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#HayPlata: Javier Milei cierra su novena gira internacional, sumando millas, en Praga

El presidente Javier Milei -que el viernes estuvo en Madrid, el sábado en Hamburgo y el domingo en Berlín-, concluye hoy su maratón europea en la fascinante Praga convirtiéndose en el primer presidente de la Argentina que visita la República Checa. La ocasión es el centenario de las relaciones bilaterales y el objetivo, reforzar el vínculo, marcado por grandes coincidencias políticas, así como lazos económicos, científicos y culturales.

La República Checa, también llamada Chequia, con 10 millones de habitantes y un tamaño parecido a la provincia de Entre Ríos, hasta hace poco (cuando aún era parte de Checoslovaquia) fue un país del bloque soviético. En 1989, la legendaria Revolución de Terciopelo logró la caída del régimen comunista y el ascenso del carismático dramaturgo Vaclav Havel. El expresidente Havel, que falleció en 2011, estuvo en la Argentina en 1996; lo mismo hizo en 2011 su sucesor, Vaclav Klaus.

Pero un presidente de la Argentina nunca había pisado la República Checa, que pasó a ser miembro de la Unión Europea en 2004, pero todavía no es parte de la zona euro (su moneda es la corona checa). Se trata de un país donde, por su dramático pasado bajo el yugo soviético, aún reina un sentimiento anticomunista y antirruso, algo en lo que hay coincidencia absoluta con el mandatario argentino. De ahí, el enorme interés que ha suscitado esta visita oficial, que se da en medio de una situación geopolítica marcada por la preocupación por la invasión a gran escala de la cercana Ucrania de parte del presidente ruso, Vladimir Putin, que en febrero ya entró en su tercer año.

El tema de Ucrania, en el que comparten posiciones en favor de un respaldo firme al presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, estuvo, entre otros, en la agenda de la primera cita institucional de Milei con el primer ministro Petr Fiala, en su residencia de Villa Kramar. “El presidente Javier Milei mantuvo una reunión con el primer ministro de la República Checa, Petr Fiala, en Praga”, se limitó a informar la Oficina del presidente por el momento.

Con Fiala hay afinidad ideológica: es líder de una coalición de centroderecha y es cercano a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que hizo buenas migas con el presidente argentino y que es referente del mismo grupo de derecha conservador (ECR) en el Parlamento europeo. La República Checa ha establecido una iniciativa para el aprovisionamiento de armas a Ucrania; y en el caso de Israel también hay coincidencias porque sostienen el derecho a su autodefensa. De hecho, votaron como la Argentina en la última resolución de la Asamblea General de la ONU sobre el reconocimiento del Estado de Palestina (es decir, en contra).

Milei -que más allá de los 11.8000 kilómetros de distancia, por la mañana se mantuvo pendiente de la realidad argentina, según sus posteos en X y una entrevista radial-, fue hasta la blindada residencia de Villa Kramar de Fiala, ubicada sobre una colina con terraza con vistas al Castillo de Praga pasadas las 15 locales, junto a su hermana Karina, secretaria general de la presidencia, el diputado de Pro y titular de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Fernando Iglesias y el embajador argentino en este país, Claudio Rozencwaig.

A la reducida comitiva se sumó este lunes el ministro de Defensa, Luis Petri, que, por la mañana, acompañado por Rozencwaig, diplomático de carrera con vasta experiencia, firmó un memorándum de cooperación en defensa junto a su par checa.

Con Fiala también se habló de temas económicos. Es decir, del interés checo en diversificar sus exportaciones fuera de la eurozona y por otro lado, el de la Argentina -que exporta aquí commodities- en recibir inversiones checas en áreas que van desde tecnología, minería y energía, a defensa, entre otras.

Politólogo y profesor universitario de 59 años, Fiala ha hecho viajes a Asia y a África y piensa ir a América latina, Argentina incluida, en 2025. En la Argentina se estima que hay más de 50.000 descendientes de checos, la segunda más grande diáspora en América después de Estados Unidos.

En una jornada soleada y fresca, después de reunirse con Fiala, el mandatario libertario recibió -como en Madrid y Hamburgo- un nuevo premio por sus ideas de libertad, esta vez por parte del Instituto Liberal, organización que proclama los principios del liberalismo y es parte de la red mundial que viene elogiando el coraje y audacia del mandatario argentino, conocido -y también criticado-, por drásticos recortes, ajuste fiscal y motosierra.

El premio que con el que fue galardonado el presidente se realiza desde 1994 y se otorga por la contribución al desarrollo del pensamiento liberal y a la implementación de las ideas de libertad. Recibieron este premio, entre otros, los Premios Nobel de Economía Gary Becker, Milton Friedman y James Buchanan.

En medio de gran interés mediático, la ceremonia tuvo lugar en el Palacio Zofin, elegante edificio neorrenacentista a orillas del río Moldava, considerado uno de los centros culturales y sociales más importantes de Praga. Allí el presidente pronunció un discurso. En la entrada de este lugar, blindado por la policía, lo esperaba un escrache, con decenas de personas con pancartas que rezaban “basta de ajustes y represión”,

“Milei defensor de la ‘libertad’ para robar, explotar, discriminar, empobrecer” y “vende patria”, entre otros. Aunque frente al edificio también lo esperaba, con bandera albiceleste, Mariana Delfino, cordobesa de Alta Grecia que vive en Praga desde hace dos años, muy emocionada por ver al Presidente. “Me duele la Argentina y necesitamos que esto funcione, Milei es una luz en la oscuridad que veníamos padeciendo”, comentó Delfino a la colega de La Nación.

La jornada de Milei -primer presidente de la Argentina que visita la República Checa y que luego emprenderá el viaje de regreso al país-, se cerró luego en el lugar más emblemático de esta mágica capital: en el legendario Castillo que la domina desde una colina, donde fue recibido con todos los honores por el presidente Petr Pavel, militar retirado de 62 años con un currículum importante: fue comandante militar de la OTAN y jefe de las Fuerzas Armadas checas. Cuando, escoltado por motos, el BMW negro de Milei llegó al Palacio Presidencial a las 19.30 locales, algunos argentinos que lo esperaban detrás de los vallados, lo vivaron y hasta se oyó un grito de “¡Viva la libertad carajo”.

El jefe de Estado entonces respondió, saludando con el brazo y el puño en alto. Poco después, para alegría del puñado de compatriotas presentes, en el impactante patio, decorado para la ocasión con alfombra roja y banderas argentinas y checas, una banda militar ejecutó los dos himnos, hubo fanfarria y presentación militar.

Los dos mandatarios, que tuvieron luego una sesión fotográfica, ya adentro del lujoso edificio, decorado con antiguos tapices, brindarán más tarde una declaración conjunta.

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