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Las idas y venidas en Salud de Milei se parecen al Gobierno de Macri

El suspenso sobre la forma que tomaría el área de Salud bajo el Gobierno nacional que asume este domingo se mantuvo hasta el final de la previa. La Oficina del Presidente Javier Milei echó luz oficial en X (antes Twitter) a menos de 48 horas del debut y en un día feriado. No sólo fue uno de los últimos cargos en confirmarse, sino también en conocerse qué rango tendría.

La “novela” comenzó hace una semana, cuando se produjo el primer quiebre dentro del esquema que Milei había ideado originalmente: un superministerio de Capital Humano a cargo de Sandra Pettovello que contuviera, entre otras áreas, la de Salud, con el rango de secretaría. El 27 de noviembre, Eduardo Filgueira Lima, que venía pisando fuerte para ocupar el cargo, decidió bajarse tras un cortocircuito con Pettovello.

Desde ese momento la danza de nombres -para el extraño relevo de alguien que aún nadie había designado- fue intensa. Hasta que finalmente se confirmó que el puesto sería ocupado por Mario Russo. Sin embargo, todavía no estaba definido si el funcionario se haría cargo de una secretaría, bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete, o de un ministerio autónomo.

Este viernes, entre las idas y venidas, hasta hubo lugar para un blooper que pocos llegaron a registrar. Algunos medios, entre ellos Cuestión Entrerriana, informaron que Salud sería finalmente una secretaría, a partir de un primer comunicado difundido en X -luego corregido-, que decía que Russo sería el nuevo secretario de Salud. Otro texto enmendó la errata y se pasó a hablar de ministro para informar correctamente.

Diferentes fuentes vinculadas a la industria de la Salud, tanto de empresas de medicina prepaga como de laboratorios farmacéuticos, celebraron el hecho de que el área siga siendo un ministerio. Creen que los problemas son muchos y demasiado grandes cómo para subestimarlos.

“Es una señal de Milei de su reconocimiento a la importancia de las políticas de salud y del rol estratégico del Ministerio en la actual coyuntura del país”, dijo uno de los directivos que más conoce el funcionamiento del mercado farmacéutico local.

¿Hubo algún tipo de acercamiento entre la industria y el nuevo Gobierno para que Salud tuviera categoría ministerial? Las fuentes consultadas aseguraron que no existió contacto alguno, que se mantuvieron al margen y expectantes, y que se enteraron de la novedad como el resto de los argentinos.

El nombre de Russo fue bien recibido dentro del sector de los laboratorios extranjeros. “Una muy buena elección”, fue la definición desde una de las farmacéuticas más fuertes del mercado.

Entre los laboratorios nacionales, con sus matices, también le dieron la bienvenida al funcionario que supo desempeñarse en el pasado como secretario de Salud de los municipios de San Miguel y de Morón, y luego como director de Asuntos Gubernamentales de AySA.

“Esperemos que la designación sea acertada y tenga éxito en su gestión. La industria farmacéutica nacional acompañará para afrontar los desafíos que plantea la compleja realidad del sector”, dijeron.

Por otra parte, una fuente muy ligada a una de las prepagas más importantes del país analizó el cambio de última hora de secretaría a ministerio y le quitó romanticismo: “Me parece más una decisión estructural que política. ¿Será que tiene una estructura de secretarías y subsecretarías que no puede romper por ahora? Ya le pasó a Macri cuando le bajó el precio a Rubinstein y terminó siendo una secretaría de Gobierno con secretarias y subsecretarías subalternas”.

Los protagonistas de esta historia dentro del nuevo Gobierno tienen, claro, su propia versión de los hechos y el motivo por el que ocurrieron. “Sandra (por Pettobello) siempre pensó que tenía que ser ministerio. Lo charló con el Presidente. Los temas se charlan”, dijo de manera escueta una fuente cercana a la cartera de Capital Humano.

Otro analista que lleva años trabajando en la industria farmacéutica consideró que “la clave era sacar el área de Salud del entorno de la Jefatura de Gabinete con el objetivo de darle más agilidad a la gestión”.

El upgrade de Salud en el organigrama gubernamental no es la única sorpresa entre los espectadores del sector sanitario cuando analizan este último capítulo de nombramientos. Otra, dicen, es “que se haya oficializado el nombre del ministro un día después que el del titular del PAMI y al mismo tiempo que el del titular de la Superintendencia de Servicios de Salud, cuando en general es el ministro el que suele hacer esas designaciones”.

En rigor, la posibilidad de que los ministerios fuesen nueve en vez de ocho siempre estuvo latente. Así lo planteó el propio Milei con cierto dejo de duda en alguna de sus intervenciones de campaña. Finalmente, y a contracorriente del minimalismo burocrático que pregona el libreto del libertario, la balanza se inclinó a favor de la cifra más abultada. Habrá que ver ahora si el camino elegido sirve como combustible reparador.

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