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Condenable violencia de ruralistas

ANTICIPO.- Los actos de violencia acaecidos este miércoles durante la protesta del sector rural por el Impuesto Inmobiliario Rural solo pueden ser condenados sin atenuantes y revisten una gravedad que la Justicia debería escarmentar con penas paradigmáticas.

 

Fue aterrador el nivel de agresividad expuesto por individuos que marcharon y demandaron éste martes por el Impuesto Inmobiliario Rural ante la Casa Gris. A los insultos proferidos, a las amenazas, al volcado de granos en la explanada, le agregaron vencer -primeramente- la resistencia de la custodia de prevención prexistente de modo usual, después atacar como forajidos inclemente a un policía en el suelo y posteriormente arremetieron contra bienes muebles de la Casa de Gobierno.

 

Lo más execrable es que, los policías heridos de seriedad, quienes fueron internados, uno de ellos con respirador artificial y en estado reservado, no tenían respaldo del Grupo de Infantería adiestrada para éstos asaltos, estando allí solo para garantizar la Seguridad normal de funcionarios y transeúntes.

 

Ahora bien… Se puede repudiar el brote de cólera, la violencia desplegada, pero también debe analizarse que el manifiesto tuvo una coordinación, tuvo guías, oradores, emplazadores, conductores que convocaron, aglutinaron y arengaron. Cada uno de ellos es responsable de semejante atropello contra los agentes y contra el mobiliario de la Casa Gris. Por ende, cuando hemos reprobado tan belicoso accionar, transferimos de modo irreversible la principal responsabilidad a los organizadores de la marcha a quienes NO SE VIO poniendo freno a tanta irracionalidad o más abominable aún, se vio a un par exaltando más la furiosa “reivindicación” de derechos.

 

Bastaba con intentar dialogar, procurar el consenso, y de no lograr “puertas abiertas” demostrar una conducta cívica, estar a la altura de un debate esclarecedor, primando la cordura, la coherencia, respetando preceptos sociales ajustados a Derecho. No solo que faltó esa voluntad por parte del campo en lo inherente a aunar criterios y al disentir con categoría, enriqueciendo la pugna con ideas, con análisis incuestionables, con argumentos axiomáticos, con fundamentos irrebatibles.

 

No fue así… Las acciones resumen de modo recalcitrante la conducta de los individuos involucrados en una marcha que nada tuvo de democrática. AMPLIAREMOS.-