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De parado, no… La CNRT intimó a ETACER y Fluviales

Las dos empresas que a diario cumplen el servicio de transporte de pasajeros entre Paraná y Santa Fe, ETACER–Flechabus y Fluviales–ERSA, ya no podrán viajar con pasajeros parados dentro de sus unidades. Somero análisis.

La decisión fue adoptada por la Delegación Entre Ríos de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) el 10 del actual, y comunicada anteayer a las dos firmas. Tanto ETACER como Fluviales están encuadradas como líneas urbanas interprovinciales de media distancia por autopista.

El artículo 104º del decreto Nº 1395 del año 1998 sanciona “el exceso del número máximo de pasajeros que soporta la capacidad de carga y las características técnicas y de diseño del vehículo”, aunque esa medida no se venía cumpliendo y por eso era una postal común ver en horarios pico a los colectivos con más pasajeros de los permitidos.

Una irregularidad de ese tipo, dice la normativa, puede ser sancionada con una multa de un valor equivalente a los 2.000 y hasta los 10.000 boletos mínimos.

El texto de la resolución, firmada el abogado técnico de la CNRT en Entre Ríos, Miguel Suárez, dice que conforme a “directivas impartidas por la superioridad, a partir de la notificación de la presente, la prestación de los servicios se deberá realizar con la totalidad de los pasajeros sentados”.

Y que de no actuar de ese modo, “el personal de fiscalización de la delegación procederá a paralizar el servicio hasta tanto se cumpla con la normativa vigente, labrándose el acta correspondiente”.

Se calcula que a diario unas 8.000 personas viajan entre Paraná y Santa Fe, en días laborales, de lunes a viernes.

Ese flujo de pasajeros es absorbido por las dos empresas que monopolizan el servicio, Fluviales, del grupo ERSA, y ETACER, del grupo Deruder Hermanos, propietario del holding Flechabus.

Opinión

Fuimos el medio que más reflexiones abordó en los últimos meses acerca de lo incómodo que se viaja entre ambas localidades, por lo cual, entendemos que es una coherente determinación, pues atañe a garantizar la seguridad del pasajero.

No obstante, consideramos que hubiese sido mucho más mesurado el fijar una fecha para regularizar la norma y que la transformación no sea tan radical.

Aprobamos una cuestión: el costo del pasaje es exiguo para las características del viaje y las comodidades que brinda en cuanto a paradas a estudiantes y docentes, como hasta a deportistas pertenecientes a ambas costas.

Por lo expresado, no es descabellado analizar una suba del pasaje que posibilite un equilibrio en cuanto a cómo se venía viajando y cómo se viajará ahora.

Seguramente desde cada empresa se invocará que dentro de la ciudad de Paraná se puede trasladarse el pasajero en micros repletos, de parados, y aun pese a grandes distancias entre el centro y barriadas o desde zona céntrica a San Benito hay varios kilómetros que se recorren con unidades llenas y nadie se queja. Lo mismo sucede entre Santa Fe y San José del Rincón.

Lo que es más, desde ETACER y Fluviales se invocará, sagazmente, que el estado de las calles en la capital entrerriana puede causar gravísimos daños a pasajeros que viajando no sentados sufren bamboleos y hasta golpes, sin embargo no hay tanta rigidez como la evidenciada por la CNRT.

Quizás, para paliar la dificultad, se podría arribar a un convenio en cuanto a otorgar mayor elasticidad a la norma. Por ejemplo, disponer de micros de características Diferenciales, con ésta TENTATIVA variabilidad de costos:

Premium: con una frecuencia más acotada y estudiando cantidad de pasajeros estrictamente sentados, siendo el recorrido de Terminal a Terminal ($ 10.00).

Clase A: que respetaría horarios actuales, con una cantidad MÍNIMA de “Stops” y de pasajeros parados, lo cual al menos no causaría tantas molestias a quienes a veces ven pasar los minutos en distintas detenciones y deben soportar ir sentados con un trasero ajeno en la cara, ni implicaría tanta inseguridad de todo tipo (pasaría a $ 7.00 y $ 8.00).

Clase B: similar al actual en cuanto a rutinas, pero con una cantidad de pax parados que no implique viajar como ganado y de modo totalmente inseguro (no variando el ticket de $ 4.80 para Estudiantes y el de $ 5.70 para el Común).

Hoy, para tantos bolsillos flacos el costo del pasaje es, digamos, NO CARO, pero el modificar la cantidad de pasajeros por unidad provocará dificultades en torno a horarios de clase, trabajos o entrenamientos, rutina que ya estaba organizada para cada estamento del grupo heterogéneo de pasajeros.

Por consecuencia, si no se incorporan refuerzos de coches, habrá contratiempos, en especial en algunos horarios claves.

 

Con nuestro “proyecto”, se podría repartir un poco más las urgencias de quienes desean viajar confortablemente y no están urgidos por el tiempo, como a su vez no discuten una suba de la tarifa, y repartir otro costo intermedio, manteniendo el restante para quienes nunca se quejaron de viajar “de dorapa” como están (mal) acostumbrados, priorizando agarrar el “bondi” y que sea “por dos mangos con cincuenta”.

De hecho que, vale la pena acotar algo… Han sido muchos los mensajes llegados a nuestra Redacción en torno a cómo se viaja a veces con toda clase de vendedores ambulantes al cabo de una febril jornada de laburo, o los mismos estudiantes que llegaron a destino en las primeras horas de la mañana y retornan a últimas horas de la noche con toda la carga de sudor y otras “yerbas”, sufriéndose una “atmósfera” irrespirable.

O son muchísimas las protestas por las esperas que hay en algunas paradas del trayecto Santa Fe-Paraná como por ejemplo Boulevard y Rivadavia, Boulevard (frente a ex Estación de Trenes), Autovía y El Pozo, en especial de ésta última, muchas veces aguardando los choferes que bajen alumnos o docentes desde el puente carretero.

O sin ir más lejos, cómo se viaja a la madrugada los fines de semana, con muchachos y hasta jovencitas, en algunos casos dando muestras de estar poco sobrios y preocupantemente agresivos.

Podrán los chicos enojarse por el cambio repentino, como desde las empresas se presentarán apelaciones varias, pero es innegable que desde hace muchos años la gente viaja feo entre las dos costas con hasta más de 80 pasajeros, tipo “lata de sardinas”.

Llegó la hora que ambas empresas se replanteen otorgar un mejor servicio y para no criticar sin exponer ideas, les tiramos el precitado pensamiento que pueden abordar con la CNRT y funcionarios gubernamentales de ambas provincias en pos de corregir el cumplimiento de las reglas aunque con matices tendientes a que nadie salga damnificado.

Coincidimos en que un cambio drástico, sin anuncio previo, sin estudio acerca de cómo instrumentarlo, ocasiona dificultades traumáticas. Por lo tanto, es perjudicial. Aunque, de igual manera, admitiremos que era hora de una reformulación.

¿Por qué no pensar en cómo instrumentar una salida conveniente a todos y que se avenga PAULATINAMENTE a reglas justas, equitativas? Esta proposición aludida sería experimental, de aquí a 6 meses, para que luego, ya se interprete que hay una norma NACIONAL y la misma debe ser respetada.

El haber concretado éste “ajuste” de un día para el otro fue una decisión poco criteriosa. Necesaria, sin dudas para poner un poco de orden, pero extremadamente abrupta, precipitada, y hasta poco feliz.

Los estudiantes, los docentes, los laburantes de ganancias exiguas, tienen todo el derecho a rechazar decisiones que afecten sus bolsillos como sus prácticas o usanzas. Eso sí… Llegó la hora que en Fluviales y ETACER traten mejor al otro segmento de pasajeros, sobre todo a personas mayores, con dificultades y/o familias que cruzan de orilla para asistir a centros médicos o sencillamente a disfrutar de una jornada recreativa.

Ah… Y a no olvidarse… Tarde o temprano, las reglas estaban para cumplirse.