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Inseguridad alarmante en calle San Martín

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Hay sectores del macrocentro paranaense que prosiguen siendo blanco fácil de los malvivientes. Por ejemplo, calle San Martín entre Villaguay y el límite con Avenida Ejercito y Galán, como cuadras adyacentes. En realidad comprende varias manzanas a la redonda donde se reiteran los ataques perpetrados o por una dupla de malhechores que andan en moto, o por jóvenes delincuentes, que se mueven de a pie con una velocidad inusitada, cometiendo los ilícitos y escapando hacia la zona detrás de la Estación de Trenes o barrios cercanos al Supermercado Coto. Este martes, delincuentes asaltaron una sala de fiestas en San Martín al 1400.

 

En infinidad de ocasiones nuestro Diario Digital ha hablado extensamente de la INSEGURIDAD que impera solo dos o tres cuadras como máximo de la Peatonal San Martín, aludiendo a distintos cierres de negocios ubicados en el área comprendida por calle San Martín, entre Carbó-Paraguay e Ituzaingó, siendo sus propietarios damnificados de asaltos a mano armada o hasta clientes víctimas de arrebatos.

 

Ya narramos la angustia de vecinos que han tenido que apelar a armarse para defender sus propiedades, habida cuenta de algunas invasiones a domicilios particulares e innumerables hurtos acaecidos en ese circuito.

 

La Comunidad de la zona está atemorizada, temiendo al atraco en cuestión de segundos, atendiendo negocios encerrados, o lisa y llanamente tener y hasta blandir un arma para sentirse PROTEGIDO.

La Policía cristaliza rondas, pero hay horarios en los que la consigna de SÁLVESE QUIEN PUEDA es irremediable. Sobre todo, a la siesta, o a partir de las 20.

 

No debería esperarse una TRAGEDIA, que maten a alguien o por qué no… QUE ALGUIEN REACCIONE Y TERMINE UN LADRON MUERTO a manos de Justiciero/s.

Hay muy buena voluntad, reiteramos, en la ronda de policías a pié, en motos, autos o camionetas, pero NO SIRVE que se limite a un horario comercial, tipo 8 a 12 y de 16 a 20. Pareciera que se le da un mensaje a los ladrones: “ADELANTE SEÑORES CACOS… HAGAN LO QUE QUIERAN a partir de ahora…”.

¿Cuántos robos y hurtos van?… Ya son DEMASIADOS, en especial en la esquina de San Martín e Ituzaingó, y las denuncias NO SIRVEN PARA NADA. Los vecinos, los comerciantes y personal presienten que están CONDENADOS a vivir temiendo por sus vidas.

 

En especial, propietarios de negocios del área descripta y vecinos sufren un stress insoportable por la amenaza permanente y el cansancio se transforma en paranoia de tener que atender hasta a los propios amigos con rejas por el temor a que sean víctimas de asaltos dentro de sus locales y tener por ahí que purgar que algún damnificado accione contra el dueño del mismo.

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Así también, ya son varios los que han apelado a adquirir armas o desempolvar viejas escopetas o pistolones y hasta revólveres, para que no se los sorprenda desarmados en la noche o madrugada, habida cuenta que han crecido de manera notable los ruidos de pasos, voces y olores diversos (tabaco-marihuana o vaya uno a saber qué…) que sin lugar a dudas son producidos por delincuentes que andan estudiando la zona para dar el gran atraco.

 

Desde este humilde medio requerimos a la Policía de Entre Ríos para que se establezca una Garita y/o como mínimo coordinar de modo más aceitado el patrullaje, sobre todo en los horarios precitados, estableciendo puntos de verificación de datos a transeúntes, LO QUE A NADIE DEBERÍA MOLESTAR si se haya encuadrado dentro de la ley.

 

La sensación de inseguridad no tiene fin pues los delincuentes justamente se sienten impunes; siguen haciendo de las suyas en una zona muy desprotegida o más grave aún, ya se la puede rotular como una “Zona Liberada”.

Cerca de las 19.30 de ayer, la encargada del salón de fiestas “Morisquetas”, estaba a punto de cerrar el local cuando un malhechor ingresó raudamente y arrebató una cartera que tenía documentación personal, dinero y otras pertenencias de la malograda comerciante.

 

El desgraciado suceso se perpetró justo cuando la responsable de la empresa se encontraba en el patio-jardín y el malandra, que habría estado acompañado por un cómplice que lo esperaba en moto, concretado el delito se retiró por calle Sebastián Vásquez, seleccionando del botín solo el dinero y tirando la cartera en un contenedor de basura ubicado en dicha arteria, según el relato de la propia víctima quien lamentó tener que incrementar las medidas de seguridad en el local.

 

Cabe recordar que este sábado pasado dos hombres que se trasladaban en una moto de baja cilindrada  arrebataron la cartera de una clienta de la reconocida peluquería Julio César, ubicada en San Martín y Feliciano.

Una semana atrás, una pareja que se dirigía al Coto fue asaltada en Sebastián Vázquez entre Pellegrini e Italia.

 

Pareciera una zona liberada, mientras, paradójicamente, un policía está ubicado diariamente en la esquina de San Martín y Montevideo, frente al domicilio del fiscal de Estado de la Provincia, Dr. Julio Rodríguez Signes.

El agente, en ambas ocasiones, no vio nada.

 

Una sugerencia… Si un uniformado, ubicado a poco más de 50 metros de un hecho delictuoso, o a 100 metros de otro, NADA PUEDE HACER (NO LO JUZGAMOS…), debemos pensar que su actividad se limita a pocos metros o a una simple presencia de carácter precautorio.

Por consiguiente, ¿porque no se rotan alternativamente puestos de control policial en la zona para verificar quienes se trasladan en motos, indagación de antecedentes, documental, etc…?

 

Seguramente, de procederse a ello, básicamente se disminuirá la chance de ilícitos.

Durante poco más de un año, la Policía de Entre Ríos ubicó un policía en San Martín y Sebastián Vásquez. Fue rotundo el cambio.

 

Hoy, solo pedimos puestos de control. Que los “cacos” vean los operativos y desistan de su actividad ilegal.

Para concluir… ¿Qué pasó con las cámaras del 911? Desde su implementación, acaecieron cientos de robos en este sector. ¡No es un buen momento para instrumentar su colocación?

 

¿No está bueno PREVENIR? ¿O se está esperando una tragedia? Reiteramos… los vecinos de la zona aludida están hartos y son cada vez más los armados como crece la desconfianza y surgen señales de incipiente paranoia. Luego, se termina hablando de los “Justicieros” o desde sectores policiales se pronuncian contra las leyes vigentes que amparan a los malvivientes.

El ministro de Gobierno de la Provincia, Mauro Urribarri debería tomar nota de esta coyuntura.