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Karlic sin elección

El ex arzobispo de Paraná, Estanislao Karlic, no podrá elegir nuevo Papa. El cardenal pasó a integrar el colegio cardenalicio con 81 años, y hoy forma parte del lote de purpurados que tendrán vedado la emisión del voto en marzo próximo, cuando se elija al sucesor de Joseph Ratzinger. Está en la misma situación que el otro cardenal argentino, José María Mejía, que superó los 80. En total, serán 118 los cardenales que decidirán en marzo, reunidos en la Capilla Sixtina, quién será nuevo Sumo Pontífice.

 

El cardenal Estanislao Esteban Karlic no tendrá permitido emitir su voto a favor de un candidato en elección del nuevo Papa, que suplante al alemán Benedicto XVI, que ayer renunció, aludiendo cansancio por lo avanzado de su edad -85 años–, apenas cinco años después de haber ocupado el sillón de Pedro, dejado vacante por su antecesor, Juan Pablo II –Karol Józef Wojtyla–.

 

Benedicto XVI seguirá como Papa de la Iglesia Católica hasta el 28 del actual, y después quedará la sede vacante. Federico Lombardi, vocero del Vaticano, dijo que para Semana Santa (del 24 de marzo al 1 de abril) “tendremos un nuevo Papa”. Joseph Ratzinger, después del concilio que elegirá a su sucesor, tomará unos días de descanso en la villa veraniega vaticana de Castel Gandolfo, para luego trasladarse a un monasterio dentro de los muros de la Ciudad del Vaticano.

 

Quiénes votan

 

Argentina tiene apenas dos “papables”, el jesuita Jorge Bergoglio, y Roberto Sandri, responsable de las Iglesias Orientales en el Vaticano. Pero los que más suenan son otros: Joao Braz de Aviz, brasileño, de 65 años; Timothy Dolan, 62 años, de Estados Unidos; Marc Ouellet, canadiense, de 68 años, Gianfranco Ravasi, italiano, de 70 años; Odilo Pedro Scherer, otro brasileño, de 63 años; Christoph Schoenborn, de Austria, 67 años; Angelo Scola, de Italia, 71 años; Luis Tagle, filipino, de 55 años; y Peter Turkson, de Ghana, 64 años.

 

En total, serán 118 los cardenales que decidirán en marzo, reunidos en la Capilla Sixtina, quién será el sucesor de Benedicto XVI, a través de un mecanismo que fijóJuan PabloII en1996 através de la constitución apostólica “Universi Dominici Gregis”. En ese cónclave participarán como electores todos los integrantes del colegio cardenalicio que no hayan cumplido los 80 años. La convocatoria quedará a cargo del cardenal camarlengo o secretario de Estado, Tarciso Bertone.

 

En total, el colegio cardenalicio está compuesto por 208 purpurados, de los cuales casi la mitad tiene más de 80 años, y por lo tanto no serán electores; entre ellos, está Karlic, que acaba de cumplir 87 años.

 

Durante la votación, en la Capilla Sixtina, los cardenales no tienen contacto con el exterior; hay voto secreto, y está permitido el “auto voto”. Pero el candidato que resulte ganador debe obtener la mayoría de dos tercios del colegio cardenalicio que sea elector.

 

Inmediatamente después, los escrutadores proceden a quemar las papeletas. Si la votación no ha sido fructífera las papeletas se queman con paja húmeda y se crea la ‘fumata negra’, símbolo de que no ha habido consenso.

 

En cambio, en el caso de que se haya conseguido la mayoría de los dos tercios para contar con un nuevo obispo de Roma se producirá la ‘fumata blanca’, una columna de humo blanco que sale de la Capilla Sixtina al terminar la exitosa ronda de votación.

 

Mecanismo

 

Los cardenales menores de 80 años son quienes votarán al sucesor de Benedicto XVI. Suman 118, que provienen de 48 países diferentes. Europa tiene la mayoría de electores, con 62; le sigue América latina, con 19.

 

La ceremonia de elección, antiquísima, tiene sus peculiaridades. Los cardenales celebran por la mañana en la basílica de San Pedro una misa “Pro eligiendo Papa”. Por la tarde, se visten un roquete y cantan el “Veni Creator” en la Capilla Paolina para pedir la ayuda del Espíritu Santo. Más tarde entran en la Capilla Sixtina.

 

No hay límite de tiempo para la elección. El primer día del cónclave sólo hay una ronda electoral. Después cuatro por día. Si la elección se prolonga varios días, se realizan pausas de reflexión.

 

Primero es necesaria una mayoría de dos tercios y si la elección no se produce durante varios días, se puede elegir por mayoría absoluta. A esta segunda modalidad se puede recurrir como muy pronto a partir de la trigésima ronda electoral. A partir de entonces, se puede celebrar una elección en la que sólo salgan a votación los dos favoritos.