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La óptica de Aldaz sobre el Día del Militante

“El viernes 17 de noviembre de 1972, volvía al país el general Juan Domingo Perón tras 17 años de exilio y proscripción, como fruto de uno de los procesos de mayor movilización popular de la historia argentina”, dijo el vocal del Consejo Provincial del Partido Justicialista, Julio César Aldáz , al referirse a día del militante.

Indicó que era “el resultado de consignas claras y proyectos trascendentes, era la materialización del Luche y Vuelve, esperanza de la victoria que se escribía a los apurones y amanecía en cualquier pared, en cualquier esquina de nuestro país, despertando expectativas y emociones, sin precedentes en la población”. “Era el reencuentro del conductor con sus militantes, del líder con su pueblo”, manifestó Aldáz.

“Aquel 17 de noviembre de 1972 volvía a pisar suelo argentino Juan Domingo Perón”. “No fue un día más para el pueblo argentino, fue la consagración del Perón Vuelve que durante casi dos décadas miles de militantes aportaron hasta con su vida para permitir ese anhelado regreso, haciendo denodados esfuerzos por mantener el movimiento nacional justicialista con vida y sostener las figuras de Perón y de Evita en el corazón de todos los argentinos”, acotó el dirigente.

De la misma manera, el ex intendente reveló que “las bases históricas del peronismo, el movimiento obrero y masivos sectores juveniles de la misma clase media que siempre lo había combatido, protagonizaron en esos años la pelea por el retorno incondicional de Perón y el pueblo al poder, simbolizado en la consigna “Luche y Vuelve”, que se convirtió en un grito de batalla que sintetizaba las aspiraciones culturales, sociales, económicas y políticas del pueblo argentino”.

“La radio informaba minuto a minuto este acontecimiento único”.  “La televisión enfocaba después de tantos años el conocido y sonriente rostro de Juan Domingo Perón, que levantó triunfalmente los brazos, protegido de la lluvia por un paraguas desplegado por José Ignacio Rucci, Secretario General de la Confederación General del Trabajo (CGT), después de haber bajado la escalerilla del avión”, detalló.

En tal sentido, comentó que “la generalidad de la gente que se reunía eran personas jóvenes, que jamás habían visto a Perón, la gran mayoría con bombos y estandartes, desafiando al régimen militar y cuyo propósito era darle la bienvenida al General Perón”.

“La historia del 17 de noviembre de 1972 es una historia de trenes embanderados, de barrios obreros movilizados y de columnas infinitas de hombres y mujeres que se dirigían a Ezeiza bajo la lluvia, unos sobre la autopista, otros siguiendo  las vías del ferrocarril”, dijo.

Por último, agregó que “una generación que todo lo dio a cambio de un sueño,  la vuelta de Perón al país, ese día quedó registrado en la memoria colectiva como la gesta de un pueblo movilizado que tuvo la firme voluntad y la lealtad de la militancia peronista hacia su conductor, que  a lo largo de casi 18 años de exilio y proscripción, hicieron posible aquel retorno, donde nuevamente la militancia vuelve a tener su lugar en la historia y porque la historia la escriben los pueblos” y apuntó: “vaya nuestro humilde  homenaje a los miles de compañeros que sufrieron persecución, cárcel y exilio, que arriesgaron sus vidas y en muchos casos las perdieron, por traer a Perón de vuelta a su Patria”.