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Germán González: “fui al que agredieron, no el agresor”

Desde el sur argentino, Germán González dio a conocer -en Exclusiva- y a manera de Monólogo Editorial, su visión acerca de los hechos registrados durante y después del accidentado cierre que tuvo el Apertura Oficial APB, como esencialmente tributó su óptica acerca del fallo del Tribunal de Penas de la Asociación Paranaense de Basquetbol. “Cuando me entero pensé que me estaban haciendo una joda, pero después, al darme cuenta que no era así, me sentí con mucha impotencia y bronca del castigo que me habían dado siendo que fui al que agredieron y no el agresor”, expresó resignado y con la sinceridad que lo caracteriza el ex jugador de Sionista, hoy refuerzo en el TNA de Huracán de Trelew.

 

González a su vez reflexionó: “mucha gente que ni siquiera estuvo en la cancha me criticó cosas de las cuales a cualquier otro jugador de básquet o de otro deporte no criticarían. Con esto me refiero a que me echan la culpa de los incidentes por simular o exagerar infracciones y que al presuntamente hacer eso provoqué que tanto el público como el equipo de Olimpia se exaltaran, Me parece increíble que ello implique razón suficiente para reaccionar de la manera en que reaccionaron, pero aparte de eso todo el mundo incluidos los árbitros (que no informaron nada en mi contra) vieron que en ningún momento reaccioné después de lo que me hicieron”.

 

Con un tono tranquilo, sereno, Germán contó que “Si me preguntas cuando fue el momento en que el partido se alteró te puedo decir que fue cuando cobran una falta antideportiva dudosa, que en mi opinión no fue antideportivo, a Guanco sobre Goldenberg cerca del final del partido donde entró gente a la cancha y donde todos los jugadores y cuerpo técnico de Olimpia protestan el fallo de una manera exaltada aunque en parte los entienda, los comprenda porque estás a mil, es una final y entendés que un fallo así sentencia el juego. Pero aclaro que no le estoy echando la culpa a los árbitros porque son seres humanos y se pueden equivocar. Después, el ambiente de juego se volvió muy friccionado. En una situación logro sacarle su quinta falta a Aguirre y en ese momento me habré ganado el odio de toda la gente visitante aunque tampoco es trampa lo que hice. Posteriormente a que Olimpia pierde una posesión, hay minuto, me doy vuelta tranquilo para ir al banco, entonces viene Lamic sin razón alguna, me pechea y me dice que me deje de tirar. Luego de eso me empuja, caigo al piso y me pega una patada en las costillas. Por esto es que aun no puedo creer que haya gente que diga que por simular alguien puede reaccionar así”

 

Respecto al altercado con Chervo, González narró: “Una vez que había terminado el partido empiezo a saludar a los jugadores de Olimpia, en eso viene Chervo (con quien había tenido muchas discusiones adentro de la cancha) con una actitud amigable y casi abrazándome me dice ‘¿Y ahora?’, con un tono de sarcástico como diciendo ‘hacete el vivo ahora’. Pensando en que el partido ya había terminado y las cosas que pasan adentro de la cancha deben quedar ahí, le digo ‘ya esta’ y me pega un cabezazo y me aprieta la cabeza con el brazo que tenia por sobre mi. Obviamente trato de zafarme y en ese momento Nicolás Sánchez y Pancho Geller aprovechan que me tenia agarrado y me pegan en la cabeza un par de golpes. No hay nada más para agregar, está todo en el video”.

 

Por último, González -con su usual franqueza- no anduvo con vueltas para calificar que “Chervo tuvo una actitud de cobarde al salir a defender sus actos con mentiras diciendo que reaccionó porque supuestamente primero lo insulto y después le doy un golpe en los testículos siendo que no fue ni una ni la otra. ¿Qué necesidad voy a tener de hacer eso, siendo que el partido ya había terminado y aparte de eso habíamos salidos campeones?. Soy consiente de que tal vez uno tiene las pulsaciones altas y puede llegar a reaccionar de una manera que no corresponde pero hay que hacerse cargo de lo que hiciste, como si lo hicieron sus compañeros. Por ejemplo Nicolás Sánchez, quien luego de que se tranquilizaron las cosas se me acercó pidiendo disculpas y Pancho Geller al día siguiente me llamó por teléfono también pidiendo disculpas. Dar la cara como lo hicieron los dos me parece correcto de su parte y con esa actitud te das cuenta que son gente civilizada, no cavernícolas como el que tiró la piedra y escondió la mano”.