Baños para discapacitados: la deuda de bares y restaurantes

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Menos del 10 % de los locales gastronómicos de Paraná ofrecen baños adecuados y con fácil acceso para personas con capacidades diferentes, adultos con dificultades de traslación o hasta embarazadas.  En la mayoría, escaleras y pasillos angostos dificultan el paso de una silla de ruedas aunque tampoco poseen sanitarios adaptados.

 

Para discapacitados o para ancianos ir al baño de restaurantes o bares en Paraná es una odisea. En pos de evitar herir susceptibilidades, reflejaremos solo el porcentual de los locales adaptados especialmente para personas con discapacidades motrices.

 

En algunos casos el acceso es complicado porque los baños están a otro nivel que los salones. Escalones, escaleras con barandas inadecuadas, entre otras dificultades, se presentan como obstáculos, pero de igual modo surge como problema el no contar sanitarios apropiados y/o ajustados a las necesidades de las personas con inconvenientes o complicaciones mecánicas.

 

Ascensores, o escaleras con sillas elevadoras, rampas-accesos, medidas de pasillos, puertas y adaptaciones específicas de inodoros son puntos neurálgicos a acometer en cuanto a obras imprescindibles de remodelación, aunque habría que investigar (prometemos hacerlo) en cuanto a qué grado de actualización ha tenido el Código de la Edificación vigente en la Ciudad.

 

Si hablamos hora tras hora de accesibilidad, no a la discriminación, y un sí rotundo a la integración debería exigirse el rediseño de la mayoría de los locales, en especial de los céntricos, y otorgar un período de ajuste de reacomodación en materia de supresión de barreras arquitectónicas.

 

La inexistencia de servicios sanitarios accesibles oculta claramente el derecho a la integración social de las personas con discapacidad y el derecho a equiparar sus oportunidades a los efectos de corregir la situación de discriminación a que históricamente se condenó a los discapacitados.