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Guarda con la cadena de frío

Hubo controles del Instituto de Bromatología provincial, en distintas localidades y comercios grandes y chicos para constatar que cumplan con la cadena de frío reglamentaría. Los procedimientos revelaron que ocho de cada diez comercios tienen falencias en esta cuestión y el sorpresivo dato da cuenta de la falta de conciencia por parte de los comerciantes.

 

Desde que circuló la versión de que a nivel nacional en algunos supermercados chinos se desenchufaban las heladeras por las noches para ahorrar energía se ganaron una mala fama difícil de revertir. Desde entonces, en la jerga popular abundan los consejos, la desconfianza y hasta las bromas en torno a esta situación.

 

Sin embargo, la interrupción de la cadena de frío, fundamental para preservar la calidad de los alimentos, lamentablemente es habitual en muchos comercios. Luego de que a principios de ese mes el Instituto de Control de Alimentación y Bromatología (ICAB) revelara que se detectaron anomalías en este sentido en el 80 por ciento de los locales relevados a partir de octubre, quedó en evidencia que hacen falta una mayor toma de conciencia por parte de los comerciantes para resguardar este aspecto, pero también del lado de los demás eslabones implicados, desde productores hasta distribuidores.

 

También se incluye en este circuito a los consumidores, que muchas veces adquieren los productos sin revisar sus fechas de vencimiento ni el estado de sus envases.

 

Pablo Basso, titular del ICAB, explicó que “la mayor dificultad se ubicó en el proceso de descarga de mercadería. Ahí es donde se produce una interrupción de la temperatura adecuada, que por ahí sí se respeta en las heladeras”. “También pudimos detectar que el personal que trabaja en esos lugares no está debidamente capacitado. Hay que trabajar también en este sentido”, agregó en declaraciones al diario Uno de Paraná.

 

De todos modos, Basso destacó el compromiso de los propietarios y referentes de los negocios para revertir la situación, y alertó a los consumidores para que sean también responsables al momento de adquirir un producto: “Hay productos que son muy sensibles y una vez que pierden la cadena de frío se torna un riesgo. Por ejemplo, es complejo que los lácteos, los congelados, los pescados, puedan conservar su calidad si son sacados de la cadena de frío”.

Por otro lado, expresó que “si la gente advierte en el punto de expendio o cuando llega a su casa que un yogurt tienen olor extraño o un color que no sea el habitual, no debe consumirlo y tiene que hacer la denuncia o llevarlo de vuelta al comercio”.

 

Entre los consejos que se brindan al momento de realizar una compra, hay que atender como primera medida que los productos estén fríos al tacto. En el caso de la manteca, por ejemplo, si los dedos quedan marcados no llevarla, ya que perdió la cadena de frío; si el yogurt presenta tapa convexa significa que puede haber fermentación por corte en la cadena de frío; también, en cuanto a las hamburguesas, si están pegadas es porque se descongelaron y se adhirieron al volver a congelar.

 

Para determinar si esto ocurre en la provincia, desde el ICAB se llevó a cabo el muestreo a partir de octubre en varias localidades y se examinaron productos tanto de hipermercados como de comercios más chicos.