Concordia clamó por la paz en Federación
|La ciudad de Federación recibió este domingo 8 de septiembre a cientos de fieles para celebrar juntos la fiesta patronal diocesana de la Inmaculada Concepción de la Concordia. La comunidad renovó su fidelidad a la patrona y protectora y unió su plegaria por la paz y unidad entre los pueblos.
Junto al pedido por la paz en Siria y el Medio Oriente, el obispo diocesano, monseñor Luis Armando Collazuol, pidió que en la Argentina “destrozada por divisiones y conflictos” crezca y se fomente la paz.
La misa central de la jornada se celebró a las 10, y fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Luis Armando Collazuol. La nota de color estuvo dada por el grupo de jóvenes que participó de la Jornada Mundial de la Juventud, que irrumpió en el anfiteatro bailando la misma coreografía que millones de personas realizaron antes de la misa de envío de la Jornada Mundial de la Juventud, junto al papa Francisco.
La homilía que el pastor de la diócesis brindó a la asamblea centró su atención en la necesidad urgente de construir la civilización de la paz. “Vivimos tiempos violentos. La guerra destruye vidas, familias, proyectos, convivencia, justicia, bienes materiales. Y sin embargo hay naciones que persisten en la guerra, dentro y fuera de sus fronteras. Hoy miramos con dolor hacia Siria, su destrucción interna y las amenazas externas. Pero miramos también a muchos otros focos de tensión y violencia en Medio Oriente y en otras partes del mundo”, sostuvo el prelado.
Monseñor Collazuol prosiguió su alocución insistiendo en que, sin llegar al horror de la guerra, “hay también naciones que se debilitan por la crispación social, la inseguridad y la injusticia”, y aseguró que la Argentina no está exenta. “Queremos que en esta sociedad nuestra, destrozada por divisiones y conflictos, estalle la paz. ¡Nunca más la guerra, nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso que tiene que ser promovido y protegido”, manifestó, citando al Santo Padre.
El obispo concluyó su mensaje instando a que “ni la soberbia del poder, ni el destello de las riquezas, ni el estruendo de las armas” conducen a la salvación y a la vida digna. Concluida la misa, se realizó la tradicional procesión hasta el templo parroquial para depositar allí la imagen histórica de María Inmaculada de la Concordia, patrona de la diócesis. A la siesta, muchos fieles volvieron a congregarse en la costanera para compartir un fogón, animado por el presbítero Daniel Petelín y artistas locales.