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“Amigo, flasheamos, matamos a uno”: qué revelaron los chats escalofriantes de los rugbiers presentados en el juicio

En el marco de la séptima audiencia por el crimen de Fernando Báez Sosa se llevó a cabo la revelación de los chats entre los ocho acusados antes, durante y después del asesinato.

El conocimiento de todos estos archivos estuvo a cargo de la declaración de Pablo Laborde, secretario del Ministerio Público Fiscal, quién fue es responsable de hacer la reconstrucción del crimen de Fernando. El 18 de enero de 2020, cuando se realizó la detención de los diez jóvenes, se incautaron los celulares: “La información la tuvimos que cargar en la computadora porque demoraría mucho en abrir cada teléfono”.

Celular Matías Benicelli

La declaración, que comenzó el lunes por la tarde y continuó en la mañana de este martes, se inició con el celular Iphone identificado como el de Matías Benicelli: “Pudimos corroborarlo porque estaba asociado a la cuenta de Gmail con su nombre y apellido. En dos días hizo 5.735 movimientos”, indicó Laborde.

El abogado Fernando Burlando lo interrumpió y le preguntó que significaba la palabra “movimientos”, a lo que el secretario del MPF respondió: “Mensajes, fotos, ubicaciones, todo lo que se puede hacer con un teléfono y que quedó registrado en orden cronológico. Yo aislé los movimientos que generó el usuario”.

Luego continuó con su relato y señaló que el joven Benicelli compartía un grupo de WhatsApp con todos los jóvenes que se llamaba “Delboca3”. Tras el anuncio de dicho grupo, Laborde continuó con los mensajes que fueron enviados antes y después del ataque y crimen.

“Estamos en la barra”, escribió Enzo Comelli a las 3:33. Quince minutos después, 3:48, Máximo Thomsen mandó el mensaje: “Vengan estamos re instalados”.

Lo próximo que se registró en el grupo de WhatsApp es un mensaje de Lucas Pertossi: “Estoy yendo a la casa, vengan”. Luego 4.55 envió el escalofriante audio: “Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la Policía, llamaron a la ambulancia… Caducó”.

El mensaje que le sigue es uno que envió su primo, Ciro Pertossi, a la 6:06 que iniciaba lo que sería el famoso “pacto de silencio”: “Chicos no se cuenta nada de esto a nadie”.

Celular de Juan Pedro Guarino

A continuación, Laborde continuó con el celular de Juan Pedro Guarino, el joven detenido y que quedó sobreseído de la causa. En esta ocasión, se mostró solo una conversación que tuvo con su novia horas después de que se haya cometido el crimen.

A las 6:21, le envió una foto desde el McDonald’s junto al texto: “Esta noche fue rara, no me siento bien. Lo único que necesito es tenerte a vos en la vida, no dejes de hacerme el pibe más feliz del mundo”.

Aun así, al respuesta de su novia llegó al mediodía de aquel 18 de enero de 2020 cuando, preocupada, le respondió junto con un titular del diario La Nación que hacía referencia al crimen en Le Brique: “No fueron ustedes, ¿no? Estoy preocupada”.

Celular de Ciro Pertossi

En este teléfono no se observó conversación del joven con sus amigos hasta pasadas las 6 de la mañana. Aun así se registró un chat con una mujer que tuvo durante las 5: “Nos sacaron, nos agarró la Policía y nos soltaron”, escribió Pertossi.

Minutos después la mujer le respondió: “What, ¿¿qué??” a lo que Ciro le contestó “Cuando volvamos les contamos”. “No hagan cagadas”, replicó la joven.

La siguiente charla ocurrió minutos después con una tal “Ana”. “Ciro, contestáme. Ya sé que estabas durmiendo perdón. Machu y Enzo mataron un pibe”, expresó la joven haciendo referencia a la figura de Máximo Thomsen y Enzo Comelli.

“Estamos bien todos. No pasó nada, no te preocupes”, le manifestó Pertossi. Lo llamativo es que durante la madrugada, antes de ser detenido, el joven buscó siete veces en el Google de su celular “Villa Gesell Pelea”.

Celular de Lucas Pertossi

En este caso se observó en la sala del TOC 1 el video que grabó el joven en la salida del boliche Le Brique a las a las 4:38 am. El mismo fue enviado a las 4:41 al grupo “Los Locos”. Se notificó que Lucas Pertossi recibió dos audios como respuesta, pero no se entiende que es lo que dicen ya que el sonido de ambiente del local bailable no permite identificarlos.

A las 7:53 am Blas Cinalli le envió una foto con otros dos chicos, no identificados, a lo que Pertossi le respondió: “Yo lo único que quiero es tomar un vino y fumar flores”.

Celular Blas Cinalli

En el teléfono de Blas Cinalli también se visualizó el grupo de WhatsApp “El club del Azote” integrado por 13 personas que viven en Zárate. A las 5:08 el joven escribió: “Nos peleamos, ganamos contra unos chetos, los rompimos. Nos vamos al centro a premiar” junto con una foto de Thomsen y Ciro Pertossi.

5.15 el joven le envió a otra persona el texto que confirmó el ataque: “Amigo, flasheamos, matamos a uno”. “Nos cagamos a piñas en el boliche. Nos sacaron a todos. Esperamos a que se vaya la Policía y ahí los recagamos a piñas”, continuó.

A dicho mensaje, un integrante del grupo, tampoco identificado, le contestó: “Representá a Zárate, guacho”. Minutos después, Cinalli hizo referencia a un dato que reveló uno de los testigos: “Había un rubio que estaba agarrado a mi tobillo”.

A las 6:47 alguien le preguntó: “¿Qué onda Blas, se dieron masa?” a lo que el joven contestó: ”Dos convulsionaron, a uno lo mandamos al hospital, sin signos vitales”.

Tiempo después Cinalli volvió a mandar un mensaje al grupo señalando: “Le dimos murra a uno con el Perto, lo recargamos a palos, pero mal. Vinimos corriendo a casa”.

“Estás mamado, amigo?”, le pregunta alguien. “Sí, amigo, desde la tarde”, contestó.

Chats de conocidos de Zárate

Luego de enterarse de lo sucedido, jóvenes que conocer al grupo hablaron por WhatsApp sobre el ataque y crimen: “¿Se olvidan de la patada que le dio en cabeza a Maxi? Nadie les dice nada porque con las pibas son buena onda, pero son unos animalitos”.

“Me dijeron que fueron Enzo, Machu (Thomsen) y algún Pertossi”, señaló la misma persona, momento en el que otro sumó: “Que se recontra cag…, estoy re contra re podrido de que se hagan famosos porque siempre cagan a piñas a alguien”.

“No creo que Juampi (Guarino) le haya pegado. No sé que habrá hecho el pibe, pero tampoco para que una manga de monitos orangutanes le peguen así”, terminó.

La evidencia fue expuesta ante los jueces por el instructor fiscal de la Fiscalía General de Dolores Javier Pablo Laborde, quien a pedido de la fiscal de Instrucción 6 de Villa Gesell, Verónica Zamboni, se encargó de analizar el contenido de nueve teléfonos celulares desde los cuales los rugbiers mandaron mensajes y audios al grupo de whatsapp llamado “Del Boca3” y, algunos de ellos, tomaron imágenes del ataque y de los momentos posteriores.

Laborde, quien se convirtió en el testigo que hasta ahora más horas compareció ante el tribunal -ya que su testimonio comenzó el lunes y continuaba este martes-, leyó numerosos mensajes que en simultáneo fueron exhibidos en una pantalla colocada en la sala de audiencias, a la que miraban con atención tanto los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez, y los ocho rugbiers acusados.

“Le pegaron a uno”; “estoy yendo a la casa, vengan”, “estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia… caducó”, “chicos no se cuenta nada de esto, a nadie”, fueron algunos de los mensajes que reprodujo Laborde frente a los jueces, además de fotografías de algunos de los imputados comiendo en un McDonald’s tras el crimen.

El instructor también exhibió mensajes de los acusados cuando la policía fue a buscarlos a la casa que alquilaban en Villa Gesell a las pocas horas del asesinato: “Policía afuera”, “sí, mal”; “está la poli”, “salgamos”, fueron algunos de ellos.

Entre los teléfonos analizados en la investigación figura el iPhone 3 negro de Máximo Thomsen (23), quien se negó a entregar la clave de acceso; otros cinco teléfonos de la misma marca que pertenecían a Lucas (23) y Luciano Pertossi (21), Matías Benicelli (23), Alejo Milanesi (22) y Juan Pedro Guarino (21), cuyo equipo “7 Plus”, de color negro, tenía la pantalla astillada y una funda de los All Blacks.

Los peritajes incluyeron también al Motorola G4 Plus de Enzo Comelli (22), quien fue señalado por testigos como uno de los que golpeó a Fernando; un Huawei perteneciente a Blas Cinalli (21), y el Huawei BLL23 gris con funda negra y pantalla astillada de Ciro Pertossi (22).

El único del grupo cuyo celular no fue localizado ni en el domicilio ni en los dos autos estacionados en la finca allanada fue el de Ayrton Viollaz (23), aunque tampoco forma parte del grupo “Del Boca3”, en el que sí estaba el resto de los imputados, y también Juan Pedro Guarino (21) y Alejo Milanesi (22), los dos sobreseídos en la causa.

Los números corresponden a usuarios identificados como “Chano (Luciano), “Blas Croto” (Cinalli), “Mati Benicelli” (Benicellii), “Juampi” Guarino, “Alejo Milanesi”, “Ciro Perto”, “Machu (Thomsen)”, “Enzo Comelli”, “Lucas Perto” y un joven apodado “Salvi”, quien no fue identificado en la investigación.

El análisis que inició Laborde al continuar con la declaración que había comenzado el lunes por la tarde, surge a partir de los datos obtenidos tras la extracción realizada por la Policía Federal en Mar del Plata.

Debido a la cantidad de material extraído de los artefactos, el defensor Hugo Tomei pidió que el análisis realizado se focalice en “conversaciones que sean útiles y directas” respecto del hecho analizado, y en ese sentido, la presidenta del tribunal, María Claudia Castro, pidió a la acusación que se centrara el contenido de los celulares “que sea conducente y relacionada con el objeto” del juicio.

En tanto, a instancias de una pregunta del abogado de la querella, Fernando Burlando, Laborde explicó que a partir de las 6.21 de ese 18 de enero de 2020 Ciro Pertossi googleó con su teléfono al menos siete veces en búsqueda de información sobre el hecho, con frases como “Pelea Villa Gesell” y “pelea Gesell”.

Siguen los testimonios

Se espera ahora que declaren la criminalista María Eugenia Cariac, convocada para brindar precisiones sobre la similitud entre la zapatilla Cyclone negra con suela blanca utilizada por el acusado Thomsen, y la huella en el rostro que presentaba la víctima.

A su vez, declararán María Luján Elvira Molina, quien intervino en las pericias para establecer las medidas de los pies de los imputados, y Haydeé Almirón, quien fue citada para referirse a la pericia scopométrica que comparó el dibujo de las suelas de los calzados secuestrados a los imputados con la huella hallada en el rostro de la víctima.

Según los voceros, la séptima jornada culminará con las declaraciones de Sandra Ana Moreno Rodríguez, testigo de una incautación realizada en la comisaría de Villa Gesell, y David Larrosa, quien presenció la toma de la impresión plantar de los acusados.

 

 

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