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Francisco recibió a Cristina en el Vaticano

El Papa argentino Francisco recibió este lunes a la presidenta Cristina Kirchner en el Vaticano, donde ambos almorzaron a solas en la casa Santa Marta, en un comedor muy sencillo y austero. Antes, el sumo pontífice y la mandataria intercambiaron regalos y pasaron de un seco apretón de manos a un beso algunos minutos después, cuando se distendió el protocolo inicial. Galería de fotos.

 

“¿Lo puedo tocar?”, le preguntó Cristina a Francisco y el sumo pontífice inmediatamente le agarró un brazo y la besó, tras lo cual la Presidenta le confesó: “!Nunca un Papa me había tocado!”, exclamó la jefa de Estado. El luego la invitó a sentarse junto a una biblioteca y tras un intercambio de palabras caminaron juntos a la zona del comedor, ubicada en otra ala del edificio.

 

Fueron testigos del encuentro los asistentes del Papa y los funcionarios argentinos Héctor Timerman (canciller), Juan Pablo Cafiero (embajador ante el Vaticano) y Alfredo Scoccimarro (secretario de Medios), además del fotógrafo presidencial Víctor Budge. Cristina le regaló a Francisco un equipo de mate sobre el que comentó que fue hecho por “trabajadores de Argentina Trabaja”

 

“¡Qué bonito, muchas gracias!”, le dijo Francisco y a su vez le obsequió un cuadro con una imagen de la plaza San Pedro tallada en bronce y un libro con el testimonio de los obispos latinoamericanos. “Aquí está lo que pensamos”, sostuvo Jorge Bergoglio tocando la tapa del libro. Cristina, vestida toda de negro y luciendo un sombrero del mismo color, asintió al recibir el libro.

 

Durante el primer tramo del encuentro, que fue público, Francisco y Cristina se mostraron cálidos y no hicieron alusión alguna al distanciamiento de los últimos años. “Por Dios, esto es increíble”, fue lo primero que le dijo la Presidenta al Papa cuando la recibió en Santa Marta. Luego se sucedieron el intercambio de los regalos, los besos y los gestos de calidez.

 

La Presidenta, que tras el almuerzo con Francisco hablará con la prensa en el hotel Eden, donde se encuentra alojada en Roma, había llegado a la Casa Santa Marta acompañada de una reducida comitiva. Aunque la delegación argentina que mañana asistirá a la asunción oficial del nuevo Papa estará integrada por 140 personas, incluidos políticos de la oposición.

 

Este lunes, el Vaticano consideró que el encuentro de hoy como un “gesto de cortesía y afecto” hacia la mandataria y al pueblo argentino. “Se trata de un gesto de cortesía, de atención hacia Argentina y su presidenta”, dijo el portavoz Federico Lombardi, que precisó que es “natural” que si viene la presidenta la reciba de manera “diferente” al resto las delegaciones.

 

Intercambio de regalos

 

La Presidenta contó que en el intercambio de regalos el Papa Francisco le regaló una rosa blanca, en representación de “Santa Teresita” a quien siempre él reza y le pidió que la conserve entre sus cosas.

 

Cristina definió la entrega de la rosa como “un regalo íntimo, casi personal de Francisco”, tras recordar que según le contó el Sumo Pontífice “es su santa preferida, a la que él siempre le reza y me pidió que la guardara junto a mis cosas”.

 

La mandataria argentina le obsequió al flamante Sumo Pontifice un equipo de mate, con un termo de acero, una azucarera un una yerbera, elaborados por los cooperativistas de “Argentina Trabaja”, el plan instrumentado por el gobierno desde el ministerio de Desarrollo Social.

 

Durante su declaración a la prensa, la Presidenta dio detalles de su encuentro con Jorge Bergoglio, desde el Hotel Edén, donde se encuentra alojada en Roma, confirmó que le regaló “un poncho de vicuña para que se abrigue del frío Europeo” hecho de Vicuña, en la provincia de Catamarca.

 

Sobre el abrigo, Cristina comentó que “yo sé que él lo usa mucho, porque lo he visto en Buenos Aires con esos ponchos”.

 

Y que el Sumo Pontífice le entregó libros, “uno de ellos muy interesante, todas las conclusiones de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) sobre diversos temas”, y comentó que con Bergoglio estuvieron “mirando el índice acerca de los temas que pueden ser interesantes o de consulta, para cualquier Jefe de Estado, acerca del pensamiento de los obispos latinoamericanos sobre determinados temas”.

 

Otro de los obsequios de Francisco fue una copia de la placa donde figuran los nombres de la mandataria argentina junto a su par Chilena, Michelle Bachellet y Benedicto XVI, cuando ambas viajaron al Vaticano en el 2008 para conmemorar los 30 años del acuerdo Tratado de Paz y Amistad que se firmó en noviembre de 1984 en el Vaticano, que evitó una guerra por el canal de Beagle.

 

Además, el Papa le entregó un mosaico de mayólica sobre la fundación de la Basílica de San Pedro, de la época de Alejandro VII.

 

Sin acartonamientos, lejos de las diferencias con Bergoglio, Cristina abrió cada uno de los regales y le mostraba a Francisco y explicaba cada uno de los regalos, en un momento lo tomó con afecto del brazo y se disculpó diciendo, perdón “cierto que al Papa no se lo toca, no se le da un beso”.

 

Fernández de Kirchner, que ha viajado acompañada de 12 personas, se encuentra en Roma desde la tarde del domingo. La comitiva la forman, entre otros, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, el titular de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, y el diputado de la Unión Cívica Radical (UCR) opositora Ricardo Alfonsín; los presidentes de la Conferencia Episcopal, José María Arancedo, y de la Pastoral Social Argentina, Carlos Alberto Accaputo.

 

El papa pidió a los argentinos que en vez de viajar a Roma para asistir a su misa de inauguración, donen el dinero a una obra de caridad, por lo cual varios legisladores, políticos y empresarios desistieron de acompañar a Bergoglio en su investidura oficial.

 

Fernández de Kirchner recibió la elección de Bergoglio con una carta formal. Más tarde, en un acto público celebró el día histórico para Latinoamérica porque Francisco es el primer papa de la región y le deseó que “pueda lograr mayor grado de confraternidad entre los pueblos y las religiones”.

 

Difícil relación

 

La relación de Bergoglio con Cristina y Néstor Kirchner fue compleja, con varios momentos de tensión por las críticas del arzobispo porteño y cardenal argentino a las políticas sociales y el estilo de gobierno de los peronistas.

 

Bergoglio cuestionó en una de sus homilías “el exhibicionismo y los anuncios estridentes de los gobernantes”. En otras oportunidades también se manifestó en contra de los “internismos” y las “intolerancias”, al tiempo que renovó su llamado a combatir la pobreza, la corrupción y los problemas sociales.

 

El entonces presidente Kirchner (2003-2007), fallecido en octubre de 2010, rompió la tradición que venía desde 1810 y decidió no asistir al ‘tedeum que cada 25 de mayo se celebra en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires por la Revolución de Mayo. Desde entonces, Kirchner y luego su sucesora asistieron a los ‘tedeums’ del 25 de mayo en otros puntos del país. El dirigente peronista llegó a considerar a Bergoglio el “jefe espiritual de la oposición”.

 

Primer encuentro desde 2010

 

La última audiencia en privado entre Fernández de Kirchner y Bergoglio tuvo lugar en 2010. En aquel momento, la cúpula de la Iglesia expresó su preocupación por un estado de “confrontación permanente” y le pidió al gobierno que haya “más consenso, diálogo y actitudes de grandeza”, según informó en ese momento el portavoz del episcopado.

 

Antes, se habían distanciado durante la profunda crisis del gobierno con el sector agrícola en 2008, después de que el jesuita se reuniera con dirigentes rurales y respaldara sus reclamos.

 

Pero uno de los puntos más críticos de la relación fue el duro rechazo del cardenal al matrimonio entre personas del mismo sexo, impulsado por el kirchnerismo.

 

Además de Cristina Fernández de Kirchner ya se encuentran en Roma otros líderes americanos, como la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, o el presidente chileno, Sebastián Piñera.