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Ataque a Clarín: ordenan la captura nacional e internacional de dos prófugos

La Justicia ordenó este lunes la captura nacional e internacional de dos prófugos que fueron parte del ataque al edificio del diario Clarín, en Barracas.

El juez federal Luis Rodríguez dispuso tanto la captura como la prohibición de salida del país de los prófugos Emir Dorval Acosta, de 39 años, y de Mario Ciro Fumaroni, de 45. Mientras el primero no tiene trabajo fijo y vive en Lomas de Mirador, el segundo es luthier y reside en La Boca.

La participación de ambos en el atentado con bombas incendiarias contra el edificio del diario se constató a través de las fotografías obtenidas de las más de 400 cámaras de seguridad aportadas por la Policía de la Ciudad.

Se cree que Dorval Acosta y Fumaroni continúan en el país, por lo que el pedido de captura también es “nacional”.

La semana pasada la policía detuvo a un segundo sospechoso por el ataque con bombas molotov ocurrido el 22 de noviembre. Se trata de una persona identificada por imágenes de las cámaras de la Ciudad que abordó un colectivo con la tarjeta SUBE, a partir de la cual pudo ser identificado.

Sus huellas digitales coincidirían con una huella levantada de una botellas con las que se construyeron las bombas caseras. Además, los detectives de la División de Investigaciones Antiterroristas identificaron a otras dos personas relacionadas con el detenido, pero cuando allanaron su casa no los hallaron.

Hasta ese momento había una sola persona presa, Martín Michel Gallarreta Albin, pero la Justicia lo liberó y dispuso que no hay mérito para procesarlo, pues habría concluido que no estaba en la escena, dijeron a LA NACION fuentes judiciales. Había sido detenido porque su fisonomía tenia un 80% de coincidencia con las imágenes de la cámaras de seguridad que filmaron a los atacantes y porque cuando fue allanado se encontró en su poder material relacionado con el anarquismo, que se cree es parte de las ideas que mueven al grupo que arrojó bombas contra el diario Clarín.

El lunes 22 de noviembre, por la noche, nueve personas atacaron con bombas molotov el edificio de Clarín, sin producir daños materiales y afortunadamente, tampoco heridos. Los primeros indicios apuntaban a un grupo de anarquistas, hombres y mujeres, de la zona de Constitución, donde se encuentra el diario.

Según se pudo verificar en cámaras de seguridad de la Ciudad, el grupo antes del atentado hizo una parada en Parque Lezama, donde se puso ropas oscuras.

De las ocho bombas arrojadas en una de las puertas de Clarín, sobre la calle Piedras al 1700, seis estallaron, una no explotó (la botella se rompió sin incendiarse) y la última quedó apoyada sobre la vereda, intacta. Esta botella es la que permitió una huella digital.

El caso, caratulado como intimidación pública, es investigado por la justicia federal a cargo de Rodríguez, con la intervención del fiscal Gerardo Pollicita.

Los detectives del Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista (DUIA) de la Policía Federal Argentina tomaron la posta en el caso, luego de la actuación inicial de la Policía de la Ciudad, que estuvo haciendo las primeras medidas de prueba.

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