Javier Milei ordenó reglamentar las Sociedades Anónimas Deportivas
|Del mismo modo que busca un cambio profundo y disruptivo para Argentina, Javier Milei también está decidido a dar la batalla cultural en el deporte más popular del país. Y no es casual que encuentre resistencia en la AFA, a la que el presidente de la Nación llama “la casta del fútbol”. Ocurre en todos los ámbitos, claro. Y si no, basta con mirar una sesión del Congreso, donde se discute la Ley de Bases.
No obstante, el primer mandatario ya ordenó redactar la reglamentación que acompañará al DNU 70/2023 y le dará impulso a las Sociedades Anónimas Deportivas, mediante un documento que está inspirado en Uruguay, Perú y Chile, donde conviven los dos modelos. Paralelamente, en el edificio de la calle Viamonte conducido por Claudio ‘Chiqui’ Tapia buscan contraatacar con un proyecto de gerenciamiento.
La modificación de la Ley del Deporte 20.655, sancionada el 21 de marzo de 1974, está en marcha. Se adecuará a los tiempos actuales e incluirá nuevas figuras societarias. En simultáneo, se aggiornará la Ley de Sociedades Comerciales 19.550, que data del 3 de abril de 1972. Eso sí, el mismo proyecto cita un párrafo del decreto que indica que “esta actualización normativa no puede ser interpretada como una imposición a las aludidas entidades deportivas de transformar su actual forma de organización, sino que constituye una ampliación de las opciones entre las que pueden elegir libremente la con formación que mejor responda a sus intereses”.
Es decir, el Gobierno no busca una imposición del modelo que se utiliza en casi todos los países de la región y que adoptaron las grandes ligas, sino una posibilidad por fuera de la masa societaria que atraiga inversores que haga crecer a los clubes económica y deportivamente. En ese sentido, hay dos empresas internacionales que están dispuestas a colocar 2 mil millones de dólares en el mercado argentino.
Los autores del proyecto citan el sistema dual que funciona en Uruguay, Perú y Chile. Y le da el poder a la secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, hoy a cargo de Daniel Scioli, uno de los funcionarios más activos en el tema. En ese sentido, se creará el Registro Nacional de Entidades Deportivas, que se encargará de la fiscalización de las SAD.
Hay un punto esencial, que deja claro que no se mitigará el espíritu social y educativo de las Asociaciones Civiles sin Fines de Lucro. La Ley obliga a las SAD a “la promoción y desarrollo de actividades relacionadas con la práctica del deporte y la protección de éste como derecho social”. También indica que se deberán “continuar -en su caso- las actividades que desarrollan las entidades precedentes, a los efectos de generar ingresos genuinos en beneficio de los acreedores, trabajadores, las propias entidades y la comunidad, mediante un accionar prudente y económicamente sustentable”.
Está claro que el negocio es el fútbol, que sostiene al resto de las actividades amateurs. Con el aporte de capitales privados, esa sangría no afectaría el presupuesto ni de unos ni de otros. Fundamentalmente, porque lo compromete a destinar “al menos el diez por ciento (10%) de sus ingresos netos mensuales de acuerdo a documentación contable fidedigna al fomento de actividades sociales, sanitarias, culturales y educativas”.
El proyecto, por otro lado, deja tranquilos a aquellos que temían que cambiaran el escudo o los colores, como sucede en el caso de Bragantino, Leipzig o New York, equipos que administra Red Bull.
“En ningún supuesto, más allá de la denominación jurídica y eventual inclusión de marcas y/o denominaciones de patrocinadores la Sociedad Anónima Deportiva podrá modificar nombre, marca, distintivos, símbolos y demás elementos característicos de la entidad precedente. Ello bajo apercibimiento de imposición de las sanciones”, reza.
Tampoco será posible que una SAD tenga dos clubes en una misma categoría para evitar conflicto de intereses.
La AFA reniega de la avanzada de Milei y, según pudo averiguar este medio, está gestionado un préstamo internacional con el objetivo de derramar dinero para los clubes.