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Asteras Trípolis, Legión argentina en Grecia

El Asteras Trípolis de Grecia tiene nueve jugadores y técnico argentino. ¿Cómo es la vida en un país tan lejano pero con tantos coterráneos? Bastía cuenta las anécdotas del equipo más argentino del exterior donde juega el entrerriano Bruno Urribarri.

“Acá, gracias a Dios, se consiguen la yerba y el dulce de leche. Pero hay que irse hasta Atenas. Si no, cuando viene algún pariente, se trae algún que otro paquete”. La voz de mando de Adrián Bastía desnuda, desde un fútbol de lo más remoto de Europa, las vivencias de nueve jugadores, y un técnico, argentinos que se encuentran en un mismo sitio.

Por Grecia hay un tropa de los de la pava y el mate, de los que degustan del asado, pero que tienen de profesión a la pelotita. Y todos bajo un mismo techo azul y amarillo. Ni siquiera el Inter, que supo tener varios jugadores de la estirpe nacional, se asemeja al récord del Asteras Trípolis: ¡Nueve de sus players son argentos!

El andamiaje del plantel y la conducción están a cargo de Mario Gómez, ex DT de Gimnasia de Jujuy. “Es muy buena gente, esperemos que con él nos vaya bien”, cuenta el Polaco a Olé. Y ahí nomás, se suelta en la charla con anécdotas y mañas incluidas: “Donde hay argentinos siempre va a haber buena onda y música de por medio. Creo que somos los que más jugadores de nuestro país tenemos en un equipo europeo. Todavía no hemos podido jugar todos juntos por tema de lesiones. Además, como el técnico es argentino influye. Eso es bueno. Tenemos más posibilidades”, comenta, entre risas, quien fue uno de los primeros en arribar a la institución griega.

Por el Asteras ya habían pasado Lucio Filomeno, Mauro Milano, Matías Pavoni y Sebastián Ereros. El último en llegar fue Leonel Ríos. Al Toti lo tentaba estar en Europa pero a la vez sentirse como en su casa. Y, no de casualidad, se encontró con otras ocho caras de su misma bandera. Hace sólo una temporada atrás habían sido presentados Sebastián Carrera, de Arsenal de Sarandí, Lucas Wilches, que andaba por Talleres de Córdoba luego de un paso sin penas ni glorias por Estudiantes, Matías Degrá, un arquero poco conocido en el país (estuvo en Club 9 de Julio disputando el Torneo Argentino A y en Talleres, donde no tuvo rodaje), pero que ya se había asentado en Grecia (Kalamaria y Veria), y Sebastián Bartolini, un defensor ex CAI y la T. No eran los únicos, hace ya más tiempo, estaban asentados el mismo Bastía, Israel Damonte, Bruno Urribarri y Horacio Cardozo.

“Somos muchos. Eso es positivo. Estando lejos, con chicos de Argentina las cosas son muchos más fáciles. Vivimos casi todos en el mismo lugar -Urribarri, Degrá, Bartolini y Cardozo comparten edificio con él-. Así que nos vemos seguido. Estamos permanentemente en contacto”, cuenta Bastía, dueño del medio campo e indiscutido titular, que ya tiene dos goles con esta camiseta. Y, ante cualquier tipo de duda, tranquiliza: “Todos somos precavidos. Cada uno tiene su yerba, sus cosas. Se consigue todo acá. Hasta comemos asado. Nos hicimos amigos de un carnicero y hacemos que nos haga los cortes cómo en Argentina. Costilla, vacío, matambre… No es lo mismo de allá, pero se come bastante bien”.

¿Cómo se hace para que estos muchachos puedan jugar juntos siendo todos de un mismo país? Adquieren doble nacionalidad. Igual, que no se piense mal. Podrán estar en Grecia y con la bandera de otro país en el documento, pero a los de Gómez no se les va esa competitividad que es tradición en nuestro país. Su equipo nunca salió campeón –es el tercer año que el Asteras está en Primera-. Ese desafío, al Polaco, le hierve la sangre: “Nosotros tratamos de contagiar cómo se vive allá. El fuego sagrado que tiene el argentino adentro. La ganas; jugar un picado y querer ganar; jugar un loco y ganar”. Ojo, ya se pusieron las pilas con el tema: están sextos. “Gracias a Dios se arrancó un gran campeonato. Estamos cerca. Perdimos los últimos partidos, pero estamos ahí arriba peleando”, asegura el ex volante central de Racing.

En Grecia el fútbol se vive de otra manera. El ambiente, la gente, el vestuario, son algo diferentes a los del fútbol criollo. Para el blondo, no es lo mismo: “Los griegos son medios seriotes. No cazan los chistes”. Igual, con tantos compatriotas dando vueltas, es imposible no estar prendido al partido que se viene el domingo: “Es medio tarde acá. El superclásico lo vemos por computadora, porque por tele no lo pasan. Seguro lo vemos cada uno por su lado y el día después hacemos los comentarios. Por suerte no hay muchos de River y de Boca”. Y ya después, a pensar en la fecha que viene (ante el Atromitos FC): “Somos mirados de otra manera porque venimos de afuera. Estamos obligados a rendir el doble. Ojalá en el club haya siempre jugadores argentinos. Hay que hacer un buen papel para que sigan viniendo compañeros”. Hasta ahora, a la tropa argenta de Trípolis, tan mal no le fue.
Fuente: Olé.-