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Entre Ríos apuesta a la producción de miel para consolidar a la Argentina entre los grandes exportadores del mundo

En la actualidad Argentina es el segundo exportador de miel a nivel mundial, solo superado por China. Por eso, para mantener ese destacado lugar en el podio global y mejorar las exportaciones, Senasa y la provincia de Entre Ríos coordinaron acciones para la producción apícola.

¿De qué se trataron los trabajos? En acciones de control conjuntas en salas de extracción y depósitos de miel. “Entre Ríos es productora de diferentes mieles producto de la diversidad de la fauna natural de su entorno. Según datos aportados por el gobierno provincial, a enero de 2024, con todo su territorio apto para la producción de miel, cera, polen, jalea real y propóleos, unos 2200 productores poseen unas 859.406 colmenas distribuidas en 9.557 apiarios”, comentaron desde Senasa.

Hoy en día la Provincia posee 155 salas de extracción, 5 establecimientos de acopio y clasificación de las cuales 2 cuentan con habilitación para homogeneizar, proceso que mejora los atributos sensoriales de la miel – su sabor, textura e incluso aroma se intensifican, haciendo el producto final más deseable para el consumidor final.

“Aunque la sequía que afecta a la región desde hace más de 3 años, calificada como la peor de los últimos 60 años, y las lluvias muy por debajo de los registros normales históricos afectaron la producción de miel de Entre Ríos, se mantienen las exportaciones a los principales destinos”, comentaron.

Los embarques tiene como principales puertos de recepción a países como:

Alemania
Suiza
Estados Unidos
España
Francia
Israel
Canadá
Colombia
Turquía
Japón
Bélgica
Italia
Indonesia
Reino Unido.

“El Senasa cuenta con sistemas de gestión, control y trazabilidad de la cadena productiva melífera que tienen en cuenta las necesidades del mercado interno y los diferentes requerimientos de los mercados externos a los que se envía la miel argentina”, sostuvieron.

De ese modo, el organismo sanitario controla en los establecimientos inscriptos y habilitados para producir y exportar miel, la inocuidad del producto y la ausencia de contaminación por sustancias químicas sintéticas o naturales al tiempo que verifica su trazabilidad y certifica los envíos a distintos mercados del mundo.

En Argentina, la miel es considerada un producto de origen animal porque las abejas utilizan entre otras cosas el néctar de las flores y son quienes realizan el producto que luego el apicultor recoge y extrae a partir de diversas formas y lo acondiciona para su comercialización.

De este modo se denomina “miel” o “miel de abejas”, estando prohibido el uso de cualquier tipo de aditivo o sustancias químicas, dado que la miel no necesita conservantes.

La miel es el producto alimenticio producido por las abejas melíferas a partir del néctar de las flores que estos insectos recogen, transforman, combinan con sustancias específicas propias, almacenan y dejan madurar en los panales de la colmena.

La definición, identidad y calidad de la miel se encuentran establecidas en el Capítulo X, Art. Nº 782 y Art. Nº 783 del Código Alimentario Argentino (CAA).

Las abejas, además de elaborar la miel, durante la recolección del polen y el néctar de las flores contribuyen a la polinización de los cultivos comerciales, mejorando los rindes productivos, y de las flores silvestres, favoreciendo la biodiversidad ambiental.

“Este ciclo virtuoso convierte a la apicultura en una actividad sustentable por excelencia”, cerraron desde Senasa.

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