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El clonador de Conan, sigue firmando despidos del CONICET

El veterinario Daniel Salamone, designado en el Conicet por Milei y clonador de Conan, ordenó no renovar contratos a 86 administrativos, algunos de los cuales superan los 15 años de desempeño en el organismo. Hasta la Sociedad Rural y la UIA, beneficiarias de la ciencia y tecnología públicas, se opusieron.

Sin otro criterio que el fundamentalismo del achique del Estado, sin medir consecuencias, fijando porcentajes de despidos sin ningún análisis ni auditoría que lo sustente, el presidente del Conicet, el especialista en clonación Daniel Salamone –designado por el presidente Javier Milei, a quien el médico veterinario le clonó su “hijo de cuatro patas” Conan– firmó este viernes en solitario la decisión de no renovar contratos a 86 empleados administrativos. Muchos de ellos superan los 15 años de antigüedad.

Pese a figurar bajo una prorrogada modalidad temporaria, se desempeñan en la práctica como trabajadores de planta con tareas que son esenciales para que funcione el organismo de investigación, recientemente reconocido como el más prestigioso de Latinoamérica y uno de los 20 más productivos del mundo.

Salamone tuvo que poner la rúbrica de las censantías en soledad. Un par de días antes, los ocho integrantes del Directorio del Conicet, que el veterinario preside, emitieron un duro comunicado en contra de la posibilidad de nuevos recortes de personal. Entre los que se expresaron con énfasis contra ese desguace, figuran los representantes nada menos que de la Sociedad Rural y la Unión Industrial Argentina, Manuel García Solá y María Laura Correa, respectivamente.

Los restantes son, en representación de los investigadores, Mario Pecheny por Ciencias Sociales y Humanidades, Claudia Capurro por Ciencias Biológicas y de la Salud, el rosarino Roberto Rivarola por Ciencias Exactas y Naturales y Alberto Baruj por Ciencias Agrarias, Ingeniería y de Materiales. Completan Luz Lardone por los organismos en ciencia y tecnología de las provincias y Jorge Aliaga por el Consejo de Universidades.

“EI Conicet cuenta con 1.600 empleados administrativos y técnicos que son esenciales para el normal funcionamiento de las Carreras de Investigador, de 12.150 miembros; del Personal de Apoyo, de 3.050 miembros; y de 10.900 personas que con becas doctorales y posdoctorales se forman en tareas de investigación científica y tecnológica, que constituyen el futuro de la ciencia nacional y del desarrollo federal del país”, explica el texto del Directorio.

En el mismo sentido se pronunciaron los directores científicos y tecnológicos regionales del Conicet: afirmaron que los despidos impiden “el normal funcionamiento del sistema científico” y los enmarcaron “en la política de ajuste del Estado actualmente en ejecución”.

La Red de Autoridades de Centros Científicos y Tecnológicos del Conicet (Raicyt) señaló que “con esta nueva ola de despidos, se reduce la planta de empleados administrativos en un 15%, lo cual impedirá el correcto funcionamiento del Conicet”. Fueron los primeros en “plantarse” contra el desmantelamiento de un organismo público. Denunciaron que las autoridades de la gestión de La Libertad Avanza los llaman por teléfono y les piden una determinada cantidad de nombres para avanzar en las bajas. Agregaron que fue el propio ministro de Economía, Luis Caputo, quien le pidió a Salamone que recorte entre el 20 y el 30% del personal del organismo a su cargo, en sintonía con el ajuste que planifican para la totalidad de la administración pública y que se activaría en conjunto el próximo 26 de marzo.

Para los directores de la Raicyt, los despidos, que ya comenzaron, destruyen la estructura de gestión, impiden el normal funcionamiento del sistema científico y se enmarcan en la voluntad de achicar el Estado como panacea para todos los males que puso en marcha el Gobierno libertario. “En el mismo sentido, rechazamos la metodología utilizada para llevar adelante el achicamiento del organismo”, resaltaron sobre las formas, que aportan su cuota de crueldad a la sinrazón del fondo.

El director del Conicet Aliaga añadió que ni siquiera “se cumplió con lo que dice el Decreto 84/2023 (mencionado por Salamone en la comunicación de las cesantías). El Presidente del Conicet, según el artículo 4, debió pedir la continuidad de todos los que lo ameritaran. Eso no se hizo. Se mandó un listado de quienes no siguen sin evaluación de desempeño ni importancia de sus tareas”.

Ruralistas e industriales, también

Más allá de los discursos anti Estado y el aval a las políticas que lo desfinancian, entidades patronales fuertes como la Sociedad Rural y la Unión Industrial Argentina, a cuenta de que se benefician con los desarrollos científicos y tecnológicos financiados “con la nuestra” por el sector público, también salieron a cuestionar el desmantelamiento del Conicet a través de sus representantes en el directorio del organismo.

Es que nadie ve racionalidad en la decisión de las desafectaciones, más que el cumplimiento de un porcentaje de bajas para generar un impacto mediático en una sociedad ya colonizada por la idea de que el Estado, en cualquiera de sus áreas y sin importar su función o su relevancia estratégica para el desarrollo del país, debe reducirse a su mínima, y menos que eso, expresión. Según los dichos de Milei, el Estado que él mismo encabeza es una “organización criminal”. Falacia o autoincriminación, en el ámbito de la ciencia y la tecnología salieron al unísono a rechazar el desguace.

“No hubo ninguna auditoría como las que dice el vocero presidencial (Manuel Adorni) que se están haciendo, solo piden echar un porcentaje arbitrario de gente”, apuntó Gonzalo Sanz Cerbino, investigador adjunto del Conicet y delegado del gremio de los estatales ATE.

“Nicolás Posse, el Jefe de Gabinete, insiste en que el Conicet debe despedir al 20% de su planta administrativa, unos 260 despidos. Como demostraron las auditorías del macrismo (en referencia a las realizadas en 2016), la planta administrativa de Conicet está en niveles subóptimos”, agregó Sanz Cerbino.

Reconocimiento internacional, motosierra local

El Conicet mantiene en 2024 su ubicación como la mejor institución gubernamental de ciencia de Latinoamérica, según los resultados de la 16ta edición del Ranking Scimago (SIR), recientemente publicado.

El mismo relevamiento ubica al organismo en el puesto 20 entre 1870 instituciones gubernamentales dedicadas a la investigación de todo el mundo. Y en el puesto 224 sobre las 9054 instituciones académicas y científicas de todo el planeta, sean públicas o privadas.

SCImago Research Group publica anualmente, desde 2009, el SIR, que refleja la actividad científica en el mundo. Es una tabla de posiciones cuyo propósito es dar a conocer información sobre el desempeño en investigación, innovación e impacto social de las instituciones, caracterizándolas en términos de su aporte científico, económico y social.

El objetivo del ránking es el de contribuir a la toma de decisiones, al desarrollo de políticas públicas e institucionales y al establecimiento de hojas de ruta para el impulso de la investigación y mejora continua de las instituciones. En el Gobierno libertario no lo entienden así.

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