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Apertura de AFA: Banfield sin miedo al Cementerio

Banfield apeló a un planteo mezquino pero le bastó para superar por 1-0 a Colón en el Cementerio de los Elefantes santafesino, abriendo la 2ª jornada del Torneo Apertura 2010. En un encuentro de bajo nivel y con pocas llegadas a los arcos, el Taladro no dejó escapar su única oportunidad y cosechó su segunda victoria en igual cantidad de presentaciones.

El objetivo que se trazó Mohamed en el arranque de la nueva temporada es darle un estilo más lírico a su Colón y para dicha empresa sumó a los habilidosos Damián Díaz, Federico Higuaín y Cristian Ledesma. Después del opaco debut ante Quilmes, el Sabalero intentó poner en funcionamiento su nuevo circuito futbolístico y asumió la iniciativa del encuentro. Fiel a su juego contragolpeador, Banfield aceptó la propuesta y se esperanzó con aprovechar los espacios libres.

El esfuerzo de Colón durante gran parte del periodo inicial mereció como recompensa una mínima ventaja en el colon-banfieldmarcador. Díaz e Higuaín asumieron la conducción e intentaron tejer lazos con el goleador Esteban Fuertes, mientras que el lateral Juan Quiroga lastimó con sus trepadas por izquierda. Pero hubo que esperar hasta los 18 minutos para contemplar la primera situación de riesgo. Luego de un coqueto juego de pases cortos, Germán Rivarola se escapó de la marca y sacó un zurdazo cruzado que exigió al arquero Enrique Bologna.

Los gritos de Falcioni estaban dirigidos a Walter Erviti, quien estuvo inactivo durante todo el primer tiempo. Claro está, su equipo no lo ayudó al saltear el mediocampo con pelotazos para los puntas Rubén Ramírez y Emilio Zelaya. Sin brillar pero con más ambición, el dueño de casa volvió a relamerse a los 32. Marcelo Quinteros dio un pase hacia atrás que robó Díaz, quien comandó el contragolpe y le dio la pelota a Higuaín por la izquierda. Era el primero, pero el ex Independiente definió el mano a mano con un remate muy suave y se ahogó en su propio lamento.

La temática planteada no sufrió modificaciones en el complemento. Pero el partido cayó en un profundo pozo porque los equipos fueron incapaces de corregir sus respectivos errores. Colón mantuvo su énfasis por monopolizar la pelota y asociar a sus jugadores por medio del toque corto, pero pecó por su imprecisión y falta de coordinación. En tanto, Banfield no pudo achicar el abismo entre los volantes y la dupla de delanteros. Como consecuencia, la helada noche santafesina se quedó huérfana de emociones.

En la danza de los cambios, cada entrenador dejó en claro cuál era su objetivo. Mohamed sacó al boliviano Ronald Raldes para sumar al extremo Juan Manuel Lucero, en tanto que Falcioni mantuvo el 4-4-2 férreo y sustituyó a Zelaya por Cristian Díaz. Más allá de sus ganas, a Colón nunca se le aclaró el panorama y confundió los caminos. La única vía potable para lastimar al Taladro fue la proyección de Quiroga, quien pocas veces logró enviar buenos centros. Hasta que a los 33 llegó la sorpresa en Santa Fe: Erviti tiró un córner desde la izquierda, Víctor López la peinó en el primer palo y el ingresado García conectó la pelota para vencer a Diego Pozo. Fue el segundo gol en el torneo para el juvenil, que el domingo había marcado el tanto del triunfo ante Olimpo.

A pesar de sus importantes bajas, el Taladro no perdió esa combinación de sabiduría y oportunismo que le permitió coronarse hace casi un año. Y mediante una inyección letal de efectividad se burló de este Colón que amaga demasiado y concreta casi nada. En el final, el árbitro Jorge Baliño les perdonó la vida a Ariel Garcé y Salustiano Candia, quienes debieron irse expulsados. Banfield guardó tres puntos de oro en la valija y emprendió el viaje de regreso con el placer de estar en la cima. En cambio, en Colón se avecinan una invasión de preguntas y una sequía de respuestas.