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¡Hasta siempre Conrado Berón! Dejaste un fecundo legado

ESPECIAL, por Francisco Pancho Calderón.- La fría crónica revelará que a los 47 años de edad, y presuntamente, víctima de un fatal episodio coronario, fue hallado sin vida en su domicilio, el reconocido relator deportivo Conrado Berón. El comunicador no había asistido a su programa radial en la emisora de la UNER, lo cual generó preocupación en su entorno, conociéndose luego la infausta noticia. 

A Berón se lo reconoció primariamente por su apasionado vínculo con el Triatlón de La Paz, su ciudad natal. Él, desde los inicios de esa competencia atlética, fue uno de sus más entusiastas precursores.

Ya radicado en Paraná tuvo una meteórica irrupción en el relato de campañas de los principales representativos del fútbol y el básquet en los círculos profesionales, sin descuidar lo amateur.

Su poderosa voz, pero esencialmente su peculiar narrativa, gestaron en los habituales oyentes radiales un interés particular, lo que posteriormente fue reforzado por una actitud carismática que motivó rápidamente nuevos adherentes a su estilo, atrayendo de modo preponderante a una audiencia joven.

Conrado era un relator pasional, sus tonos de pronunciada alternancia, se enlazaban con una expresividad, o su fuerza expresiva dejaban al desnudo la manifestación con gran viveza de los sentimientos o pensamientos que lo embargaban a lo largo de una contienda.

Esa característica fue precisamente el sello de Conrado Berón y su afabilidad en el trato cotidiano le valieron transformarse en un paranaense más, respetado, valorado y querido por sus seguidores como en especial por su círculo íntimo, habiendo sabido rodearse de compañeros leales.

Nos deja abruptamente, con mucho camino aún por recorrer, pero seguramente ya estará en el Cielo con entrañables colegas que también partieron inesperadamente, teniendo la serenidad, la armonía y el sano orgullo de coronar su carrera aportando un fecundo legado de varios jóvenes que junto a él captaron valiosísimas enseñanzas y a partir de hoy mantendrán siempre viva esa energía fervorosa que entregaba generosamente en toda cabina que engalanó con su presencia.

¡Hasta siempre Conrado!

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