Emmanuel Macron apela a cambios en su gabinete
Después de las interminables marchas contra la reforma de la jubilación, el estallido social tras la muerte del joven Nahel en manos de la policía y los 100 días “de apaciguamiento” que el presidente de Francia se autoatribuyó como prueba, Emmanuel Macron ratificó a su primera ministra y cambió el jueves parte de su gabinete.
Cuando el ex jefe del Senado y ex ministro del Interior Jean Louis Debre llamó “a elecciones legislativas anticipadas o referéndum” para decidir la polémica reforma de las jubilaciones obtenidas por decreto la semana pasada, el jefe de Estado resolvió continuar con su primera ministra Elizabeth Borne y modificar algunos de sus ministros.
Macron se había auto impuesto 100 días para resucitar su gestión y generar calma en un país incendiado política y socialmente, en especial tras el estallido de furia por la muerte de un joven por un disparo policial durante un control de tránsito a fines de junio.
El presidente francés es hoy sumamente impopular y carece de mayoría parlamentaria propia.
El 56 por ciento de los franceses no creen que Elizabeth Borne sea una primera ministra, pero aún así el mandatario la confirmó en su cargo.
Los nuevos ministros
Aurélien Rousseau, ex jefa de gabinete de Élisabeth Borne, ha sido designada para reemplazar a François Braun en el Ministerio de Salud.
El joven Gabriel Attal asume la dirección del Ministerio de Educación Nacional y reemplaza a Pap Ndiaye, un historiador, que no consiguió hacer una buena gestión.
La diputada Aurore Bergé ha sido nombrada Ministra de Solidaridad.
Marlène Schiappa, voluptuosa secretaria de Estado de Economía Social y Solidaría, sumida en el escándalo del Fondo Marianne, cuando posó ligera de ropa, deja el gobierno.
El primer Consejo de Ministros de este gobierno remodelado se realizará este viernes en el Elíseo.
El presidente de la República había recibido a todos sus ministros el martes por la noche durante una cena en el palacio presidencial.
“Sé que estos momentos nunca son agradables”, anunció Macron a la asamblea presente. “Quiero agradecerte y agradecer a quienes comparten tu vida”, dijo. Una situación calificada de “barroca” por un peso pesado de la mayoría.
“Estos momentos nunca son muy agradables”, repitió el presidente, argumentando que “hay que transitarlos siempre con el máximo de calma, espíritu colectivo y respeto”.
A falta de mayoría absoluta en la Asamblea, las batallas legislativas siguen siendo numerosas para Elisabeth Borne.
En particular, tendrá que defender el proyecto de ley de inmigración ante una oposición decidida a salir airosa. También el presupuesto de 2024, sobre el que la Primera Ministra podría volver a blandir el controvertido artículo 49.3, que es un paso a la fuerza y sin votos.
El 56% de los franceses cree que Elisabeth Borne es una “mala” Primera Ministra, a pesar de una ligera mejora en su imagen, según una encuesta de Elabe para BFMTV publicada el miércoles.
Además, al menos 8 de cada 10 franceses creen que Emmanuel Macron ha “perdido” sus “100 días”.