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Estela Carlotto: “a construir el país que Néstor Kirchner quería”

En medio de la fervorosa demostración de afecto hacia el ex presidente Néstor Kirchner, Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, dio un testimonio revelador sobre cómo vivió lo ocurrido y los últimos encuentros mantenidos con Néstor y Cristina Kirchner.

“Estaba esperando que llegara el día de mañana -por hoy-, sabía que llegaba nuestra querida pareja presidencial a Buenos Aires, para agradecerles todas las atenciones que tuvieron con las Abuelas en su 33 aniversario, y para mi cumpleaños, porque ayer -por el jueves- me mandaron un regalo y no los llamé porque estaban allá” -en Buenos Aires, relató sin detenerse.

Mientras, agregó que “jamás” imaginó que iban a tener “la terrible y espantosa noticia de la muerte de Néstor -Kirchner-, anonadadas, con un dolor enorme por no entender que era cierto, y escuchar las voces de madres, abuelas y familiares -de desaparecidos- de tantas cosas buenas que hizo en su gestión, recibimos de él el apoyo, la comprensión y sobre todo, la ejecución de medidas para juzgar a los responsables, no olvidar y poner las cosas en su lugar. Era un hijo, grande, pero un hijo”.

Recordó, incluso, que cuando Néstor Kirchner cumplió 60 años estuvieron con él, las Madres, Abuelas y familiares, y las invitó, “le dijimos que se cuide y se reía. Yo ese día lo empecé a tutear y le dije que ya era un geronte, así que estás en nuestra trinchera. Ahora te voy a empezar a tutear”, recordó haberle expresado al ex presidente. Más que un ex presidente lo definió como “un hermano, amigo, un familiar. Hoy hemos perdido eso, parte de nuestro ser”.

Y ahora mencionó que están pensando “mucho en Cristina. Ella sabe que la vamos a seguir acompañando y ayudando. Sabe que estamos y puede contar con nosotras. El abrazo que le vamos a dar mañana -por hoy-, frente a algo inimaginable que es un féretro, va a hacer que sepa que estamos, la queremos y que la vamos a ayudar. Esperemos que la Argentina, después de esta pérdida que todos estamos sufriendo, salvo los desalmados, aprendamos a convivir, a disputar los espacios, pero con honestidad. A no entrar en competencias malsanas y a construir el país que Kirchner quería, porque él estaba representando a todos nuestros hijos”.

Carlotto lo recordó como un “hombre afectivo, y nos sentíamos tan bien con él, de conversar de igual a igual. El cargo no lo hizo cambiar, al contrario, cuando asumió revoleó el bastón de mando, no estaba en una posición de altura inalcanzable, sino tocable, accesible”.