Dos diplomáticos rusos se atrincheraron en sus autos y se negaron en Retiro a hacer los controles de alcoholemia
|En medio de un fuerte operativo de alcoholemia del Gobierno de la Ciudad, especialmente sobre la Avenida del Libertador, minutos antes de las 11 de la mañana se vivieron momentos de tensión porque el conductor de un vehículo con placa diplomática de la embajada de Rusia se negó a someterse al control para saber si maneja con alcohol en sangre. Estuvo más de una hora atrincherado en su auto y finalmente fue escoltado por la policía hasta la sede diplomática.
El vehículo Volkswagen Vento blanco, dominio “D094CSB”, pertenece a los vehículos que tiene registrados la embajada de Rusia en Argentina, ubicada en Rodríguez Peña al 1700, a muy pocos metros del control sobre Avenida del Libertador.
El conductor del vehículo le aseguró a los agentes de tránsito que debía hacer un llamado, subió la ventanilla y no volvió a atender a los efectivos. Es por eso que dieron aviso a la Policía de la Ciudad que llegó cerca de las 11 de la mañana al lugar. Pero unos minutos después llegaron efectivos de la Policía Federal Argentina.
Lo curioso es que toda la situación, tanto la negativa del conductor como las negociaciones con otros representantes de la embajada y la llegada de la Policía de la Ciudad y de la Policía Federal, fue transmitido en vivo por los canales de televisión que estaban realizando la cobertura de los controles de alcoholemia. “Un diplomático se atrincheró”, decían los graphs de los canales.
Otro de los momentos de tensión fue cuando tres hombres de camisas blancas se acercaron por la vereda al auto con placa diplomática. Aseguraron ser representantes de la embajada rusa en Buenos Aires y cuando se acercó la prensa reaccionaron de forma violenta. Con celulares en la mano, se acercaron al vehículo para dialogar con los efectivos de las fuerzas de seguridad mientras el conductor apenas bajó la ventanilla y los hombres de camisa hablaron por él.
Martín, agente de Tránsito de la Ciudad, aseguró a los canales de televisión que las tres personas de la embajada de Rusia no acreditaron si el conductor era diplomático. “Recién pasó un auto diplomático, que creo que era de Rusia, hizo el control, sopló y siguió. Por eso nos sorprende que esta persona no quiera realizar el control. Ahora se encarga la Policía”, destacó.
“Hubo un breve diálogo en el que se le solicitó realizar el control, indicó que no quería realizar el procedimiento y cuando le explicamos la importancia de hacer el control se limitó a subir la ventanilla y quedarse adentro”, acotó el agente de Tránsito, que ante los medios leyó el artículo 4 de la convención de Viena sobre relaciones diplomáticas.
“Sin prejuicio de sus privilegios e inmunidades, todas las personas que gocen de esos privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor”, leyó el agente ante la prensa. “Tiene que acatar, estamos instruidos”, sostuvo Martín.
Mientras llevaba una hora encerrado en el vehículo, los tres hombres de la embajada que acudieron al rescate del conductor que adujo ser diplomático, dialogaban con cinco policías de la Ciudad y dos de efectivos de la Federal.
Tras la charla, pasadas las 11.30, los tres hombres de camisas claras se retiraron del lugar pero el conductor siguió atrincherado. Pero en otro capítulo insólito de la situación, a bordo de una Hyundai Kona también con patente diplomática “D124CSB”, los tres hombres estacionaron detrás del diplomático atrincherado y se especulaba con que también debían ser testeados de alcoholemia.
Unos minutos antes del mediodía, el vehículo que estuvo detenido casi dos horas se fue escoltado por patrulleros de la Policía de la Ciudad. Fuentes del Gobierno de la Ciudad, revelaron que dentro de la embajada le labraron el acta de infracción 7062 por haberse negado al control de alcoholemia.
Por ley, ningún diplomático está exento de cumplir con los controles vehiculares. Así lo afirma el artículo 41 de la convención de Viena, que establece el acatamiento de las leyes del país donde habite un diplomático. Al negarse a realizar el control de alcoholemia, la Policía de la Ciudad tuvo que intervenir y trasladarlo a la Embajada para realizarlo.
Como si fuese un loop, después del mediodía otro vehículo diplomático ruso, un Toyota Corolla (patente D014CSI) fue parado en el mismo control de la Avenida del Libertador. Identificado como Timur Salomatin, codirector de la Casa de Rusia, entregó la documentación pero se negó a hacerse el test de alcoholemia, subió la ventanilla y empezó a hablar por teléfono.
Pasadas las 13, después de tres horas de ser retenido para el control, el primer ruso seguía adentro del auto. Tomaba agua y se negaba a bajar, porque el vehículo tiene inmunidad, lo mismo que la embajada.
Recién a las 13.16, bajó del auto y entró a la sede diplomática rusa en Buenos Aires. Dos minutos después, el segundo ruso que se negó al control de alcoholemia fue escoltado por la Policía de la Ciudad también hasta la embajada rusa. Se bajó rápido pero volvió a subir porque debían hacerle el acta y para mantener la inmunidad se metió en el auto y desde ahí entregó los documentos.
Antes de que el segundo funcionario ruso entrara en la sede diplomática, la embajada emitió un comunicado. “Según la convención de Viena sobre las relaciones diplomáticos, los vehículos diplomáticos no pueden ser objeto de ninguna parada, registro y consideramos lo ocurrido una grave violación del derecho internacional sobre todo de sus disposiciones sobre inmunidades diplomáticos”, dijo Alexander, quien se identificó como primer secretario de la embajada rusa en Argentina.