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Durán Barba sorprende con tono conciliador, menos con Lilita Carrió

“El 10 de diciembre Mauricio Macri será el primer presidente no peronista que termine su mandato constitucional en un siglo. Si pierde las elecciones que todavía no se han resuelto, será el primero en entregar de manera ordenada los atributos del mando a un sucesor de otro signo político”, destaca en una Editorial Jaime Durán Barba, el “gurú” del mandatario nacional.

 

También fue irónico al expresar que “Cuando se inició el gobierno de Mauricio Macri inmediatamente hubo quienes quisieron derribarlo. Su gobierno obtuvo un récord: todos los días hábiles se organizaron manifestaciones de grupos que pretendían desestabilizarlo. Lo hicieron solo los días hábiles porque son personas que respetan los derechos laborales y descansan los feriados”.

 

Aunque su histrionismo envió un misil a Lilita Carrió: “En todos los países, cuando terminan las elecciones existen personajes marginales que alegan que hubo fraude, mientras los políticos republicanos aceptan que han perdido y que deben trabajar para tratar de volver al poder en el futuro. Saber aceptar el resultado favorable o contrario de las urnas es parte de la democracia”.

 

Fue particularmente enfático al señalar que “la política es una enorme puerta giratoria en la que corren muchos, sin que se pueda saber bien cuáles de ellos están persiguiendo a cuáles en cada momento. Hay que acabar con ese disparate y llevar adelante una política sin persecuciones”.

 

Y allí aprovechó para desligarse de culpas: “Mi insistencia sobre la vigencia del kirchnerismo fue interpretada por algunos como un deseo de polarizar con Cristina para que Mauricio Macri ganara las elecciones. Eso nunca fue así. Era obvio que la mejor candidata que aparecía en la oposición era la más temible. Simplemente fue el reconocimiento de una realidad que las urnas confirmaron plenamente, ampliada por Alberto Fernández, un buen candidato al que no supimos interpretar”.

 

Aunque a la vez puso de relieve: “No hay que argumentar demasiado para reiterar que el kirchnerismo hunde sus raíces en ochenta años de peronismo. En cualquier país al que viajo hay personas que me hacen preguntas sobre Cristina Fernández”.

 

Concluye admitiendo en la Columna de Perfil: “Ambas fuerzas son una realidad, y si pensamos en una Argentina que se proyecte hacia el futuro, es indispensable que, pasadas las elecciones, ambas colaboren. Gane quien gane, se necesita que Mauricio Macri y Alberto Fernández conversen y trabajen juntos por el futuro del país, tanto en la política interna como en el ámbito internacional. Es irreal negar la existencia del adversario, y peor aún tratar de eliminar a dos fuerzas políticas que representan ideas e intereses reales, y a cuatro quintos del electorado”.