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Déjà vu: Argentina, el país de la “bicicleta financiera” por excelencia

Cambia, vertiginosamente todo cambia en Argentina. El dólar no deja de estar en el foco de los inversores tras escalar 35% desde principios de mayo al presente, mientras que la tasa de interés de referencia desde el último mes se ubica en el 40% anual (3,3% mensual). Esta “lucha” de rendimientos que brindan las Lebac en pesos y el billete estadounidense, otorgada por la enorme volatilidad del mercado, aumenta el riesgo de realizar una cartera rentable y genera un cambio en el perfil de los inversores. Así, en el “universo Lebac” ahora están menos expuestos los minoristas pero se incrementa la presencia institucional de bancos y entidades públicas.

 

Hoy, con la aceleración que tuvo el precio del tipo de cambio, realizar la operación de carry trade, también conocida como la “bicicleta financiera”, no luce atractiva. La misma consiste en pasar dólares a pesos para aprovechar la renta elevada en la moneda. Y así, luego de deshacer posiciones, se vuelve a comprar más cantidad de la divisa norteamericana.

 

Es que desde la última licitación de Lebac al presente, el billete verde escaló 14%, por lo que, por el momento, gana ampliamente al 3,33% mensual que recibirá el que compró una Letra en pesos a 36 días.

 

Bajo este panorama, se observa la presencia de otro tipo de capitales, sobre todo de origen nacional, que aprovechan la muy atractiva tasa de interés doméstica respecto a otras alternativas que sirven para contentarse con ganarle, al menos, a la inflación, que en mayo fue 2,1% según el INDEC.

 

“En la actual composición predominan los bancos y los organismos públicos como los principales tenedores, aunque algunos inversores y firmas extranjeras han vuelto al carry trade”, indica Nicolás Cappella, analista de Invertir en Bolsa.

 

Y agrega: “Son perfiles distintos a los que se fueron el mes pasado, debido a que tienen otra mirada ya que poseen un mandato y una estrategia de inversión más consolidada. Esto evitaría mayores cambios abruptos de estrategia”.

 

De esta manera, con esta nueva composición de los inversores, los analistas prevén que se daría en la City una ‘mayor estabilidad’ a un instrumento que el BCRA debe seguir muy de cerca, como son las Lebac.

 

Por eso el cambio de jugadores, con la partida de inversores “volátiles” del exterior y el ingreso de un perfil más institucional, puede darle más estabilidad al mercado.

 

Según las estimaciones que realizó Federico Sturzenegger, presidente del BCRA, semanas atrás, el 50% de todas las Lebac hoy lo ostentan los bancos privados y organismos públicos.

 

“En la actualidad compran Lebac aquellos inversores que creen que el FMI va a estabilizar el tipo de cambio a corto plazo y que el 38/39% de TIR que ofrecen es más que suficiente para empatarle a una posible devaluación de la moneda adicional”, resume a iProfesional Gustavo Neffa, analista de Research for Traders.

 

Por lo que agrega que lo que se está observando hoy son inversores, más que nada, “institucionales y fondos”.

 

Al respecto, Christian Reos, analista de Allaria Ledesma, también afirma que los inversores nuevos que realizan carry trade son “sólo institucionales”.

 

Por otro lado, Neffa sostiene que las personas físicas, en gran parte, “dolarizaron sus portafolios”. Movimiento que también se observó en las casas matrices de varias empresas, que “dolarizaron a sus subsidiarias”.

 

En ello coincide también Reos, que afirma que el minorista “desarmó buena parte de su tenencia en Lebac, y por un tiempo no volverá, ya que el dólar sigue estando volátil como para que se decida a entrar en estos días”.

 

El que se quema con Lebac…

 

Es que más allá de las tasas muy atractivas que invitan a sumarse a las inversiones en pesos, en algunos analistas queda fresco el golpe que tuvieron los ahorristas en mayo con este instrumento por la “fuga” de divisas de semanas atrás, que generó la estampida del valor del tipo de cambio local por la mayor demanda de billetes verdes por las carteras que se deshicieron en pesos.

 

Esto debió a que desde inicios de mayo se “fueron” del país más de u$s5.000 millones, a causa del desarme que generaron algunos fondos externos de posiciones en Lebac (pesos), debido a la inestabilidad financiera doméstica y mundial, la escalada del billete verde y la suba de tasas de la Fed.

 

Es que muchos de estos capitales ingresaron y luego salieron mediante la bicicleta financiera, también llamado carry trade, una operación muy utilizada en el mercado:

 

-En la misma se venden divisas, en un momento en el que el tipo de cambio se encuentra estable, o que “corre” por atrás de la tasa de referencia.

 

-Así, esos pesos obtenidos por la venta de dólares se destinan a comprar Lebac, para aprovechar las ganancias atractivas por los altos intereses que brindan estas Letras del Banco Central.

 

-De esta manera, con las utilidades obtenidas en moneda nacional, luego los fondos se vuelven a “pasar” a dólares, con la idea de obtener una cifra más elevada de la destinada originalmente.

 

Claro, como toda inversión atractiva, no siempre esta operación “sale” bien. Como muestra se puede citar que la espectacular suba que el billete estadounidense tuvo solamente en mayo del 21,5%, borró toda la ganancia en pesos.

 

Esto ocurrió porque el ahorrista que entró a inicios del mes pasado con una posición en pesos, para ganar 3,3% en el mes (40% anual), al final de su colocación perdió 15% en dólares.

 

Por ejemplo:

-Si vendió u$s100.000 a $20,54 (precio del dólar en ese momento) a fin de abril, obtuvo $2.054.000 y las colocó en Lebac al 40%.

-Al final de mayo obtuvo una ganancia de $68.400 (3,3% interés mensual).

-Luego pasó todos sus pesos ($2.122.400) (capital inicial más intereses) a dólares.

-Con el precio del dólar cerca de $25, obtuvo u$s85.000. Es decir, perdió 15%.

 

En cambio, si el tipo de cambio se hubiese mantenido estable en los $20,54, su “cosecha” hubiese sido de u$s103.330. Es decir, una ganancia de u$s3.330 en sólo un mes.

 

En resumen, el movimiento del dólar de mayo desalentó la especulación financiera del exterior.

 

A raíz de ello, el economista Miguel Kiguel indicó antes de conocerse el trato con el FMI: “Si pensamos que el tipo de cambio será de $25 a fin de año, el carry trade se lo lleva puesto. Por eso hay que dejar flotar al dólar”.

 

Los movimientos alcistas que tuvo el dólar (ya superó los $26 en el mayorista) desde que se anunció el acuerdo con el Fondo Monetario, y que se acentuó cuando el Banco Central comunicó que dejará flotar más el precio de la divisa, sin intervención oficial de ventas de billetes para frenar la estampida cambiaria, también vuelve a desalentar evidentemente a la bicicleta financiera.

 

El resultado lógico es que ahora se vuelquen a comprar Letras del BCRA, más que nada, inversores locales, sobre todo institucionales, que buscan ganarle a la inflación y obtener una renta más atractiva que el 27% que les ofrece un plazo fijo. Es decir, una composición menos especulativa y volátil, que la que aportan los fondos de inversión extranjeros.

 

Por otra parte, la peligrosa “bola de nieve” que se ha generado con las Lebac generó que el FMI ponga la mirada en este instrumento para que el Gobierno lo desarme.

 

Una preocupación que fue corroborada en el anuncio que el Tesoro aportará el equivalente de u$s25.000 millones que el Central utilizará para recomprar y disminuir el volumen de estos papeles, que son empleados como herramienta para absorber pesos y evitar que estos se destinen a la compra de dólares. El problema es que utilizar las Lebac tiene un costo elevado para Sturzenegger, ya que hoy debe pagar una tasa cercana al 40% anual.

 

Es que el stock actual de estos papeles, incluso, supera en alrededor del 13% a todos los pesos que circulan en la economía (base monetaria).

 

Además, se encuentra el riesgo que los vencimientos mensuales que debe afrontar el Banco Central llegan a un volumen significativo de alrededor del 50% del total.

 

Por ese mismo motivo, para evitar el riesgo que acarrean los “megavencimientos” de Lebac mensuales, el Banco Central lanzó un sistema de swap, o canje, para que los tenedores tengan la posibilidad de “alargar” el plazo de sus Letras, sin esperar al vencimiento y licitación para renovar sus posturas.

 

El objetivo de ello es extender los períodos de las colocaciones y que cada mes los montos a renovar no sean tan significativos para las arcas estatales. De hecho, con este nuevo sistema, ya se ha bajado alrededor de 20% la cifra que se deberá pagar a fin de junio.

 

Es que a la memoria de los analistas viene lo ocurrido hace apenas unas semanas atrás, en la licitación de mayo, cuando la City se puso nerviosa por la enorme cifra que vencía de Lebac y que traccionó aún más al alza al precio del dólar.

 

Al respecto, el analista José Prats concluye: “Con el efecto devaluación consumado, los inversores acusan el recibo de la pérdida en dólares sufrida, y apuestan al corto plazo a que la tasa de la Lebac le recorte terreno al precio del billete estadounidense, si se llega a quedar quieto por un par de meses”.

 

Aunque, por el momento, esto no está sucediendo y la divisa sigue volátil ya que llegó a los $28 y en junio avanza por arriba del 11%.

 

Rendimientos y plazos en danza

 

Ahora bien, con una nueva turbulencia cambiaria en el frente, la City aguarda que, tras el acuerdo con el FMI y la posible calificación de Argentina -por parte de Morgan Stanley- como país “emergente”, exista un mejor clima en el mercado.

 

Bajo este contexto volátil, hoy los períodos más buscados por los inversores en las licitaciones primarias de Letras son los más cortos, a 30 y 60 días, que ofrecen una tasa cercana al 40% anual.

 

Para simplificar, en caso que el plazo comprado sea de 30 días hasta el vencimiento de la Lebac, el rendimiento bruto sería del 3,28% en ese mes.

 

“A eso hay que descontarle las comisiones y los derechos de mercados. La comisión depende de cada broker, pero asumamos un 0,2% mensual”, resume Cappella.

 

De esta manera, indica que el rendimiento pasaría de 40% a 39,72% anual, que “si lo ajustamos por la cantidad de días proporcionales hasta el vencimiento nos da un 3,26% mensual”.

 

Aunque acota que se debe tener en cuenta que en el corto plazo (dos o tres meses) el rendimiento puede incrementarse por el interés compuesto.

 

Es decir, por los intereses que se van acumulando en las renovaciones mensuales de las posiciones, que acrecienta el monto colocado para las posiciones a un nuevo plazo.

 

En otras palabras, se generan intereses sobre los intereses ya obtenidos en el primer mes, que acrecientan la rentabilidad, para una posición de dos o tres meses, a 3,31% mensual.

 

Pero este razonamiento no es tan lineal, ya que se supone en el mismo que la tasa siempre será de 40% anual cada mes, aspecto que no es así si se considera que las expectativas de la City es que los rendimientos irán descendiendo con el correr del año.

 

Por ende, si al momento de renovar las Lebac las tasas bajan, también nuestro rendimiento debería retroceder.

 

Para intentar “correr” contra estas expectativas de descenso de las ganancias, existe una opción:

 

“La otra alternativa es que en vez de comprar una Lebac corta (a un mes) se elija una larga, a un plazo de 6 meses vista. De esta manera, por ejemplo, con un rendimiento de 38% a ese lapso, se está ya asegurando esa tasa hasta el vencimiento”, analiza Cappella.

 

Aunque esta decisión dejaría afuera la posibilidad de obtener un interés compuesto (intereses sobre los intereses) con la misma frecuencia que aquel que licita una Letra corta.

 

Algún punto porcentual más o menos, la ganancia ofrecida es, a las claras, superior a la inflación.

 

Y de esta manera, más allá de la volatilidad en el precio del dólar, y las diversas alternativas de plazos, rendimientos, comisiones y gastos, la compra de Lebac parece seguir atractiva para los inversores locales para cubrirse de la suba de precios.

Fuente: Gentileza iProfesional.-

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