin embargo, no son lo mismo. Aunque son “primas hermanas”, tienen una diferencia biológica muy importante: las langostas desarrollan la capacidad de formar mangas (como si fueran enjambres) y dispersarse hasta cientos de kilómetros.

En cambio, las tucuras generalmente tienen hábitos solitarios y no se movilizan grandes distancias. En nuestro país, el estado adulto de la “langosta voladora o sudamericana” es de tamaño grande (macho: 28 a 49 mm.; hembra: 39 a 66 mm.) y su coloración varía de castaño a verde oliva.

 

En cambio, dentro del complejo tucuras, las especies varían desde pequeñas a muy grandes, como el caso de la llamada tucura quebrachera.

La diferencia morfológica más clara es el aspecto que presenta el adulto en el área del tórax cuando se observa al insecto ubicado “panza arriba”.

 

Ciclo

 

El ciclo biológico incluye las etapas de huevo, estado juvenil (ninfa) y adulto. La hembra adulta pone los huevos agrupados en paquetes que entierran en el suelo. De los huevos nacen las ninfas. Estas atraviesan cinco estadios que se diferencian por el tamaño y el color; los más pequeños son las “mosquitas” y los más grandes son las “saltonas”. En etapas juveniles, la langosta presenta colores más vivos que pasan del verde intenso al pardo. Las ninfas son parecidas a los adultos pero carecen de alas, de modo que sólo pueden desplazarse dando saltos. Después del quinto estadio ninfal emerge el adulto, con alas completamente desarrolladas y gran capacidad de vuelo. En los adultos, la parte dorsal de la cabeza presenta una banda color crema que se extiende a lo largo del tórax y de las alas principales. Las patas traseras tienen una franja blanca y espinas blancas de puntas negras.

 

En la fase solitaria se desarrollan alimentándose de las plantas disponibles y sin realizar más desplazamientos que entre plantas vecinas, o de un potrero a otro. Si el número de ninfas por metro cuadrado es alto, pasan a la fase gregaria, cambiando de color y aumentando su consumo y reproducción. Al llegar al estado adulto, forman las mangas con la capacidad de desplazarse grandes distancias.

 

En el marco del Programa Nacional de Acridios (PNA), el Senasa implementó una estrategia de manejo preventivo que tiene como objetivo lograr una identificación temprana de focos y el control de la langosta en sus estadios ninfales “mosquita” y “saltona” y evitar su dispersión en mangas. Para ello, es necesario realizar monitoreos continuos y tratar individualmente los focos activos con insecticidas autorizados.