La Municipalidad no bajó ni un cartel: ¿Una gestión que no tiene palabra?
ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- El 2 de mayo avisamos que, de manera incomprensible, la Municipalidad de Paraná NO HIZO nada para bajar AL MENOS PARTE de la cartelería política que se observa a lo largo y ancho del espacio aéreo de la capital entrerriana. Si bien, en realidad, hubiese estado MUY BUENO que los propios precandidatos den el ejemplo, pasaron más de dos semanas y NO HUBO CAMBIOS.
A veces pensamos con orgullo que Blanca Osuna nos lee, pues se da la coincidencia de publicar distintas Columnas Editoriales acerca de su gestión y una respuesta inmediata a ciertas críticas que deslizamos, con hechos traducidos en obras imprescindibles.
Sin embargo, debemos admitir que en otras ocasiones, el desprecio, el desdén a nuestro humilde espacio periodístico resultan notables pues lisa y llanamente SE IGNORAN las consideraciones vertidas con pruebas o testimonios incontrastables.
Hace dos semanas avisamos en http://cuestionentrerriana.com.ar/puro-verso-en-que-quedo-el-retiro-de-carteles-yo-pasacalles-2/ que la ciudad está colmada de cartelería política y la imagen que se tributa es patética.
Paradójicamente, a mediados de abril, la Municipalidad de Paraná lanzaba un operativo integral de limpieza, destinado a retirar carteles y pasacalles colocados en la vía pública de manera indebida.
Las cuadrillas asignadas a la tarea serían varias y trabajarían en distintos puntos de la ciudad. Toda la cartelería que no cumpliese con las exigencias de la normativa vigente sería retirada.
Ejemplo de ello son las pegatinas que agreden el mobiliario urbano y los pasacalles ubicados en lugares de uso público o sostenidos por árboles o en especial por postes del servicio eléctrico, constituyéndose en un verdadero riesgo para la seguridad de los ciudadanos.
Desde el Municipio comunicaron también que, si correspondiera, se labrarían actas de constatación de infracción a los responsables de incumplir la normativa.
Ahora… NADA DE ELLO OCURRIÓ. Todos los carteles siguen en su lugar, o mejor dicho, algunos exhiben peligrosidad por el modo en cómo se colgaron.
¿Entonces? ¿Qué pasó con la Ordenanza? ¿Será que hubo sectores de la política que le dijeron a Blanca Osuna “déjate de j…. con esas pavadas…” y la intendenta bajó la cabeza de manera obediente? ¿Adónde quedó esa mujer con agallas, con valor, con coraje? ¿Dónde quedó LA PALABRA?
Lo extraño, lo raro, es que aspira a la re-elección cuando hoy el dictamen casi unánime de la ciudadanía es que urgente lleguen las elecciones para propender a un cambio.
Nos ilusionamos con ciertos gestos en los últimos meses, relativos a apreciar más empleados trabajando para embellecer esta Capital, preocupados por desmalezar, por re-señalizar sendas peatonales y cordones, observando a toda hora camiones de recolección de basura, comprobando la búsqueda de mejorar la transitabilidad, pero… DURÓ POCO.
Y si bien hay TANTO por hablar, TANTO por decir de una gestión INCREÍBLEMENTE CONTRADICTORIA, nos produjo saludables expectativas lo de la cartelería. El porrazo que nos dimos fue enorme. Volvimos a la realidad. Todo sigue igual, o peor.