Juicio por el atentado a Cristina Kirchner: el jefe de la custodia defendió el rol de su equipo el día del ataque
|La semana pasada, durante su declaración testimonial -donde pocas preguntas se concentraron específicamente en los hechos del 1 de septiembre-, se analizó el rol de la custodia de Cristina. Este miércoles, ante el TOF 6 -integrado por Sabrina Name, Ignacio Fornari y Adrián Grünberg- Diego Carbone fue el primero en subir al estrado. La fiscal general Gabriela Baigún comenzó con el interrogatorio al jefe de la custodia de Cristina Kirchner.
Carbone contó que estuvo a cargo de la custodia presidencial y de su familia desde 2004, y después fue jefe del dispositivo de seguridad durante las dos presidencias de Cristina. Cuando se retiró de la Casa Rosada en diciembre de 2015, dentro de la Policía Federal se creó una área de Apoyo Estratégico, que Carbone integró hasta que en 2019 Cristina Kirchner asumió la vicepresidencia de la Nación.
Después de una serie de preguntas de la fiscalía respecto a cómo se organiza el personal asignado a los dispositivos de seguridad de un funcionario, se abocaron a la noche del atentado.
“El día del hecho, circulaba la cápsula presidencial, el grupo de avanzada, cerca de diez personas”, fue el primer detalle que brindó el comisario. Por cláusulas de confidencialidad respecto a la cantidad de personas asignadas a la seguridad de la ex vicepresidenta, muchos detalles no puede ser revelados, como tampoco el nombre de quienes integran ese equipo de custodios.
Uno de los puntos discutidos en el marco de este caso fue cómo trabajó esa noche la custodia, ya que fue un civil quien atrapó a Sabag Montiel, y no sus custodios. Un grupo de militantes presentes frente a la casa de la entonces vicepresidenta detectaron el arma de fuego y redujeron a su portador. La policía había habilitado a que La Cámpora se ocupara de parte de la custodia de Cristina, como reveló Clarín en su momento.
Después de que Sabag Montiel apuntó con el arma de fuego a quince centímetros de la cabeza de la ex vicepresidenta, la custodia tampoco la retiró del lugar: durante seis minutos, Cristina Kirchner continuó caminando entre los militantes y vecinos, firmando libros, con una extrema proximidad con todos ellos pese al ataque que había sufrido.
Frente a esa sucesión de hechos, este miércoles la fiscal Baigún le consultó a Carbone por qué ese día no estaba junto a Cristina Kirchner: “Ese día no estaba porque no es parte de mi función, parte de mi rol es el de contralor y fiscalizador de la parte administrativa. La pregunta debería ser ¿Por qué tendría que estar?”, replicó.
Al reconstruir los hechos de aquella noche, Carbone dijo que los días previos al ataque se percibía “un clima enrarecido”, pero que ello no representaba “una hipótesis de conflicto”, es decir: no había manera de anticipar las acciones de Fernando Sabag Montiel.
Después explicó cómo se debería proceder en una situación de conflicto: “el que ve el ataque debe indicar la ubicación de la funcionaria, neutralizar el arma, y el resto de la custodia con el jefe debe evacuar a la persona custodiada. Si estamos ante un lugar complicado, hay que llevarla a un punto seguro, que puede ser una comisaría por ejemplo. Si fuese una situación controlada, se la ingresa en el domicilio”.
El 1 de septiembre de 2022 cuando Cristina Kirchner regresó del Senado a su domicilio del barrio de Recoleta, poco minutos después de descender del vehículo que la trasladaba -rodeada por personal de la custodia-, Fernando Sabag Montiel gatilló dos veces la pistola Bersa calibre 32, a pocos centímetros de la cabeza de la ex vice. Nadie la sacó del lugar.
“Está protocolizado qué hacer, pero no hubo ningún estímulo” en ese momento, se justificó Carbone. “Nadie vio, nadie escuchó y nadie se dio cuenta de nada”, con lo cual negó cualquier mal procedimiento por parte de la custodia.
Como él no estaba presente aquella noche en Recoleta, dijo que se enteró por un video que le envió Guillermo Gallo, responsable de la custodia en ese momento: “Estaba entrando a kinesiología cuando me manda el video y lo veo en cámara lenta”, lo que le permitió identificar la escena: una persona apuntando con un arma de fuego cerca de la cabeza de Cristina Kirchner.
Ante la pregunta de la fiscalía, le comisario contó que no dio ninguna instrucción: “inmediatamente llamé al jefe de la Policía Federal Argentina y fui al lugar del hecho”. Ya en Recoleta, expresó que lo primero que hizo fue subir a ver a Cristina Kirchner y cerciorarse de que se encontraba bien.
En ese momento, personal del Ministerio Público Fiscal le acercó al estrado el arma de fuego que utilizó Fernando Sabag Montiel, y el jefe de la custodia reconoció que era la que había visto en las imágenes y que después se incorporó al expediente. Cuando el joven estaba detenido en el móvil policial, Carbone admitió que fue a verlo y lo identificó en función de las imágenes que le habían mandando”. Le preguntó qué había hecho y no obtuvo mayores respuestas.
Lo que dejó en claro Diego Carbone a lo largo de su declaración testimonial es que no hubo indicios inmediatos de un nivel de riesgo que hubiese demandado la extracción de la entonces vicepresidenta, y repetía ante las diferentes consultas de otras partes: “No hubo ningún estímulo de nada”, es decir: no hubo ningún sonido vinculado a un arma de fuego, o una acción física, que les represente nivel de peligrosidad.
Con otras palabras pero con el mismo sentido argumental, la semana pasada Cristina había defendido el proceder de su custodia. “Actuaron como siempre, con la instrucción para que no se interpusieran en mi contacto con la gente. No tienen nada que ver en esto”, dijo ante el Tribunal de juicio en su carácter de testigo. En ese mismo instante, criticó a los medios de comunicación “que se ocupan de hablar de la custodia como si fueran los responsables”.
La custodia de la ex vice fue sobreseída en el marco del sumario administrativo que instruyó la Policía Federal. En el documento que dio a conocer Clarín, se habló de un debido accionar respecto al Protocolo 7, que rige el accionar los de custodios y que “en todo momento permanecieron cerca” de la ex vicepresidenta. Sin embargo, en la justicia penal hay una causa abierta que analiza el accionar del personal policial que integra el cuerpo de custodia. El fiscal Carlos Rívolo y la jueza María Eugenia Capuchetti continúan con la pesquisa bajo esta línea que observa el procedimiento, los deberes de funcionarios públicos por los que deben responder.
Después fue el turno del subcomisario, Guillermo Gallo, a quien un militante había señalado como el responsable de pedirle que borre las primeras imágenes que se habían registrado del atentado antes de que tome estado público a través de los medios de comunicación.
Ante el TOF 6 Gallo rechazó cualquier acusación de destrucción de pruebas: “ese video se sumó a la causa y fui yo quien traje a esos testigos a declarar a la justicia. Me presenté ante el Ministerio Público Fiscal y avisé quiénes eran los primeros en haber hecho esos registros”.
La pregunta inmediata fue por qué nunca dio la orden de retirar a Cristina Kirchner del lugar cuando ya tenía conocimiento de que había un arma de fuego y Sabag Montiel se encontraba reducido en el piso. Gallo utilizó palabras similares a las de Carbone: “no vimos nada ni escuchamos nada que nos indique ese nivel de peligrosidad. No tuve ningún estímulo sino hubiera evacuado”, sostuvo.
Fue cuando contó que “sin dejar de lado la protección” nunca iba a contradecir o ir en contra “del deseo del mandatario”, en cuanto a los pedidos de la ex vicepresidenta y su cercanía con la gente.