Franz Coriasco presenta su libro sobre Chiara Luce Badano
|Para conmemorar el primer aniversario de la beatificación de Chiara Luce Badano, éste miércoles 26 de octubre, a las 20, se realizará un encuentro con Franz Coriasco, amigo de la beata.
Coriasco también aprovechará la ocasión para presentar su nuevo libro: “Modelo de vida joven”, sobre la vida de la beata italiana, primer miembro del movimiento de los Focolares inscripta en la nómina de los beatos, que falleció en 1990 a los 18 años de edad.
Este acontecimiento tendrá lugar en el Museo Histórico Martiniano Leguizamón (Buenos Aires y Laprida – Paraná, Entre Ríos).
El sábado 29 de octubre, a las 19, día en que se recuerda a la nueva beata, partirá una peregrinación desde la “Shell Acceso Norte”, de Paraná, hasta el Centro Mariápolis. Allí, a las 19.30, el arzobispo emérito de Paraná, cardenal Estanislao Esteban Karlic, presidirá una misa.
Para finalizar el día, se proyectará una película sobre la vida de Chiara Luce Badano.
Más información: correo electrónico chiaralucebadano.rosario@gmail.com
Quién es Chiara Luce Badano
Largamente esperada, nació en Sassello el 29 de octubre de 1971 y creció en una familia sencilla que la educó en la fe. Rica en dotes naturales, guapa y deportiva, tuvo muchos amigos que la consideran, al mismo tiempo, normal y extraordinaria.
A los nueve años conoció el Movimiento de los Focolares, al participar con sus padres en Roma en el Family Fest, encuentro mundial organizado por esta realidad eclesial, que tendría un impacto decisivo para los tres.
Chiara era muy activa en el Movimiento Gen (Generación Nueva), de los Focolares. Le gustaban el deporte, el baile y el canto. A los 16 años decidió consagrarse a Dios.
Con 17 años, afectada por un tumor óseo, afrontó la enfermedad confiando en el amor de Dios. Comunicaba serenidad, paz y alegría a quien se le acercaba.
Chiara Luce dirige un mensaje a sus coetáneos: “Los jóvenes son el futuro. Yo ya no puedo correr, pero quisiera pasarles a ellos la antorcha como en las Olimpiadas. Tienen una sola vida y vale la pena gastarla bien”.
El 7 de octubre de 1990 se despidió de su madre con estas palabras: “¡Sé feliz, yo lo soy!”. Unas 2.000 personas asistieron al funeral.
Su vida es el testimonio de un sí incondicional al amor de Dios, un sí repetido desde pequeña, un sí que, en cordada, con sus padres, con Chiara Lubich, con los jóvenes con los que comparte la misma elección de vida, ha sabido transformar la enfermedad en un camino de luz hacia la plenitud de la Vida. Inmediatamente se ha divulgado el eco de su santidad.
Fuente: Prensa AICA.-