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Enfermeros piden y no les dan… ¿Será por tantas críticas a su labor?

Desde 2009 los enfermeros con título vienen formulando un período de reconsideración salarial. En marzo de este año les denegaron el reclamo, pero el ministro de Salud les prometió que iba a revisar la medida, por lo que aguardan una respuesta el respecto. Cuando el derecho trastoca con la obligación. En la actualidad, sea por incapacidad, impericia, inhumanidad de algunas/os profesionales en la materia, o por desidia empresarial-estatal, en los nosocomios privados y públicos hay una sensible deuda con el trato al paciente.

“Desde 2009 estamos reclamando por el pago del título de Licenciado en Enfermería. Esto ha ido y venido; el 13 de marzo de este año se nos denegó el pago”, señaló Carolina Manzini, quien consignó “en la fundamentación que se mandó al Ministerio se dice que necesitamos un trato igualitario y no discriminatorio, ya que en la Provincia hay dos licenciados que cobran por el título, además de la parte privada y otras provincias, en las que también se abona”.

Argumentando su pedimento, puso de relieve que para ser licenciado, ”uno debe estudiar hasta cuatro o cinco años extra. Para acceder al trabajo nos alcanza con ser enfermeros, después, estudiamos más y llegamos al título de licenciado”.

Asimismo, ante la requisitoria de los colegas de El Once, destacó, “la Asociación de Enfermería tuvo una entrevista con Cettour que se comprometió a rever esto. Estamos esperando la resolución”.

Para concluir, la licenciada hizo hincapié en que la profesionalización “aumenta la validad en gestión y atención, por lo que creemos que merecemos un reconocimiento”.

Reflexiones…

No hay duda alguna que los enfermeros cumplen una loable, admirable labor. Resulta una profesión que exige un alto sentido de compromiso, lealtad, valores y humanismo en la aplicación del cuidado a todo ser humano que así lo requiera.

Lo que POCOS enfermeros comprenden hoy en día que como parte del cuidado que todo profesional de enfermería debe ofrecer, está el cuidado espiritual, labor esencial e indispensable en todas las unidades de cuidado, especialmente en las de cuidado crítico.

Todo cuidado ofrecido en los diferentes escenarios de servicio debe ser dirigido a satisfacer las necesidades del individuo, por ello la o él enfermera/o debe aplicar diferentes disciplinas en el cuidado, visualizando al individuo como un ser integral, biológico, sicológico, sociológico, espiritual y un ser holístico.

La espiritualidad es un fenómeno íntimo y trascendente que es vital para el desarrollo de la recuperación de calidad en el paciente. Es por esto que el cuidado espiritual ofrecido por el profesional de enfermería debe ser uno con un sentido de responsabilidad, respeto y dedicación al paciente,

Es por esta razón que el profesional de enfermería debe capacitarse para poder cumplir con las necesidades espirituales de sus pacientes, y hasta de sus familiares, especialmente en los momentos de dolor o pérdida.

El cuidado espiritual adecuado puede suponer que la enfermera demuestre un interés que a su vez posibilita la facilitación y el recibimiento de ayuda, estableciendo de este modo relaciones significativas con el paciente o sus similares.

Las acciones que el profesional de enfermería puede llevar a cabo en este cuidado ideal son las siguientes: observar y escuchar empáticamente la comunicación del paciente, crear una atmósfera de aceptación y no de crítica, favorecer la expresión de los miedos y las preocupaciones y enseñar al paciente como a sus acompañantes a enfrentarse a los problemas, favoreciendo la manifestación verbal de los sentimientos y percepciones.

Además, ser sensible y transmitir compasión y proporcionar cuidado con actitud de humildad y emplear el tacto, según sea apropiado.

El ser humano necesita ser cuidado en todas sus dimensiones. La dimensión espiritual, representa la más noble y trascendente de la persona. Además la necesidad espiritual se hace más evidente con frecuencia durante una crisis o enfermedad.

Por lo expuesto, el cuidado espiritual al paciente debe ser ofrecido en todo momento, con un alto sentido de responsabilidad, dedicación y respeto a todo ser humano que así lo necesite.

En enfermería se han producido cambios trascendentales a lo largo del siglo pasado que han culminado en un enfoque de cuidados de calidad y atención integral acogido por el paradigma humanista. La innovación en el ámbito de las responsabilidades y la orientación hacia la profesionalización han modelado el rol de la enfermera.

Claro que para servir a la sociedad de hoy y la del futuro, en este mundo globalizado, es necesario planificar muy bien la formación de la enfermera y/o el enfermero, con las diversas competencias que se requieren, con énfasis en los valores de responsabilidad, solidaridad y humanización, lo que significa otorgar dignidad al hombre y sentido a nuestra sociedad.

Es una obviedad… Podrá el profesional de enfermería ser el trabajador más dedicado, más capacitado, mejor formado en TODO SENTIDO, pero sí no gana un salario acorde a su relevante gestión, y si no se desempeña en un ámbito con todas las herramientas imprescindibles, y con el número de personal adecuado, tarde o temprano, terminará siendo un enfermero o enfermera POCO COMPROMETIDO/A con su rol, concluyendo el paciente y sus familiares PÉSIMAMENTE ATENDIDO como a diario ocurre en distintos nosocomios o centros asistenciales, sean privados o públicos. Hete aquí el deber insoslayable del Estado en ejercer un ÓPTIMO CONTRALOR, pero también la OBLIGACIÓN MORAL de cada ciudadano en DENUNCIAR dichos malos tratos.