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En Fluviales y Etacer se sigue viajando de “dorapa”

¿Y dónde están los inspectores de la CNRT?… El viaje interurbano entre Paraná y Santa Fe continúa realizándose casi sin variantes. Es decir, los pasajeros confirman que ven inspectores, los cuales suben, hablan con el chofer, pero NO impiden que los usuarios viajen de parado. O sea… Al parecer, los controles cumplen en informar que ven gente parada en los micros de ambas empresas, se lo comunican al conductor, pero todo prosigue sin variables.

Fluviales y Etacer, evidentemente, ignoran a la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT) y aceptan los controles, pero no todos los viajeros entre las capitales de Entre Ríos y Santa Fe disfrutan del viaje sentados.

“Un inspector subió en la Placita del Bombero y verificó que estaban todos sentados, pero con la cola que había en ésta parada enseguida él mismo verificó que había pasajeros parados. Y faltaban varias paradas más antes de salir rumbo a Santa Fe. Le recordó al chofer la medida, hizo un par de anotaciones y se bajó”, contó Pablo, estudiante de Arquitectura.

“Hasta Ramírez y Antonio Crespo el mico iba lleno y no subió nadie de parado, pero después subieron no menos de diez pasajeros. No hubo controles creo. Ayer pasó lo mismo. Es como que los inspectores eligen para supervisar. No controlan todos los coches”, dijo Gabriel, alumno de la carrera Ingeniería en Alimentos.

“En la Terminal de Paraná se quedaron varios abajo porque el chofer, cuando vio que el micro tenía todos los asientos ocupados, partió pese a los gritos de algunos compañeros míos y de otros pasajeros. El chofer dijo que estaba viniendo otro ómnibus de refuerzo. Cuando pasamos por la Placita del Bombero había un montón de gente y no paramos, pero sí lo hicimos dos cuadras más adelante y subió una tribu. Cero controles”, reafirmó Sergio, estudiante de Bioquímica.

Tomamos más testimonios en la Terminal. Todos eran coincidentes. En resumen… Nada cambió. O quizás, a lo sumo, los colectivos ya no viajan repletos, colmados. Es como si la movida de la CNRT evitó que los pasajeros sufran la grave anomalía de ir como sardinas en lata o como ganado rumbo al matadero.

¿Alcanza?… Sin dudas que no. Es imprescindible mejorar el servicio. Todo lo extremo es nocivo y siempre queda perjudicado el usuario, no obstante, era imperioso modificar ese abuso que soportaban los pasajeros, en especial, la gente mayor pues los estudiantes, evidentemente se conforman con muy poco y la mayoría no teme al riesgo, al peligro, que algún día ocurra una tragedia.

De hecho que hoy, la CNRT pasó de ser un ente regulatorio a una mala palabra para algunos jóvenes, en una actitud incoherente, pues debería exigirse seguridad y confort a las empresas.