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Inseguridad en Paraná: para qué hablamos!!!

Increíble… Hace horas nada más aludimos a los esfuerzos de la Policía de Entre Ríos por incrementar la seguridad en las calles de Paraná, e hicimos hincapié en lo que atañe a la zona de nuestra Redacción donde últimamente se han venido suscitando distintos ilícitos. Reflexionamos sobre el horario de las guardias establecidas desde unos días atrás y apuntamos a modo de sana crítica que sería positivo un ajuste de ese detalle. ¿Qué ocurrió éste jueves?: cerca de las 21.15 un delincuente rompió el vidrio lateral de un Duna, a la altura del 1448 de calle San Martín.

Expresamos en nuestra Columna de ayer a la noche que las autoridades policiales deben pulir pormenores de la prevención, buscada con diferentes operativos tendientes a contrarrestar de modo fundamental la ola aumentada de robos perpetrados en algunos sectores puntuales cercanos al micro centro capitalino.

Y recordamos que el 10 de noviembre al mediodía publicamos una columna de opinión concomitante a los actos de delincuencia que se vienen soportando a pocas cuadras de la Peatonal San Martín. Concretamente, pusimos énfasis en que crece semana a semana la ola de asaltos a kioscos, niños, jovencitas, jubilados por las manzanas comprendidas entre 9 de Julio, Carbó, Courreges y General Galán.

A su vez, subrayamos a calle San Martín entre Villaguay e Ituzaingó, o Pellegrini entre Montevideo e Ituzaingó, o Feliciano/Sebastián Vásquez entre Monte Caseros e Italia, o en zona de Coto muy especialmente, áreas en las cuales parece que la Policía consideraba -EQUIVOCADAMENTE- que es zona “tranquila”.

Y elogiamos la medida de instalar guardias policiales con jóvenes oficiales que, con su sola presencia, tributaron otra garantía a los transeúntes que circulan por esas arterias, lo mismo que a comerciantes angustiados por el incremento de atentados contra la propiedad.

Pero al mismo tiempo, destacamos que los horarios NO CUBRIERON la demanda precitada en nuestra nota de dos semanas atrás  (entre 14 y 16,30; entre las 23 hasta las 8.30).

No exagerábamos… Hace un par de horas, ocurrió un nuevo ilícito. Un joven que, según vecinos, estaba revisando la basura, cruzó repentinamente hacia el Fiat Duna que aparece en las notas gráficas, y sin vacilaciones hizo estallar el cristal trasero derecho para abrir las puertas y romper el frente del equipo de audio y revisar la guantera.

El destino quiso que los dueños de automóvil llegasen caminando por la vereda de enfrente en el momento mismo del acto ilegal, reaccionando de inmediato el malviviente y saliendo corriendo velozmente hacia calle Villaguay y por esa arteria seguir en sentido de este a oeste, perseguido por el propietario del vehículo que tenazmente intentó detenerlo pero no lo logró, percibiendo que el delincuente había arrojado una especie de pinza saca bujías con la cual evidentemente rompió la ventana.

La pareja dueña del coche había venido desde Colonia Avellaneda por razones laborales y había dejado el mismo por espacio de una hora.

Tomó intervención del caso Personal de la Primera y Criminalística, quienes procedieron a cumplimentar los pasos de rigor en un hecho que fortuitamente solo terminó en el daño del cristal y en el violento retiro del frente del equipo que quedó sobre el asiento del conductor por la urgente retirada del malhechor.

Es harto elocuente que hoy ésta arteria de San Martín al final es zona de peligro, más allá que se vean circular camionetas o motos policiales o de la nueva guardia en la esquina de Sebastián Vásquez.

 

No se discute que hay una saludable intención en cuanto a la prevención de delitos. Lo admitimos y lo ponderamos, pero estaría bueno que HOY MÁS QUE NUNCA se reflexione con una fuerte dosis de autocrítica y se revea el dispositivo de seguridad implementado.

Consideramos que lo ideal es ponerse en contacto con los vecinos y requerirle a ellos información en torno a qué hora se sienten más desprotegidos y qué idea proponen. Si se sigue dejando descubierta ésta arteria céntrica, a menos de dos cuadras de la Peatonal y a pocas cuadras del Comando Radioeléctrico, es como una invitación a delinquir y como ya hemos preanunciado: los vecinos se están armando y están sensibilizados por la aflicción como ya NO CREEN que radicar denuncias o exposiciones remedien el daño que se les ocasiona por tanta desprotección ante el creciente índice de delitos.

Vamos a seguir insistiendo hasta que alguien lea y comprenda que ESTAMOS CON LA POLICIA, NO CONTRA ELLA. No basta con el transitar en unidades móviles Grupos GIA o del Comando Radioeléctrico. Está visto que no alcanza pese a la capacidad y sagacidad de dichas fuerzas.

Algo más hay que hacer, entre Comunidad-Vecinos, Policía y por qué no, propender a que abran los ojos nuestros jueces que, en muchos casos, quizás por un Código penal obsoleto, dejan libres y hasta protegen a ladrones que sugestivamente tienen abogados asesores especialistas en lograr sus rápidas libertades. Tal vez se deba esperar a que algún magistrado sufra en carne propia ésta alarmante inseguridad que aumenta segundo a segundo y ya se torna insoportable.