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Disgusto de productores por la suba oficial de retenciones al campo

Con el fin de “mitigar el impacto de la situación” en Ucrania y evitar que la guerra afecte a los precios locales de los alimentos, el Gobierno nacional confirmó el aumento a las retenciones para la harina y el aceite de soja y la creación de un Fondo de Estabilización del Trigo, para neutralizar “el costo de la tonelada” de dicho producto. Ambas medidas ya fueron publicadas en el Boletín Oficial.

Tal como estaba previsto, el texto estableció que a partir de ahora y hasta el próximo 31 de diciembre, se incrementó la alícuota del derecho de exportación que pagan determinados alimentos, entre los cuales están la harina y el aceite de soja, que pasarán de abonar el 31% al 33 por ciento. En los escritos, las autoridades nacionales sostuvieron que “la invasión de la Federación de Rusia a Ucrania ha afectado en forma significativa el abastecimiento global de productos agrícolas”.

Precisaron que “ambas naciones aportan a la seguridad alimentaria total mundial el 28% del comercio internacional de trigo, el 19% del de maíz y el 78% del de aceite de girasol, afectando, particularmente, a dichos mercados, impactando sus precios internacionales y alcanzado alzas históricas”.

A pesar de la furia que provocó en el sector agrario esta decisión, en Casa Rosada sostienen que “era necesario dictar una medida transitoria y temporal” que aumente las retenciones de otras mercaderías, como la harina y el aceite de soja, “con el fin de que el excedente que se recaude se destine a garantizar políticas tendientes a evitar un costo adicional en los alimentos para la población en general y, particularmente, para los sectores de menores ingresos”.

En el campo ya saben, por historia, que nunca es temporario un aumento de retenciones. Por ese motivo, los productores agropecuarios hacen asambleas para analizar un cese de comercialización de granos y carne y organizar marchas a Buenos Aires, Rosario y Córdoba, entre otras ciudades. A ese malestar se suma que los altos precios de Chicago y Kansas aquí tienen descuentos de entre el 40 y el 50% por los derechos de exportación y por la brecha cambiaria entre la cotización oficial del dólar, a la que tienen que vender los granos, y la no oficial, con la que tienen que comprar los insumos para seguir produciendo.

La Argentina viene de alcanzar la mayor cosecha de trigo de su historia, con 21,8 millones de toneladas, producto de la inversión en tecnología y del trabajo de miles de productores, así como de condiciones climáticas favorables. No falta trigo. Antes de que termine la cosecha y de que los tanques rusos entraran a Ucrania, el Gobierno ya había cerrado prácticamente las exportaciones de trigo por un mecanismo burocrático llamado “volumen de equilibrio”-

En menos de dos meses, los productores deberán comenzar a sembrar el trigo que cosecharán a partir de noviembre próximo. Pese a los buenos precios, los especialistas del sector dudan de que se vuelva a alcanzar esa cifra por las restricciones que impuso el Gobierno, el freno a la importación de fertilizantes por las restricciones cambiarias y por la suba de los costos de los insumos.

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