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Femicidio de Julieta Riera: una audiencia donde primó la descripción de la actitud de Christe

En la primera jornada del juicio contra Jorge Julián Christe, acusado de femicidio de su novia Julieta Riera, nada se dijo acerca de lo fundamental que se discute en este caso: si la joven de 25 años fue víctima de un homicidio o si se trató de un accidente fatal. Los primeros testimonios apuntaron a describir la conducta del imputado en los momentos posteriores a la caída del balcón del departamento del octavo piso del edificio de calle San Martín 918.

Los primeros policías que actuaron en el lugar del hecho aseguraron que el hombre tuvo una actitud rara, que estaba nervioso pero no parecía que había perdido a un familiar, que tuvo intenciones de suicidarse y que Christe les dijo que su novia se había caído cuando él estaba en el sillón.

Se trata de apreciaciones que serán sometidas a valoraciones distintas por la acusación y la defensa, y dependerá en definitiva si al jurado eso le parece el rasgo de un asesino o actitudes que no se pueden estereotipar.

Axel Taborda, oficial de la División Seguridad Urbana y Bancaria de la Policía, recordó que ea madrugada del 30 de abril del año pasado, se encontraba en la Jefatura Central (calle Córdoba) relevando el móvil. Relató que Christe “fue en una moto, no tenía casco, medio desprolijo el pelo y se sentía que tenía olor a alcohol. Llegaba pidiendo auxilio. Manifestó que se había caído su suegra de un octavo piso. Primero se entrevista con la funcionaria, se acerca a nosotros y me manifiesta lo sucedido y nos dice lo mismo, por lo cual decidimos acompañarlo hasta su domicilio”.

Llegaron al edificio ubicado donde está el Instituto del Seguro, Taborda junto al comisario Guillermo Silaur y Christe. “Subimos por el ascensor, ahí nos dice que no era la suegra sino la novia la que se había caído. Era en el departamento de la hermana, el 5 del octavo piso, que tenía salida al techo del Instituto del Seguro. Estaba con llave, recuerdo que había mucho desorden, muchas botellas de cerveza vacías y latas de bebidas, estaba el televisor prendido”, dijo Taborda.

“Dijo que estaban tomando alcohol, que ella había consumido marihuana. En un momento cuando quedé solo con él, porque Sialur fue a buscar el cuerpo, de un frasco que tenía arroja lo que parecía marihuana por el balcón. No se si lo sacó de la cartera o de arriba de la mesa. Después de arrojar la marihuana manifestó que se quería matar y posteriormente me manifiesta que lo último que escuchó fue ‘Julián’, y que no la vio más”, relató el policía.

“Le pregunté cómo era la relación con su pareja, lo único que mencionó fue que un mes antes habían tenido un problema y la chica le rompió el celular y él a el de la chica. Después, que estaba todo bien como una relación normal”, refirió sobre esa conversación que mantuvo con Christe.

“Se lo notaba muy nervioso”, aseguró Taborda. El fiscal Ignacio Aramberry le preguntó: “¿Christe se comportaba como un auténtico familiar de una víctima de un hecho grave?” Y el oficial respondió: “No. Porque por lo general cuando una persona pierde un ser querido no se comporta de esa manera. Estaba nervioso pero no estaba mal”.

Por su parte, el defensor Franco Azziani Cánepa le preguntó: “¿Es normal que una persona que cometió un delito se dirija a la jefatura central de policía?”. “Es la primera vez que me pasa en un caso así”, dijo Taborda.

A su turno, ingresó al salón de audiencia el comisario Silaur, con el uniforme puesto y hasta con el chaleco antibalas puesto. Es el segundo jefe de la comisaría cuarta y recordó: “El primer contacto que tengo con él es en San Martín y Urquiza, cuando baja de la moto, me dice que su suegra se había caído del balcón. Los tres subimos al ascensor y él marca el número 8. En seguida le digo ‘¿vivís en el octavo piso?’. ‘Sí, es de mi hermana’. ‘¿Tu suegra se cayó del octavo piso?’ ‘No, es mi novia’. Ingresa y se sienta en un sillón. Le pregunto qué pasó, me dice ‘yo estaba acá, mi novia estaba caminando, como que levantaba las manos, cantaba, hablaba y en un momento desapareció. Llegó hasta el balcón y desapareció’. ‘¿Se cayó?’ ‘Sí se cayó’”, describió Silaur sobre esa conversación.

“En todo momento estaba nervioso, no había lágrimas, llanto, me acerco al balcón, no se veía porque estaba oscuro. Empezamos a buscar y veo una silueta de un cuerpo. ‘Creo que allá está’, le digo al oficial, ‘hay que verificar y llamar a una ambulancia’”, relató. En ese momento Christe lo agarró fuerte del brazo y se lo tuvo que sacar y gritarle. “Se sienta en el sillón, se agarra la cara como que quería llorar, hacía fuerza pero no lloraba”, agregó.

“Empecé a golpear puertas para ver si alguien me decía para qué lado orienta el balcón (donde estaba el cuerpo de la joven)”, recordó el comisario, pero nadie le atendía, hasta que una vecina les indicó que debían entrar por el Instituto del Seguro.

Mientras, “el oficial Taborda me dice si podía subir porque el masculino se quería tirar, quería atentar contra su vida”.

“La actitud de él me llamó mucho la atención -agregó- porque sabía lo que había pasado y no lo vi como una persona que sufrió un accidente de un ser querido”.

En similares términos declaró la policía Valeria Oviedo, detallan los colegas de Diario UNO en una cobertura extraordinaria: “A Christe lo noté preocupado por otras cosas. Él quería saber si estaba viva, ‘entonces si vino la ambulancia está viva, está viva’, que nos obligaba a que le digamos”, dijo la uniformada, y agregó: “Tenía una actitud como fingida”.

Dos vecinos el edificio fueron los que este jueves declararon como testigos. Ambos notoriamente tenían encono con Christe por los problemas que causaba frecuentemente por ruidos y movimientos durante las madrugadas.

Facundo González fue quien mencionó haber visto en una ocasión a Juelita Riera con un moretón. Llamó la atención cuando el muchacho aseguró que si él hubiera denunciado que la joven sufría violencia “hoy no estaría sentado acá”, convencido de que se trató de un asesinato.

Silvana Krapp, vecina del noveno piso, recordó los problemas con Christe por los ruidos en las escaleras y con la puerta del ascensor, lo cual no la dejaba dormir.

Hasta que en la madrugada del hecho llegaron policías hasta su puerta para pedirle ayuda para mirar por dónde ingresar al lugar donde se encontraba el cuerpo de la víctima, y por su balcón observaron la silueta.

“Nunca escuché gritos ni pedidos de auxilio, si no hubiese llamado al 911”, dijo la mujer. A su vez, recordó que la cruzó a Mirta Cornejo, amiga o pareja del portero, unos meses después del hecho, quien le dijo: “Soy la principal testigo porque Julieta me dijo que si algún día le pasaba algo que hablara”.

La testigo refirió nuevamente que esa madrugada, antes del hecho, había escuchado solamente los ruidos de la puerta del ascensor.

“Si hubiera llantos o gritos ¿los hubiera escuchado?”, le preguntó el defensor.. “Nunca escuché a nadie, de ninguno de los departamentos”, dijo la testigo.

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