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El lugar del Parlasur pendiente de una definición judicial

El gobierno, y la Oposición, por partes iguales, resolvió sumar a listas para las PASO a personalidades que sean ungidos por la gente para ocupar bancas en el Parlasur. Con ello se pagan lealtades, se compensa “heridos de Internas” o se procura que por sus influencias traccionen votos. Lo que no se sabe es que aún no hay certezas sobre el posicionamiento de ese cargo “honorífico” en la lista.

 

El director Nacional Electoral, Alejandro Tullio, dio su parecer al respecto durante una jornada de debate organizada por la Universidad de Palermo. Se inclinó por ubicar el segmento por distrito único inmediatamente debajo de los nombre para presidente y vice, y el regional detrás del gobernador. Pero no será su opinión la que determine el resultado. El proceso es más complejo.

 

Luego del cierre de listas, las juntas partidarias tendrán que informar entonces a los tribunales electorales sobre la integración de sus boletas. Dado que no hay un orden preestablecido, es probable que haya esquemas con diferentes ubicaciones para los denominados “mercodiputados”. En primer término, serán los jueces de primera instancia con competencia los que definirán el criterio.

 

Ahora bien, es muy posible que lo que resuelva el juez de un distrito sea diferente a lo de otro. Y con seguridad ello conllevará a un planteo que derivará a una consulta para que la Cámara Nacional Electoral fije un patrón único para el territorio federal. Hasta que eso no suceda, la Cámara no se pronunciará. Así lo adelantó el titular del cuerpo, Santiago Corcuera, en un contacto con la prensa a inicios de junio.

 

“Tenemos que esperar a que se haga una presentación. Si no hay un planteo no podemos actuar”, explicó entonces Alberto Dalla Via, también miembro de la Cámara. Corcuera agregó que si se expresan sobre el tema con antelación podrían ser objeto de pedidos para que se aparten en una eventual disputa.

 

Los tribunales de primera instancia tienen el 10 de julio como límite para definir su criterio. Sólo después podrían aparecer los recursos para que intervenga la Cámara Electoral. Con el tiempo en contra, los jueces prometen una decisión expedita. Los plazos, claro, derivarán en una carrera contrarreloj para imprimir las boletas.