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¿Almará se pasó de la raya?: muchas críticas, ninguna denuncia

Días atrás, Paraná se convulsionó con una entrevista radial protagonizada por el comunicador y diputado provincial Rubén Almará quien entrevistó a una adolescente. Escuchamos el reportaje y no nos extrañó ni su contenido, ni su tono, ni su estilo.

 

Nada de lo que manifieste el hoy miembro de la Cámara Baja en su espacio periodístico, seguido por miles y miles de oyentes a lo largo y ancho de la zona de influencia de su Emisora, puede sorprendernos.

 

Su marca es incontrastable. Hace no solo de La Saranda, sino de toda la radio La Voz uno de los medios con más frescas noticias sin esquivarle a la polémica. En sí, el polemizar es la rúbrica más subrayada de su perfil.

 

Tampoco nos atribuló lo que dijo en tan resonante reportaje la piba, pues así hablan, así responden, así actúan muchos adolescentes argentinos.

 

Lo que debería consternar es el silencio de los pares legislativos de Almará; el mutismo del INADI, del COPNAF, y hasta de la propia Justicia que podría actuar a través de su estamento de Protección al Menor en el caso de considerar que hipotéticamente se pasó de la raya, que hubo un presunto acto reñido con la moral.

 

Por ello, ¿por qué dedicar un análisis, una Columna Editorial reflexionando sobre el comportamiento de Almará si quienes deben EVALUAR su actitud no lo hacen?

¿Por qué cargar contra Almará si ni siquiera los padres de la adolescente accionaron en el mismo momento que ella hablaba y tampoco -aparentemente- lo hicieron hasta el día de hoy?

 

Nos parece que se hizo un enorme “escandalete” de algo que ocurre, sucede a menudo por el sello de un Rubén Almará que hasta una vasta parte del propio Pueblo ungió con su voto para investirlo de legislador.

 

¿O nos van a negar que Radio La Voz es más escuchada que decenas y decenas de radio locales, inclusive de la poderosa LT 14???

 

Seguramente, a grandes empresarios, a eruditos profesionales de distintas ramas, a algunos sectores de buen vivir y/o de alto nivel socioeconómico-cultural de la sociedad no les interesa poner el dial en el 90.1 de FM y mucho menos escucharla por Internet, pero lo REAL, INCONTRASTABLE, es que a Almará lo siguen MUCHOS fieles oyentes.

 

Inclusive, es el dial preferido de la clase política, sin ir más lejos no se olviden que algunos funcionarios IMPIDEN a sus empleados poner la radio en ese dial o IMPOSIBILITAN que se conecten por internet.

 

Sucede que, más allá de procurar negarlo, no se conciba, no quieran admitirlo… el comunicador-diputado FORMA OPINIÓN.

 

Por ello, la coyuntura es más compleja de lo que MUY POCOS han hablado poniendo nombre y apellido en su espacio respectivo.

 

Tan confusa, enmarañada, espinosa es la situación que genera una pregunta irreversible: ¿cuánto modificará una consideración subjetiva de un periodista si desde la Honorable Legislatura NO HAY ABORDAJE de lo sucedido, si desde el INADI NO HAY PROCLAMA acerca de lo que se ha escuchado hasta en medios nacionales, si desde el Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia ni siquiera se emitió la más mínima comunicación, si desde el ámbito Judicial pertinente NO HAY MANIFIESTO alguno en una cuestión que, reiteramos, es COMÚN a diario en tan escuchado programa?

 

Pero… volvemos a un punto… ¿Y los padres de la Menor? ¿Han manifestado algo? Por ello, lo que se rotula de escándalo termina partido en un rompecabezas donde la IRRESPONSABILIDAD salpica a demasiadas partes.

 

Se habla de “acoso”, de “hostigamiento”, de “humillación”, de “discursos agresivos”, de “términos violentos”, de “alusiones sexistas”, y tantas expresiones inherentes a “trato indebido”… Pero NADIE DENUNCIA…

Se OPINA livianamente, ligeramente, pero NADIE DEMANDA. Ahora surgen declaraciones correctoras, censoras.

 

Por ello no queremos ahondar en criterios intrínsecos pues resulta más de lo mismo… Si ALGUIEN cree que Almará acosó, humilló, hostigó, agredió, violentó sexualmente, etc, etc, etc… que vaya y DENUNCIE.

 

Para quien rubrica ésta nota y para quienes hacemos Cuestión Entrerriana, la EVITABLE e INFECUNDA charla con la adolescente, fue más de lo mismo.

No nos sorprendió NADA, mucho menos en observancia a la conducta -hoy en día- estereotipada de la misma jovencita, o sea… respondiendo a cada concepto del conductor con una soltura absolutamente serena, sin compungirse, afligirse, abatirse.

O sea… no sintiéndose ruborizada, abochornada, avergonzada en ningún momento.

 

Sí, nos turba el SILENCIO de quienes deben proceder y no proceden. Si nos fastidian tantas anónimas campañas y/o tantas voces de repudio sin nombre y apellido que castigan a Almará y siguen sin interpretar el grave trasfondo de la cuestión en lo concomitante a cómo actúan hoy los chicos en nuestro país, no solo en una entrevista de radio sino a lo largo de cada jornada.

 

Rubén Almará fue, es y será así… Lo toman o lo dejan… Nada, de lo que oímos nos extraña. Sí, tal vez fue más grosero que nunca, pero ese es su personaje, es su show, es su circo, con una impronta muy particular (guste, o no…, agrade o repugne). Y reiteramos… su modo, su género fascina a miles y miles de oyentes, por algo será…

El Pueblo, en su común denominador, lo banca; y por lo visto… sus pares, el INADI, el COPNAF, la Justicia, también…