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Embargan al dueño de la fintech Wenance

Una casa en Nordelta, una Ferrari 458 y un Austin Healey descapotable. Esos fueron los tres bienes que la Justicia decidió embargarle a Alejandro Muszak, fundador y CEO de Wenance, la fintech denunciada por miles de inversores que reclaman por incumplimientos en los pagos que debía realizar por la gestión de sus ahorros.

La medida, impulsada por el juez en lo Comercial Diego Manuel Pérez Saravia, llega una semana después de que el empresario fuera allanado y embargado en su domicilio, junto a otros seis procedimientos, en el marco de la investigación que avanza sobre su compañía por supuestas estafas.

El embargo sobre el titular de Wenance fue dispuesto tras la presentación judicial del fondo Latam Consumer Credit, que es uno de los inversores que reclama deudas por parte de la fintech. “Iniciamos dos procesos ejecutivos, por alrededor de $500 millones”, dijo Santiago Mansilla, abogado del fondo, que tiene domicilio en la Argentina y que, según su sitio web, tiene operaciones en Holanda, Suiza y los Estados Unidos.

Wenance es una fintech nacida en la Argentina que basaba su negocio en entregar préstamos o financiar compras de motos o electrodomésticos a clientes del segmento sub-bancarizado y de riesgo mayor al promedio, a los que entregaba créditos a tasas elevadas. Para financiarlo, prometía a inversores retornos superiores en pesos, que podían depositar su dinero en fideicomisos –administrados por la firma Promotora Fiduciaria, liderada por el empresario Martín Santiago Albacens-. De esos fondos salía el dinero que luego Wenance prestaba a sus clientes.

Pero en los últimos meses, la fintech, que también opera en Uruguay y España, se vio involucrada en denuncias por supuestos incumplimientos hacia sus inversores. Y mientras cientos de estos avanzaron con reclamos en la Justicia en diferentes puntos del país, la empresa de Muszak reconoció los incumplimientos, aduciendo un incremento en la morosidad de sus clientes.

Primero, presentó un plan de pagos. Finalmente, ayer se presentó en concurso preventivo de acreedores, ante el Juzgado Civil y Comercial N° 9 de San Isidro. “La medida concursal nos permite levantar embargos para seguir funcionando”, dijo Muszak ante la consulta de los colegas de La Nación.

Ante su situación financiera y judicial, el empresario también reconoció ante este medio un plan de “reducción de costos”, que entre otras cuestiones, implicó el despido de alrededor de 200 personas. “Notificamos que prescindimos de sus servicios a partir del día de la fecha, atento a la grave situación económica que transita la empresa, la que impide la continuidad del vínculo. En consecuencia, su indemnización será abonada a la espera de algún ingreso de dinero que lo permita”, detallan los telegramas enviados.

Y además de denuncias laborales, se acumulan causas o presentaciones judiciales en diferentes puntos del país. Los allanamientos de la semana pasada habían sido impulsados por órdenes del Juzgado de Instrucción N°3 de Ushuaia, Tierra del Fuego.

Mientras tanto, existe otro conjunto de damnificados en Tucumán, con casos de ahorristas que depositaron desde $500.000 hasta $20 millones en la plataforma, que realizaron planteos en la Justicia ante Wenance y Promotora Fiduciaria, la firma encargada de gestionar los fondos fiduciarios a través de los cuales se financiaba la fintech.

Según consta en los registros públicos del Banco Central, solo en julio Wenance emitió 14 cheques que fueron rechazados por falta de fondos. El monto de este impago, publicado hoy por Infobae, totaliza $268.468 millones.

Los incumplimientos de Wenance trascendieron las fronteras argentinas, con damnificados también en Uruguay y España. “Ante los hechos sucedidos a partir de julio de este año en nuestra filial de la Argentina, que son de público conocimiento, queremos comunicarle a usted que lamentablemente nos vemos impedidos de pagar los servicios de interés y capital ya pactado, en tiempo acordado”, dice el comunicado que la empresa envió a sus inversores en el país europeo, donde también indica que trabajan en una “propuesta que resguarde sus intereses” y “la viabilidad de la empresa” para “poder honrar los compromisos asumidos”.

Entre los damnificados, que superan los 3000 en la Argentina y otros países donde operaba la firma, crecen las dudas sobre la capacidad financiera de Wenance. “Creo que la empresa empezó como buen negocio, pero en un momento dejó de ser negocio y para cubrir baches empezó a hacer desastres y empezó a cubrir agujeros con dinero real. Pero no creo que el problema haya sido por la morosidad, porque un aumento de la morosidad en tres meses no te detona una compañía”, dijo un abogado de damnificados, que pidió reserva de su nombre.

Según consta en documentos judiciales constatados por La Nación, Wenance hace meses inició procedimientos ante sus clientes morosos, pero en mucho de esos casos no avanzó. Al mismo tiempo,

Luego de la presentación del concurso en San Isidro, se abre una instancia para que todos los damnificados se presenten ante la justicia de ese distrito para acreditar y verificar que, efectivamente, son acreedores de Wenance, en un procedimiento que, a la vez, suspende ejecuciones, frena la acumulación de intereses para las deudas acumuladas por la fintech y le permite levantar las medidas cautelares, para poder seguir operando.

“Por el principio de conservación de la empresa, la ley presume que si vos seguís operando, vas a seguir generando empleo, pagando impuestos y produciendo algo, y en ese círculo virtuoso entiende que vas a generar los recursos para pagar a los acreedores”, explica un abogado en reserva de su nombre.

Y este proceso, a su vez, presenta una dificultad para los damnificados. Es que al ser una empresa de funcionamiento 100% digital, muchos de los acreedores de Wenance están ubicados en diferentes puntos del país, lejos de la sede fiscal de la fintech y del distrito donde se radicó el concurso, y la verificación de los créditos requiere la presentación presencial ante la justicia.

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