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El dólar bajó a su menor nivel en tres meses

El dólar terminó la semana a $ 17,50 para la venta, su nivel más bajo en los últimos tres meses en medio de los fuertes reclamos del sector industrial por pérdida de competitividad. El 2017 comenzó con una cotización de $ 16,10, por lo que la devaluación fue de 8% en lo que va del año frente a una inflación acumulada a octubre de 19,4%.

 

Según bancos consultados, el elevado nivel de tasa de interés en pesos de 28,75% junto con la entrada de divisas del exterior explican la caída del tipo de cambio y los corredores aseguran que “no hay un piso estimado para los próximos días, sabemos que los rendimientos en pesos son muy tentadores, todos se pasan a pesos y la compra de divisas por minoristas no llega a compensar la oferta ”.

 

En la primera jornada de diciembre, el volumen total operado en el mercado de cambios cayó 24% para ubicarse en los US$ 595 millones. En el segmento mayorista, descendió 13 centavos a lo largo de la semana, las operaciones entre bancos y empresas dieron como resultado unos $ 17,23 para la venta, ocho centavos por debajo del cierre de noviembre.

 

En el mercado de futuros de dólar del Rofex, los cambios no se hicieron esperar. Los contratos operados a diciembre que pocas semanas atrás se pactaban a $ 18,20, ahora lo hacen a $ 17,95, es decir que registraron una baja de 0,43% este viernes.

 

De acuerdo con el director de Desarrollo Económico de Cippec, Martín Rapetti, el tipo de cambio real multilateral está un 29% por debajo del promedio de los últimos 37 años, aunque eso no significa que ésa sea la porción de atraso cambiario.

 

Pero para el especialista, la apreciación real puede ser problemática por dos motivos. En uno de sus informes señala que “uno es que el déficit de cuenta corriente resultante requiere financiamiento externo”.

 

Si bien desde el Gobierno sostienen que el tipo de cambio flotante ayuda a absorber los shocks que pueden venir del exterior –como sucedió con el Brexit–, para el Cippec, la experiencia muestra con contundencia que los flujos de financiamiento externo a países en desarrollo son volátiles y susceptibles a reversiones bruscas, especialmente cuando hay evidencias de desalineamientos cambiarios y déficits pronunciados.

 

En ese sentido, sostienen que la experiencia sugiere que las correcciones cambiarias son más suaves bajo flotación que con tipos de cambio fijos, pero muestra también que “pueden de todos modos ser lo suficientemente bruscas como para causar impactos significativos sobre el nivel de actividad y empleo, así como comprometer la liquidez de quienes poseen deudas en moneda extranjera insuficientemente cubiertas”.