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La industria vitivinícola reclama suspender retenciones por importante pérdida de competitividad

La industria vitivinícola vive un año difícil. En el primer semestre de 2022, las exportaciones de vino embotellado cayeron un 6% en términos de volumen en comparación con el mismo período de 2021. En tanto, si a esto se le suma graneles y mosto, la caída es un 19%. En este contexto, las bodegas reclamaron la suspensión de las retenciones del 4,5% que gravan las ventas al exterior del producto embotellado.

“Se hace imperiosa la necesidad de suspender temporalmente los derechos exportación con la finalidad de liberar recursos de las bodegas para reinvertir en el negocio y sostener, así, la demanda en el exterior en tiempos sumamente complejos”, indicaron desde la Cámara de Bodegas de Argentina.

En 2021, las ventas al exterior de vino embotellado aumentaron 9,3%, mientras esto fue del 5,3% en 2020 y del 1,37% en 2019. Sin embargo, en 2022 vino el freno. Según las estadísticas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en el primer semestre de 2022 las exportaciones totales de vino embotellado alcanzaron 100,9 millones de litros versus 107,1 millones de litros en 2021. En términos de valor, el guarismo para el año en curso fue de 387,1 millones de dólares, contra 391,4 millones en el primer semestre del año pasado.

Patricia Ortiz, presidenta de Bodegas de Argentina, alertó que el país perdió 1% su participación a nivel mundial en el comercio del producto. El año pasado era un 3,4% y este año 2,6%. “Otros mercados nos están copando los espacios y la causa es la falta de competitividad que este año se viene acentuando mucho más”, indicó y agregó: “Venimos de un período extenso de atraso cambiario sostenido y tenemos inflación de costos que superan con creces la inflación local”.

Detalló que el costo de las botellas subió más de 60% en lo que va del año y que los proveedores les dijeron que para fin de mes van a aumentar otro 30%. A esto se suman las nuevas restricciones del Banco Central (BCRA). “Con el faltante de botellas que sufrimos, nos obligó a importar y el problema es que estamos perdiendo los cupos de importación, siendo que necesitamos traer otros insumos que son básicos para la producción”.

“La mayor pérdida se dio en los segmentos bajos, es decir, la venta tetra brik, bag in box, que es la base de la pirámide, en donde dejamos de ser competitivos y nos empezaron a remplazar por Chile, Sudáfrica, España”, apuntó. Ortiz insistió en que se quiten las retenciones porque “es la única variable tangible, discrecional, que el Gobierno puede fácilmente modificar”.

“Pedimos que al vino, que tiene un alto valor agregado, que está pasando por toda esta crisis y perdiendo los mercados afuera, que no son fácil de conseguir, se le quiten las retenciones porque es una medida que el gobierno puede tomar de manera inmediata. Eso va a impactar en la industria y se va a ver el resultado”, expresó ante la requisitoria de colegas de La Nación.

Ramiro Barrios, director de Comercio Exterior de la cámara, explicó al mismo medio en nota rubricada por Pilar Vázquez: “No debemos dejar de considerar que el vino argentino paga aranceles para ingresar a distintos mercados en todo el mundo. Estos aranceles se suman a las retenciones y le cuesta a nuestra industria más de 40 millones de dólares por año. El arancel promedio para nuestro vino es de 5% cuando contemplamos los principales mercados de destino: Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, México, Unión Europea, China, entre otros”.

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